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Zee está sentado detrás de su escritorio, apoya su codo sobre la mesa y sostiene su mentón entre sus dedos, mira en dirección al monitor frente a él. No suele ver las cámaras de afuera de su oficina, nunca pasa nada interesante ahí y tampoco le interesa. Pero justo ese día ha visto algo fuera de lugar.

Aquella cabellera castaña ronda alegremente por todo el piso, no es normal, no suele traer su mejor cara consigo cuando va por ahí y supone algo trama. De hecho, recordaba algo que Bobby le había dicho sobre el chico pero no lograba recordar que era.

Nunca presta verdadera atención a cosas fuera del trabajo. No sé toma el tiempo para esas cosas. Desde que su padre murió cuando tenía dieciocho tuvo que encargarse a temprana edad y con ayuda de su hermano Mark de la empresa.

De pronto divisa a un chico delgado y con flequillo acercarse a su maqueta, tal vez demasiado. No lo conoce, no sabe de dónde salió pero no cree que sea algo malo, después de todo hay mucha seguridad antes de llegar ahí arriba. Lo observa con atención.

Los ojos del chico brillan con ilusión con la luz del pilar dando en su rostro, su cabello aparenta ser suave y sedoso, su labio inferior atrapado entre sus dientes, sus labios son tan rojizos y brillosos que podría jurar que tiene algún producto para que se vean así de brillantes, a pesar de que tiene sus manos escondidas en las mangas de su suéter puede ver los restos de pintura en sus uñas. Es un chico realmente bonito.

Ve su oportunidad de salir cuando el chico se acerca más para finalmente hacer algo que no debe.

—No la toques, niño.

El chico se tensa unos momentos y se da la vuelta con sus mejillas rojas, lo ve con atención. De cerca, puede ver su perfecta piel y puede jugar que está frente al chico más hermoso que ha visto.

—L-Lo siento… yo… no era mi intención.

—¿Quién eres y qué haces aquí? —exige sabes mientras deja que su mirada se aventure sobre el chico.

Es un poco más bajo, sus piernas son largas, sus jeans se ajustan a ellas lo que hace resaltar sus muslos, sus manos llevan un par de anillos pequeños.

—V-Vine con mis amigos, y… —Zee lo mira desde los pies a la cabeza observando como este se pone nervioso, le gusta causar eso en las personas, no va a mentir. Le gusta sentirse alguien que impone respeto. —Mi amigo es Nat Pa…

—¿Nat? ¿Tú y cuántos más? —de pronto recuerda aquellos comentarios de Mark. Algo de un permiso para llevar algunos amigos a visitar la empresa, creyó demostrar su desacuerdo con ello y dejarlo en claro.

—FirstOne.

No tiene idea de quién es FirstOne, tampoco es de su interés. Vuelve a mirarlo, sus labios se hacen notar de alguna forma, roban su atención y no sabe el porqué. Un rojo llamativo a sus ojos, pero tan natural a la vez, no lo entiende. Necesita verlo por completo para volver a comprobar que la combinación de sus labios y ojos son los que se llevan el protagonismo.

Nat llega junto a quien asume que es FirstOne.

—Oh, me imagino que estabas haciendo algunas preguntas, puedes hacerlas otro día si no hay problema.

Ve cómo el chico bonito se alarma, así que sonríe con malicia.

—Claro, no hay problema, mientras nadie toque nada —quiere reír cuando ve como el chico vuelve a tensarse.

Vuelve a su oficina pensando en el chico, no tiene ni idea del porqué le llamó tanto la atención, después de todo es un solo un chico más, con la diferencia de que es el más bonito que ha visto.

Mi niño ZeeNunewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora