Capítulo XXI

194 23 15
                                    

31 estrellitas + 32 comentarios para la actualización de la historia

31 estrellitas + 32 comentarios para la actualización de la historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

📆 1 de junio de 2025
📌 Montreal (Canadá)

Un puzzle, una niña pequeña y un mismo reto para las dos.

Me dispongo a poner una de las piezas en su hueco correspondiente, pero, la pequeña Charlie niega con la cabeza en repetidas ocasiones.

¿No? ¿Cómo que no? ¿En que me estaba equivocando?

Retrocedo pero no pasa mucho tiempo cuando, de vuelta, la pequeña británica vuelve a negar con la cabeza.

-¡Me rindo! -suspiro y me levanto de la silla.

-Es increíble como una niña pequeña te ha ganado -el francés ríe, carcajeando.

Me cruzo de brazos mientras frunzo el ceño, así que el piloto de Alpine desvanece poco a poco su sonrisa.

-¡Mira Tita Sienna! ¡Lo he terminado! -una pequeña sonrisa sale de su interior, mientras me enseña como, al fin, lo ha terminado.- ¿Quieres que te diga como lo he hecho?

Afirmo, admirando con cierto interés a la pequeña británica, que por su lado, me enseñaba cómo había conseguido descubrir cómo resolver el puzzle.

-¡Y... listo!

Con que así era el puzzle...

-No cualquiera puede hacerlo tan bien como la pequeña Char -ríe el joven de 28 años, guiñandome unos de sus ojos.- ¿Verdad, Char?

-¡Si!

-Imbécil -hablo sin disimulo alguno.

-Yo tambien te quiero Horner

Simón simplemente deja un beso en mi mejilla, y abandona riendo la habitación en la que estamos.

-Bien... Char, creo que necesito un descanso, ¿qué tal si paseamos por el paddock?

Un agarre tira de mí para, así, levantarme lo más rápido posible.Cuando en un abrir y cerrar de ojos la pequeña desaparece.

-¡Char! ¡Charlie vuelve aquí!

Desesperada, corro entre la multitud del paddock, la gente me saludaba pero yo solo tenía una preocupación, encontrar a la pequeña oji-verde que, sin duda alguna, salió corriendo sin que yo pudiera hacer nada.

Mis ojos se achinaron con el sol, pude ver como una sombra de un hombre y un niño tranquilizaban a una pequeña de la misma estatura que Charlie.

-¡Charlie! -corrí cómo pude, abrazandola lo más posible.

Por unos minutos no nos movimos de ahí, y yo solo daba gracias que la había encontrado.

Efecto Rebote • Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora