-Capitulo Nueve-

48 9 0
                                    

El desayuno se sentía algo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El desayuno se sentía algo... Diferente, esta vez.

No había peleas amistosas, ni bromas y ni tampoco risas. Todos se encontraban comiendo en un silencio incomodo debido a lo ocurrido recién, sobre todo, se sentían mal al ver a su padre de mal humor.

Luego de que Rissa declarará que no delataría a los tipos que provocaron todo esto Barba blanca decidió respetar esa decisión no muy conforme.

—¿Eh? ¿Dónde está Rissa? — pregunto Ace llamando la atención de los demás. Comenzó a buscarla con la mirada, pues hasta hace unos momentos la joven estaba a su lado.

—Ah, bueno...— empezó a decir Thatch viéndose algo incomodo. — Dijo que comería más tarde. — fue lo único que dijo empeorando el humor del capitán al ver que se perdería un desayuno con su hija a causa de alguno de los vándalos de sus hijos. Pensaran que eso era muy caprichoso de parte de Barba blanca, pero ¿podían culparlo? No es como que todos los días tenga la oportunidad de desayunar con ella y quería aprovechar cada uno de esos momentos.

Para el resto no era difícil adivinar cual era ese motivo del porque la revolucionaria no quería estar con ellos, algo que los hacía sentir mal y culpables, aunque ellos no hayan hecho nada malo, pero aun así hubiesen preferido evitarle ese momento desagradable a la joven y a ellos mismos.

Ace solo apretó sus puños bajo la mesa con impotencia. Quería levantarse e ir en buscarla, pero tampoco la quería presionar. Sabía que debía darle su espacio, pero no temía pensar que a partir de ahora Rissa mantendría una distancia entre ellos.

Ese pensamiento lo hizo sentir un pellizco doloroso en su pecho. "¿Y si Rissa ya no quería estar con él a solas? Significa, ¿que ya no tendremos platicas nocturnas? ¿Ya no veremos las estrellas?" Empezó a preguntarse angustiado y temeroso al imaginar a Rissa dejándolo de lado.

Varios suspiros se escucharon en el comedor al mismo tiempo.

La hora paso bastante lento para su gusto, pero apenas terminaron de comer salieron casi corriendo del comedor a hacer sus tareas diarias, dejando en el comedor únicamente a los tres principales comandantes junto al capitán con una mirada sombría.

—No entiendo...— empezó a decir el cocinero decaído. — ¿Por qué alguien le haría algo tan horrible a Rissa-chan? Incluso les hizo de comer. — siguió hablando con un tono bajo sin entender como algunos de sus compañeros pudieron hacer un acto tan despreciable a alguien que les cocino con tanto esmero. Hasta les hizo una sopa para que se sintieran mejor.

—No lo sé, pero esos bastardos están muertos. — rugió el pecoso bastante enojado golpeteando la mesa con su dedo con impaciencia y rabia contenida. Ya ni sabia cuantas veces había inhalado y exhalado para calmarse, pero cuando lograba hacerlo la ira volvía a él rápidamente.

—No estas ayudando, Ace. — reclamo Marco sonando cansado.

—Pues no quiero ayudar, quiero sangre. — respondió como un animal salvaje. El primer comandante solo soltó un suspiro resignado salvando que Ace no se calmaría hasta darles una paliza a los responsables.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 15 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

- CHAOS -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora