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La ciudad ardía en un caos infernal mientras los kaijus avanzaban implacables. Entre los escombros y el estruendo de la batalla, ____ Hibino corría con agilidad felina, su espada en mano destellando con cada movimiento. Detrás de ella, la silueta imponente de un kaiju de doble cabeza se recortaba contra el cielo en llamas.
La hermana menor de Kafka Hibino, había seguido los pasos de su hermano mayor en la Fuerza de Defensa, dedicando su vida a proteger a los demás. Sin embargo, nunca antes se había enfrentado a una amenaza como esta. El kaiju frente a ella era una masa de músculos y escamas, con ojos llenos de una malévola inteligencia que parecían penetrar su alma.
El monstruo rugió, un sonido que resonó en los huesos de la mujer. No había tiempo para dudar. Con un grito de batalla, se lanzó hacia adelante, sus pies ágiles esquivando los golpes pesados del kaiju. Cada movimiento estaba calculado, cada ataque dirigido a los puntos débiles del monstruo.
La batalla era intensa y brutal. La guerrera era rápida y hábil, pero el kaiju era una fuerza de la naturaleza. Sus garras destrozaron edificios a su paso, y su aliento ardiente quemaba todo a su alrededor. Ella rodó por el suelo esquivando un torrente de fuego, sintiendo el calor abrasador en su piel.
"¡____, retrocede!" La voz de Soshiro Hoshina resonó en su comunicador, pero ella sabía que no podía retirarse. No cuando la vida de tantos dependía de su valentía.
El kaiju lanzó un golpe devastador que apenas logró bloquear con su espada. El impacto la arrojó contra una pared cercana, dejándola aturdida y vulnerable. Respirando agitadamente, se puso de pie con determinación, ignorando el dolor punzante en su costado.
El kaiju se abalanzó nuevamente, sus dos cabezas llenas de ferocidad. ____ paró cada embestida con habilidad, pero la presión era abrumadora. Cada bloqueo dejaba su cuerpo entumecido, cada esquive la dejaba más agotada. No podía permitirse rendirse. No ahora.
Con un grito desgarrador, aprovechó una apertura momentánea y lanzó un ataque preciso hacia el punto débil del kaiju. La espada cortó a través de las escamas con una precisión quirúrgica, haciendo que el monstruo rugiera de dolor.
Se preparó para el asalto final. Su espada brilló con la luz del atardecer, su espíritu encendido por la memoria de todos los que habían perdido.
Y sin más, fue un arma de doble filo... Si bien había logrado dar con el núcleo del Kaiju, no había sido capaz de librarse del ataque cortante de sus garras.
Estaba desvaneciéndose, su vista se nublaba hasta que vió al Kaiju no 8. O mejor dicho... Su hermano mayor. Ella junto a otros 2 reclutas sabían sobre su secreto, y estaba aterrada de que descubrieran a su hermano y sucediera lo peor...
La ciudad se convertía en un campo de batalla desgarrado por la tragedia. La Hibino yacía en los brazos de Kafka, convetido en el kaiju. El aire pesado de la batalla resonaba a su alrededor mientras el caos seguía desatándose en la ciudad. Ella podía sentir el dolor punzante de sus heridas, pero su mente estaba clara, enfocada en las palabras que necesitaba decir.
