Era invierno, una época en la que los recuerdos parecen cobrar vida con cada copo de nieve que danza en el aire como diminutas bailarinas de ballet. En una casa modesta, que aparentaba pertenecer a una familia de clase media, se encontraba un hogar lleno de historias y memorias.
Los Mori, una familia bastante conocida por las mujeres encantadoras que la integraban, evocaban una belleza casi irreal, como sacada de un viejo álbum de fotos en sepia. No parecía posible que unas mujeres tan lindas y elegantes vivieran justo al lado de ellos. Sin embargo, con uno de los hijos, los pensamientos eran distintos. Hiroki Mori, considerado un debilucho, era un chico que siempre parecía estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, cargando con la melancolía de ser un chico problema en una familia que irradiaba perfección.
Sin embargo, no muchos conocían al hijo mayor de la familia, Arvin Mori. En aquellos días, Arvin era una figura casi fantasmal, siempre presente pero raramente visto. Pasaba la mayor parte del tiempo en casa, un refugio que parecía guardar los ecos de tiempos pasados. Solo salía para ir a la escuela y, al regresar, se encerraba en su cuarto a estudiar, como si tratara de encontrar en los libros un consuelo para su alma inquieta todavia a su falta de costumbre con la familia Mori.
Era un frío día 15 de diciembre de 2017. Afuera, la nieve caía suavemente, cubriendo el mundo con su manto blanco, mientras el silencio del invierno envolvía todo. Arvin, sentado en el viejo sofá de la sala, estaba absorto en la lectura de un libro. Parecía más joven, con apenas 17 años, cursando su último año de secundaria.
En ese momento, Arvin vestía un abrigo hecho a mano por su tía Mai-ja, de un cálido color verde con decorados blancos en forma de copos de nieve y renos. Sus pantalones azules y las pantuflas negras completaban su atuendo invernal.
En la cocina, el aroma reconfortante de la sopa de pollo llenaba el aire, una receta que Kaede, su madre adoptiva, había perfeccionado a lo largo de los años. Kaede esperaba con ansiedad el regreso de sus hijos del centro comercial. Ya habían pasado alrededor de tres horas desde que se fueron, y aunque el lugar no estaba muy lejos, la tardanza comenzaba a inquietarla.
El reloj de pared, un viejo recuerdo de tiempos más simples, marcaba el paso de los minutos con una cadencia casi melancólica. La preocupación se reflejaba en los ojos de Kaede, quien, con un suspiro, se dirigió a Arvin.
- Hijo, ¿podrías intentar llamar a tus hermanos? Me preocupa el hecho de que no hayan llegado todavía - dijo, su voz teñida de una mezcla de ansiedad y ternura.
Arvin, dejando a un lado su libro, asintió y buscó su teléfono. La nieve seguía cayendo afuera, creando un mundo silencioso y blanco.
De pronto, la puerta de la casa se abrió de una patada, interrumpiendo la quietud. Kanoko entró cargando a un Hiroki malherido, mientras a su lado venían las preocupadas Ayumu y Nao. La escena, impregnada de urgencia y miedo, parecía sacada de una pesadilla invernal.
Kaede, con el corazón en un puño, dejó inmediatamente lo que estaba haciendo y corrió a socorrer a su hijo. Arvin, sin perder un segundo, fue al cuarto de su madre a buscar el kit de primeros auxilios, sus manos temblando ligeramente mientras rebuscaba entre los estantes.
- ¡Mi bebé! ¿Qué le pasó, Kanoko? - exclamó Kaede, sosteniendo al malherido Hiroki de 8 años en sus brazos, su voz llena de angustia y desesperación.
- ¡U-Un tipo me silbó y me llamó deliciosa, entonces Hiroki se enojó y corrió a golpearlo, pero el tipo lo apaleó! - explicó la pelinegra, las lágrimas corriendo por su rostro. En ese momento, su cabello aún conservaba su color natural, sin el tinte que adoptaría más tarde.
- Dios mio, mi bebé -
- ¡Tía Kaede! ¿Podemos quedarnos? ¡Queremos estar con Hiroki-nii mientras se recupera! - una pequeña Ayumu agitaba los brazos, la desesperación reflejada en su rostro infantil.
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Just a Man (NTR)
Mystery / ThrillerUna familia entera traicionando a su hijo menor, una madre rindiendose ante el chantaje de los bullys de su hijo, una chica acomplejada de sí misma, un entrenador pedofilo apunto de arrebatarle la inocencia a una estudiante, una promesa de la infanc...