La Hermana

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Mai-ja se encontraba a altas horas de la noche, regresando a su hogar después de un largo día de trabajo. Esta había pasado por una tienda para comprar la comida del día siguiente, incluida la comida favorita de Kenta, unos takoyakis.

Ella sonrió ante la idea de ver a su hijo emocionado al ver lo que cocinaba su madre, sin embargo, su sonrisa se vio interrumpida cuando, debajo de un poste, vio a cuatro chicos mirándola con una sonrisa burlona.

- Nos volvemos a ver señora - dijo el chico pelinegro - esta vez no hay nadie quien te proteja -

La pelirroja dejó caer las compras al suelo, inmediatamente, intento correr pero del otro lado se encontraban otros cuatro tipos, siendo liderados por el rubio.

- Ohoho, ¿a donde crees que vas hermosa? - el rubio le sostuvo los pechos - en especial con este par de melones -

- S-Suéltenme - la madre intento liberarse pero eran demasiados

- Uh oh, creo que hay que enseñarle modales a esta vieja Katsume - dijo el rubio viendo al pelinegro con rayas

- Tranquilo Okita, cada uno tendrá su turno, total, esta es mucho solo para uno, ¿no crees? - Katsume le levanto la ropa a la mujer, dejando expuestos sus pechos

La mujer cerró los ojos mientras lagrimas caían, pensó en su hijo menor, Kenta, que probablemente la estaba esperando en casa, con una sonrisa, pensó en Arvin, como este la defendió y ahora estaba a punto de cometer lo mismo que su hermana le hizo, pensó en su hija mayor, Ji-a, como esta siempre la veía como un modelo a seguir, y finalmente, pensó en su esposo, en cómo éste no regresaba a casa debido a su enfermedad, ¿Cómo le explicaría esto?, ¿Cómo les explicaría esto a todos?.

Sin embargo, ella sintió como caía al suelo debido a que el agarre de uno de los tipos se soltó. Noto como este había caído al suelo mientras se sostenía la cabeza.

Una tipa, de piel morena, cabello negro, ojos verdes, y cuerpo bien desarrollado los miraba con odio mientras sostenía un tubo de metal.

- Dejen...a mi tía...en paz... - amenazó Kanoko con desprecio y disgusto en su voz

Mai-ja abrió los ojos como platos.

- K-Kanoko... -

- Maldita zorra... - maldijo Katsume acercándose a ella - ¿Así que esta perra es tu tía ah? ¿Qué te parece si te unes a la diversión hermosu- AHHHH!!! - el chico intento tocar uno de los pechos de la Mori pero ella sostuvo su mano a tiempo y rompió tres de sus dedos

Después, le dio un golpe con el tubo de metal y, tumbándolo al suelo, empezó a darle golpes en la cabeza con toda su fuerza mientras su cuerpo empezaba a temblar de la rabia.

Sin embargo, uno de los tipos sostuvo el tubo y pateo a la chica haciéndola retroceder y caer al suelo. Okita por otro lado, aunque algo asustado por la repentina aparición, saco su cámara y sonrió.

- Ahora todo está grabado maldita zorra, y por si no lo sabias, el papá de Katsume es el líder de... -

- Cállate... - la chica se levanto y se arremango el suéter - (debo tener cuidado, ya no puedo arriesgarme tanto, llevo un bebe conmigo...debo ser cuidadosa) -

- Así que esta tipa tiene los ovarios bien puestos - dijo uno de los tipos ayudando a Katsume a levantarse

- Vas a pagar por esto maldita - Katsume agarro el tubo ahora, dado por uno de sus amigos

La chica se vio rodeada, eran ocho contra uno, y uno tenía un arma a su favor. Tal vez había cometido un error al meterse aquí.

De pronto, uno de los tipos la sostuvo del cuello mientras Katsume se acercaba elevando el tubo.

Just a Man (NTR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora