Con ayuda de Martin y Rus, subió a casa todas las cosas que había dejado en el coche después de su concierto la noche anterior; eran demasiadas para llevarlas ella sola de una sola vez, y a las tres de la madrugada tampoco le parecía la mejor hora para hacerlo.
Cuando llegó a casa, Chiara fue la encargada de recoger un poco el salón y adecentar la terraza mientras que sus dos amigos se preparaban, pues ella ya estaba duchada y tenía claro lo que iba a ponerse para salir por la noche. Conociéndolos, les llevaba mínimo una hora de ventaja a sus amigos.
Aprovechó y bajó al supermercado que quedaba en la esquina de su calle. Su casa siempre era la favorita por todos para hacer las previas antes de salir, aparte de por la gran terraza que tenía su piso, porque siempre procuraban tener el suficiente alcohol como para tumbar a un ejército de guiris de vacaciones en Ibiza. Y como nueva adquisición, habían llegado al consenso de poner también cosas para picar, ya que un par de veces alguno ha ido volando de más, y un estómago lleno siempre ayuda a apaciguar los efectos del alcohol. Echó en el carrito unas cuantas pizzas y bolsas de aperitivos, y arrasó con lo poco que quedaba en el pasillo de las bebidas alcohólicas, parecía que no eran los únicos que iban a pasarlo bien ese sábado.
Cuando subió a casa, sus dos amigos aún no habían salido de sus respectivas habitaciones, y por la música a tope que salía de cada una de sus puertas, supuso que aún seguían preparándose. Tras colocar toda la compra en la cocina, se dirigió a su habitación y se puso el vestido negro que había elegido hace un rato con la ayuda de Martin, se retocó un poco en el espejo y fue hacia la habitación de la Ruslana.
- Hola -dijo abriendo la puerta directamente.
- Tu pasa hija -contestó la pelirroja sin prestarle demasiada atención. Únicamente llevaba un tanga puesto y estaba de espaldas rebuscando en su armario- Ni que estuviera en bolas
- Como si fuera la primera vez
Se tumbó en la cama boca arriba y en silencio. No había entrado en la habitación para nada en concreto, simplemente se aburría en el salón esperando sola. Miró al techo y cerró los ojos tratando de poner su mente en blanco, aunque sin ningún éxito. Lo cierto, es que el que se hubiese ofrecido voluntaria para bajar a comprar tan rápido y se hubiese puesto a limpiar la casa compulsivamente, tenía alguna razón más aparte de la de ayudar. Hacía un rato que había recibido un mensaje de Claudia, diciéndole que esa noche iba a salir de fiesta y que si le apetecía que se viesen más tarde. Sabía que la chica habría extorsionado a sus amigas para salir, porque la noche anterior, Chiara si que le comentó los planes que tenía esa noche de celebrar la actuación de su amiga, pero Claudia no comentó nada de que ella fuera a salir, y eso la agobió aún más.
Ya no era solo el hecho de que volviese a reclamarla sin un solo día de descanso en medio, sino que también había movido hilos para salir esa noche, y aún que no le hubiese dicho la discoteca a la que irían, porque realmente ni ella lo sabía aún, temía encontrársela por "casualidad", como ya le había ocurrido un par de veces.
- Te echa humo la cabeza -Chiara giró la cabeza y vio a Ruslana, ahora vestida con un top negro de cuerdas y una falda blanca y corta con volantes, sentada en el pequeño puf rojo que tenía en el rincón de su habitación. La música parecía no resonar ya tan fuerte como antes, por lo que supuso que su amiga la habría bajado para hablar- ¿Me cuentas qué te pasa?
- Nada -contestó mirando al techo de nuevo, apartándole la mirada a su amiga.
- Kiki...
- Pero no te enfades conmigo, por favor -la pelirroja bufó sonoramente y se llevó las manos a la cabeza- No, no. Que no he hecho nada te lo juro.
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Nadie Más | KIVI
FanfictionAnsiosa por un cambio de aires, Violeta acepta el puesto de reportera cultural en Barcelona que tanto ha ansiado, sin imaginarse por un segundo todo lo que le depararía esa ciudad. Cada noche en un bar distinto, Chiara toca en todos los bolos que se...