Mi niño ZeeNunew

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Advertencia:
🔞 Este capítulo tiene contenido sexual explícito.
Leer bajo tu responsabilidad 🔞

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NuNew suspira ante la vista que le da la pantalla de su computadora. Ha estado dos días reuniendo valor para ver lo que sea que haya en el USB. Abre la única carpeta que hay allí.

Un solo video que dura alrededor de cinco minutos. Lo pone y se acomoda en la cama, nervioso, obviamente Zee no le daría algo que lo incriminara, pero aun así tiene miedo de que para él si fuese incriminatorio de todas formas.

Pero cuando ve el video y cierra todo, algo dentro suyo siente liberación, un peso desaparece.

Sin embargo, hay algo más.

Desbloquea el contacto de Zee y lo llama.

—Eso no prueba lo que ví en la inauguración es lo primero que dice cuando la llamada es contestada.

—¿Qué viste?

—Ella estaba... besándote —traga el nudo repentino que se forma en su garganta.

—Estuvo por pasar, pero la detuve, lo prometo.

—¿Puedes probar eso?

—No.

—Okey...

—Niño... debes creerme, por favor. Todo se siente tan... raro aquí, sin ti, si tú no estás aquí todo es tan... ¿aburrido?, no... más que eso, se siente... frío, sin calor. Sin tu calor.

—Hia...

—No. Escúchame, yo te quiero y mucho, jamás haría nada que pudiera lastimarte, prefiero mil veces lastimarme a mi mismo que a ti, amor...

—Amor... —desvía su mirada, sus pies se mueven sobre el aire inevitablemente.

—Si, ¿te gusta?

—Si...

—Niño.

—¿Mhm?

—¿Me dejas ir a verte?

—N-No lo sé... Aún no estoy seguro.

—Solo un momento..., puedo llevarte chocolate o lo que quieras, ¿tu madre tiene doble turno hoy, no? —NuNew hace un puchero porque normalmente estaría en la casa de Zee y no solo en su cama.

—¿Y papas fritas? —escucha a Zee reír al otro lado de línea.

—Si, lo que quieras, niño lindo —su tono cariñoso lo hace querer ronronear.

—Está bien, te espero.

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Zee sonríe ampliamente y no llega a demorar ni cinco minutos en salir de su casa. Está tan feliz, increíblemente feliz y necesita de su niño para reparar lo que había sufrido su corazón.

Hace una parada en el supermercado donde compra el chocolate que tanto ama el menor, con almendras, junto con las papas.

Mientras hace fila para pagar entra una llamada en su celular. Mark.

—Hola.

—Zee, necesito un favor.

—Dime.

—Necesito que vengas y hables con Nat sobre la...

—No puedo, me tomé la semana libre y estaré muy ocupado.

—¿Ocupado? si te tomas la semana libre se supone que no estarías ocupado.