Just a Man (NTR)

Adelanto: Las Victimas Olvidadas

Llevo escribiendo esto desde incluso antes de que publicará el primer capítulo de esta historia, ya que esta era la idea original, solamente le cambié algunas cosas.

Me gustaría que me dijeran que opinan ya que este modo de escribir será ahora la manera en la que escribiré el resto de la historia y por lo tanto me lleva más tiempo.

Otra cosa, las cosas que pasen en este especial no afectarán a la historia original. Sólo me gustaría ver su opinión acerca de esto.

Espero opiniones.

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Las gotas de lluvia se deslizaban sobre el lodo, su eco apagado resonaba en el silencio del cementerio, como si cada una trajera consigo el peso de algo perdido. La quietud del lugar se volvía más profunda, como si el mundo entero hubiera olvidado su existencia.

Dicen que uno deja de existir cuando el corazón se detiene, pero esa es solo una verdad a medias. Lo que realmente nos ata a este mundo son los recuerdos que dejamos en quienes alguna vez nos amaron. Sin embargo, con el tiempo, esos recuerdos se desvanecen, borrados por la vida que sigue sin detenerse. Y es en ese olvido, en esa ausencia total, donde la muerte se vuelve definitiva, cuando ya no queda ni siquiera un susurro de lo que fuimos.

Pero, ¿y qué pasa cuando no hay un solo ser que te quiera recordar? Cuando nadie te aprecia, cuando ni una sola alma responde a tu último susurro. Arvin Mori se hacía esas preguntas, mientras las gotas de lluvia se mezclaban con su piel fría, hundido en la soledad del cementerio. Allí, bajo ese cielo gris, sentía cómo el tiempo lo desvanecía poco a poco, como si cada gota que caía lo borrara un poco más del mundo, hasta que no quedara rastro alguno de su paso por la vida.

Saki Yoshida había sido la última conexión que Arvin tenía con un pasado que ya parecía más un sueño distante. Su amiga, su amor nunca confesado, la única que le había dado un atisbo de lo que era sentirse vivo en aquellos años de secundaria, ya no existía. La encontraron en un baño público, destrozada de una manera que ni siquiera el peor de los escenarios podría haber imaginado. Las heridas, las drogas en su sangre, la brutalidad con la que fue arrancada de este mundo.

Pero lo que realmente quebró a Arvin fue lo que le habían arrancado de su interior: un hijo que jamás vería la luz. Un alma que ni siquiera había tenido la oportunidad de tomar su primer aliento, ahogada en la oscuridad antes de que pudiera existir. No solo la violencia, no solo el olvido de quienes le hicieron esto, sino esa cruel burla de la vida, esa última gota de humanidad que se había perdido en el vientre de Saki, antes de que el mundo la devorara.

- ¿P-P-Porque ustedes?... -

Arvin observaba las tumbas dispersas en la parte más lejana del cementerio. Nombres que ya no significaban nada para el resto del mundo, pero que para él eran cicatrices que nunca sanaron: Hiroki Mori, su propio hermano; Shoya Suoi, Kazuki Okino, Kenta, Ayano Tanaka, Mi-noo... y ahora, Saki Yoshida. Siete vidas arrancadas, siete historias condenadas al olvido, sin justicia, sin consuelo. El peso de su ausencia se sentía como un eco vacío, resonando en aquel rincón del cementerio donde ya nadie caminaba.