Día 7

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Enid había querido ir a clases el día anterior y ver a Merlina, mientras más pronto hablara con ella mejor, pero la doctora no la dejo salir de la enfermería hasta la noche. Cuando la rubia había regresado a la habitación esperando encontrarse con Merlina se dió cuenta que la pelinegra no estaba, aunque en su mesita de noche había un batido de fresas con un ramo de rosas.

Intentó esperar a Merlina, sin embargo el sueño le ganó y se quedó dormida. La pelinegra regresó en la madrugada junto con su hermano menor y dedos, quienes ya no querían dejarla sola, pero por petición de la misma, los dos se fueron de la habitación dejando solas a la pelinegra y a la, ya dormida, rubia.

La joven Addams se acercó hasta el lado de Enid y detalló con su mirada cada parte de la rubia, empezando desde su cara hasta sus descubiertos pies. ¿Cómo era posible no caer ante semejante belleza? Enid Sinclair era la chica más hermosa que haya visto, y a la vez era su perdición.

Merlina acarició con suavidad el rostro de su compañera, desordenó un poco su pelo y se quedó admirandola por un buen rato hasta que sintió como sus ojos se iban cerrando en contra de su voluntad. Para no desfallecer, tomó asiento en una silla y empezó a recordar cada momento que ha vivido con la rubia.

- Posiblemente no me estés escuchando. Además sé que no soy correspondida, pero la necesidad de decirte mis sentimientos más profundos es más fuerte: Te amo, Enid Sinclair, te amo con todos tus defectos, te amo con cada extravagante color que tienes, te amo con cada parte de mi cuerpo. Te amo tanto que estoy muriendo por ti - la pelinegra plantó un beso sobre la mejilla de Sinclair y después se fue hasta su lado de la habitación, aquella noche sintió más frío que las anteriores, sintió soledad, pero a la vez tranquilidad. Su cuerpo empezó a dormirse poco a poco y sus ojos fueron los únicos que se resistían a cerrarse hasta que ya no pudo más y lo último que vió fue una foto enmarcada de Enid y ella, donde sorpresivamente, ella estaba sonriendo.

Al final dejó que todo se cumpliera y se dejó ir a si misma, mientras veía a su amada y la hermosa sonrisa que adornaba su rostro.

- Enid ¿Has visto a Merlina? - preguntó Pericles mientras ella terminaba de desayunar junto con Yoko y las demás.

- Está en la habitación, ayer regresó tarde, supongo que ha de estar muy cansada - dijo Enid mientras sonreía.

- Bien, gracias - dijo Pericles, para después empezar a correr hasta la habitación de su hermana.

- Merlina, Merlina, Merlina ¡Abre! - gritaba el pelinegro con miedo, su corazón latía a mil por hora.

« No, aún no, aún es muy temprano » Se repetía una y otra vez Pericles mientras intentaba forzar la puerta, pero todo fue en vano.

El joven sin saber qué más hacer se dejó caer al suelo llorando y gritando el nombre de su hermana. Para este punto ya todos los estudiantes estaban en la cafetería o en sus clases y nadie podía escuchar los gritos de desespero del integrante más joven de los Addams.

- Pericles ¿Qué pasó? - una voz algo lejana se hizo presente en el pasillo, era Sinclair quien había regresado porque su instinto lobuno le decia que algo andaba mal.

- Abre la puerta... Por favor - pidió Pericles mientras intentaba dejar de llorar. Enid abrió la puerta y el chico fue directo hacia donde su hermana.

- Por favor no, por favor no - pedía una y otra vez Pericles mientras tocaba a su hermana, tomó la mano e intentó tomarle el pulso, pero ya no tenía. Ella ya se había ido.

- Pericles... - dijo Enid mientras se acercaba a él, preocupada por la situación.

- Mi hermana se ha ido ¡Ella se ha ido! - gritó el Addams - ¡Y todo ha sido por tu maldita culpa! ¡Si no la hubieras tocado ella aún estuviera aquí! - el chico se derrumbó ante el cuerpo de su ya fallecida hermana.

Ahí fue cuando la rubia recordó el día en el que Addams le habló sobre la maldición de su familia ¿Cómo pudo haberlo olvidado?

Pericles tenía razón, si Merlina estaba muerta era por su culpa. Si ella la hubiera esperado despierta el día de ayer, posiblemente ahorita estuvieran disfrutando de una nueva etapa en sus vidas, pero como dicen; el hubiera no existe.

La misma tarde de ese día los Addams se encargaron de desocupar todo el lado de la joven Addams y ahora la habitación se sentía como antes de que esta llegara, cuando Enid estaba totalmente sola; se sentía vacía.

Morticia estaba destrozada y Homero intentaba consolar a su amada, sin embargo el tampoco podía con el dolor de haber perdido a su hija.

Enid recuerda cada uno de los rostros de los Addams y eso no hacia más que influir en su propia conciencia.

Al final Pericles tenía razón, si ella no hubiera tocado a Merlina por estar ebria, la pelinegra aún estaría aquí, con ella, con ellos, con todos.

La rubia ni siquiera se atrevió a ir al funeral de Merlina, no soportaba la idea de ver un lápida con el nombre de su amada en el medio, ya era suficiente castigo ver el lado de su habitación vacío cada vez que abría los ojos.

" No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes " 

Esa frase ahora cobraba más sentido que nunca, ella había tenido a Merlina, la Addams la había dejado entrar hasta lo más profundo de su ser y ella simplemente no supo valorarlo.





FIN


Muchas gracias por haber llegado hasta el final de esta historia y haberme acompañado en el proceso de creación de la misma.

Espero les haya gustado la trama, no olviden que tengo más historias en mi perfil por si quieren ir a leerlas

Hasta la próxima

Byee

Wenclair________

Maldición AddamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora