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En medio del caos y la destrucción, las alarmas resonaban en todas direcciones. La ciudad estaba bajo ataque de múltiples Kaijus, y las divisiones de defensa estaban desplegadas por todas partes para contener la amenaza. Narumi, el engreído pero formidable capitán, estaba en la primera línea de batalla. Observaba con desdén cómo varios de sus subordinados luchaban, confiado en su superioridad.
De repente, una figura llamó su atención. Entre el humo y el polvo, una guerrera avanzaba con destreza y precisión, cortando a través de un Kaiju con una técnica que Narumi no había visto antes. Ella era rápida, letal y parecía tener un control absoluto sobre el campo de batalla.
"¿Quién es ella?" murmuró Narumi para sí mismo, intrigado. Decidió acercarse para observar mejor.
Se trataba de ____, integrante de la segunda división, movía su cuerpo con una gracia y fuerza que parecía desafiar las leyes de la física. Con cada golpe y movimiento, demostraba una habilidad excepcional. Su determinación era evidente en cada acción, y su enfoque era implacable.
Narumi, acercándose más, no pudo evitar sentirse impresionado. "Vaya, esta chica tiene talento. No esperaba ver algo así aquí."
Ella, sin percatarse de la presencia de Narumi, continuó su lucha hasta derrotar al Kaiju. Cuando el monstruo cayó, ella se tomó un momento para recuperar el aliento, sus ojos brillaban con la adrenalina de la batalla. Fue en ese momento que Narumi decidió acercarse.
"Impresionante espectáculo," dijo con su tono característico de desdén, aunque sus palabras tenían un matiz de genuina admiración. "No todos los días veo a alguien manejarse así contra un Kaiju."
____ lo miró, ligeramente sorprendida pero sin perder la compostura. "Gracias. Solo hago mi trabajo."
Narumi sonrió, un gesto algo inusual en él. "Soy Gen Narumi, capitán de la primera división. No te había visto antes."
"____ ____, segunda división," respondió ella brevemente antes de mirar a su alrededor. "Hay más Kaijus. Tengo que seguir."
Narumi la observó mientras se alejaba, su interés claramente despertado.
. . .
En otra parte de la ciudad, Hoshina, el vicecapitán conocido por su precisión y estrategia en el combate, estaba coordinando un ataque contra otro grupo de Kaijus. Con su aguda mirada, observaba los movimientos de las criaturas, buscando puntos débiles y oportunidades.
De repente, vio una figura familiar abriéndose paso entre los Kaijus con una velocidad y eficiencia que solo los más experimentados podían lograr. ____ apareció nuevamente en escena, sus dagas cortando el aire y atravesando las duras pieles de los monstruos con una destreza impresionante.
Hoshina, sorprendido por su habilidad, dejó de dar órdenes por un momento para observarla. "¿Qué carajos?" se preguntó en voz baja, impresionado por su técnica y valentía.
