3. Otra oportunidad

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Una semana había pasado. Una terrible semana en la que Bradley y Max no hacían más que discutir.

Todos los días a las 5pm Max se encontraba en la puerta del castaño para recibir inumerables comentarios acerca de su falta de comprensión por unos simples triángulos. Sin embargo, el era igual o peor al dar su clase ya que, en sus palabras, un perfecto chico no pude comprender algo tan simple como "sociología=analizar lo que ocurre o ha ocurrido en la sociedad".

A pesar de esto, Max disfrutaba de cierta forma sus momentos con Bradley. Después de su victoria en los juegos x, la atención estaba constantemente en el y las chicas no paraban de seguirlo. No lo mal entiendan, el adora la atención que recibe de las chicas pero a veces se siente demasiado abrumado. En un inicio salió a inumerables citas pero en ninguna se sintió cómodo ni logro conectar.

Se sentía extraño no poder conectar con nadie como lo había hecho con Roxanne en el pasado.

Pero, dejando eso de lado, realmente el tiempo que pasaba con Bradley era un respiro a la excesiva atención que recibía en la universidad.

Por otro lado, Cremanata quedó en el olvido tras su destierro. Las chicas dejaron de seguirlo al igual que quienes querían ser sus amigos. La soledad era ahora parte de su rutina diaria.

Odiaba la soledad desde que era un niño, odiaba esperar en la oscura sala de su casa a la llegada de sus padres. Odiaba acostarse a dormir sin un beso de buenas noches y despertar cada mañana para encontrarse con el desayuno servido en una enorme mesa solitaria. Tal vez por eso adoptó aquella competitiva actitud pues así tendría siempre la atención de los demás sobre el. A muy temprana edad entendió que la manera de ser alguien era siempre ganando, sin importar si eso implicaba hacer trampa.

Ahora la soledad era su compañera nuevamente, al menos lo era hasta que llegaba Max a acompañar sus tardes. Deseaba asesinarlo con todo su ser por ser tan idiota pero le agradaba su presencia en el hogar. Tal vez ese jueguito de las tutorías no era tan malo como imaginaba.

Aunque seguía pensando que Max era el peor maestro que alguna vez llegó a tener.

Pero, después de las tutorías cada quien regresaba su vida diaria.

Ahora un nuevo día llegó dando inicio a la rutina de siempre del trío de amigos quienes se arreglaron y salieron al comedor por algo de comer.

-Entonces ¿Acabaron las tutorías?- pregunto PJ observando a Max suspirar cansado, agarraron cada uno una bandeja del montón para situarse en la fila.

-Para mi desgracia no- tomo un plato de fruta -pero espero mejorar mis calificaciones pronto así podré dar por acabado este chiste-

-Amigo, yo podría darte cla-ases- comento Bobby a su lado tomando todos los cubos de queso posible de la barra -soy un genio en teori-ia-

-Voy bien en teoría Bobby- Max rodó los ojos -las tutorías son de trigonometría-

-¡Con más razo-on! Soy un genio con los tria-angulos- PJ y Max ignoraron el comentario de su amigo y continuaron tomando la comida.

Caminaron a una mesa vacia y tomaron asiento.

-Con todo hablaré con el profesor despues de clases, tal vez encuentre otra solución a seguir perdiendo el tiempo con Bradley-

Más estudiantes, sobre todo chicas, empezaron a acercarse al trío para compartir mesa. La popularidad de Max, PJ y Bobby creció desde la victoria en los juegos x. Tenían encima a todo tipo de universitarios.

-Muchachas, será mejor que se alejen de mi novio si no quieres ver lo que puedo hacer con una moneda- comento Mocha caminando hacia la mesa, algunas chicas se levantaron dejando libre el espacio.

-Amorcito, ya empezaba a extrañarte- PJ abrazo el pequeño cuerpo de la mujer mientras acariciaba su cabello -¿Que tal dormiste?-

-Muy bien mi corazón, aunque extrañe tenerte a mi lado-

La cursilería empezaba a fastidiar a Max así que decidió desviar la mirada algo asqueado, ignoró a las chicas a su alrededor y decidió apresurarse a comer antes de sentir que explotaría debido al grupo de personas a su alrededor.

Divagó un momento en sus pensamientos hasta que a lo lejos logro ver la silueta de Cremanata.

Bradley caminaba entre las mesas con su bandeja de comida entre las manos, llegó a una y se sentó junto a un grupo de 3 personas quienes casi al instante se levantaron dejandolo completamente solo, Max frunció el ceño extrañado por la reacción de los demás, Cremanata disimulo su desánimo pero, para su mala suerte, el mismo no pasó desapercibido para Max.

Goof sacudió su cabeza centrándose nuevamente en su comida y la conversación que mantenían sus amigos ignorando lo que acababa de presenciar, después de todo, ese no era su problema.

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Horas después Goof y Cremanata se encontraban nuevamente frente al profesor que los junto en primer lugar. El señor solicito hablar con ellos unos minutos después de clase.

-Jovenes, realmente no he logrado ver el cambio en sus notas- inicio sosteniendo la ficha de calificaciones entre sus manos -realmente creí que se ayudarían mutuamente pero veo que fue en vano hablar con ustedes-

-Profesor, juro que intento aprender pero es el quien no sabe enseñar- reclamo Max señalando al castaño de manera acusatoria.

-¿Yo? Eso no es cierto, trato de enseñarle pero este simio no entiende lo que es un triángulo- imitó la acción del pelinegro señalandolo -en cambio el no hace más que repetir la misma tonta frase sobre lo que hace la sociedad-

-¡Lo que ocurre! No lo que hace, lo que ocurre en la sociedad- interrumpió Max frustrado -lo he repetido cientos de veces y no logras entender-

-Es lo que yo también he hecho, repetir lo mismo todos los días y no entiendes-

-Es suficiente- alzó la voz el profesor -¡Por el amor a Dios dejen de discutir! No son niños- Max se cruzó de brazos al igual que Bradley -creí que era buena idea juntarlos pues los dos son muy talentosos pero veo que me equivoqué. Lo siento muchachos pero tendré que hablar con sus padres-

-¡No!- gritaron al unisono, sus miradas conectaron por un instante y voltearon nuevamente al profesor.

-Por favor no profesor, le prometo que me esforzaré más- suplico Max.

-Lo siento joven Goof pero no veo que realmente vaya a esforzarse-

-Profesor por favor yo le prometo que haré que el entienda la materia, seré un mejor tutor-

-Si si si al igual que yo- secundo el pelinegro -tratare de enseñarle de otra forma y me esforzaré en entender sobre los casenos-

-Cosenos- corrigió Bradley con el ceño fruncido -al menos denos una última oportunidad-

El profesor suspiro y recogió las cosas de su escritorio, agarro el calendario revisando las fechas con atención. Encerró en un circulo uno de los días y se los enseñó a los estudiantes.

-Tienen 1 mes para estudiar. Es suficiente tiempo para aprender a la perfección la materia y sacar por lo menos un 9 en el examen final correspondiente a cada uno- Goof y Cremanata abrieron sus ojos como platos ¿Un 9? Eso sí que era un reto -si les va mal en los exámenes no habrá más oportunidades-

-Esta bien, lo aceptamos ¿Cierto Bradley?-

-Si si así es, nos esforzaremos-

Max y Bradley se miraron nerviosos ¿Será posible llegar a obtener una nota tan alta?

Good Luck // Maxley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora