7. Octavo día

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Hacía frío en el andén, no corría aire, pero el termómetro marcaba 6ºC. Se fijó en el reloj que había al lado y comprobó que aún faltaban cinco minutos para que su tren parase en la vía. El cielo aún se veía oscuro, ni siquiera habían aparecido los primeros destellos del amanecer, y a su lado, familias con maletas y caras de sueño, gente enchaquetada con maletines y algún que otro viajero con mochilas enormes a sus espaldas esperaban igual que ella.

Ella no tenía un ápice de sueño, a pesar de no haber pegado ojo en toda la noche esperando que sonase la alarma, por nada del mundo podía permitirse perder aquel tren. Se recolocó un poco la bufanda azul que rodeaba su cuello y jugó con el asa su pequeña maleta, haciendo ritmo con los dedos, cuando la vibración de su móvil la interrumpió. Pensó en cogerlo, pero vio como a lo lejos se acercaba un tren disminuyendo su velocidad cada vez más, así que pensó que ya vería lo que fuese después, cuando estuviese sentada tranquilamente.

Tras un par de minutos con las puertas cerradas, anunciaron por megafonía que ya podían comenzar a subir, una vez le mostró el billete en la pantalla de su móvil al revisor, se sentó en el asiento que le indicó y suspiró sonriente, ansiosa por llegar ya.

Sacó el móvil de su bolsillo y contestó en el grupo de sus amigos de la isla, en los de Barcelona, en el de su familia... todos le deseaban suerte en el día y le hacían saber que esperaban noticias suyas. Bajó con su dedo por la barra de notificaciones de Instagram y sonrió al reconocer uno de los usuarios.

HFVioleta
mucha suerte en la reunión de hoy, y tranquila xq todo va a salir genial!! Ya me contarás

Había pasado una semana desde el día de la cena en casa de Violeta, y aunque no habían vuelto a verse, no habían dejado un solo día de hablar por mensajes de Instagram. Aunque no demasiado seguido como para resultar agobiante, si que la morena procuraba mantener el contacto respondiéndole a cualquier historia que subiese la pelirroja, por muy tonta o sin sentido que fuese.


ChiaraOliver
hasta madrugas para hablar conmigo?
pfff, Hódar estás perdida

HFVioleta
imbécil
hoy entro antes, me toca cubrir una exposición y tenemos que preparar las cosas
no te creas tanto

ChiaraOliver
cualquier cosa suena más divertida que lo mío
octavo día pidiéndote el número de tlf
será hoy mi suerte?

HFVioleta
no tiene pinta jajajaj
sé q puedes hacerlo mejor, Oliver

ChiaraOliver
sabes q puedo pedírselo a Denna o a Álex en cualquier momento, verdad?

HFVioleta
sabes q no van a dártelo, verdad?

ChiaraOliver
mucha suerte en el trabajo
enséñamelo luego o algo, q me alegre la vitsa
vista*
me pongo nerviosa, perdón

HFVioleta
eres una sinvergüenza
luego hablamos

Las 7:30 de la mañana no era su hora favorita, de echo si pudiese cambiar la sociedad pondría por ley que el mundo empezase a funcionar a partir de las diez, mínimo. Pero esa cita en Madrid con el equipo de Universal Music era algo que no podía permitirse perder.

Hacía un par de días que había recibido la llamada de Nacho, uno de los chicos del equipo Universal, el mismo que se encargó de contactar con ella desde un principio y facilitarle un poco ese mundo nuevo en el que se estaba adentrando. Desde el primer momento que Nacho le dijo hace un par de meses atrás "Ahora esto es enserio. Esta es la liga de los mayores Chiara, vas a triunfar, lo vemos claro, no tienes de qué preocuparte", todos sus instintos se pusieron alerta, y mentiría si dijese que entre toda la mezcla de sentimientos no hubo un poco de vértigo. Pasar de ser una chica independiente que canta a su aire en bares y hoteles y trabaja haciendo arreglillos con su amigo de toda la vida, a firmar contratos en salas de grandes edificios rodeada de hombres enchaquetados no era fácil de asimilar, y a decir verdad, Chiara se sentía como un pececillo nadando entre tiburones.

Nadie Más | KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora