Capítulo 1

130 10 0
                                    

       -𝓔𝓵 𝓲𝓭𝓲𝓸𝓽𝓪 𝓬𝓸𝓷𝓸𝓬𝓮 𝓪 𝓯𝓻𝓮𝓼𝓲𝓽𝓪-

Desde pequeña siempre fui enseñada a mantener la
mirada baja y a ser respetuosa. Por mucho tiempo asistí a clases de modales donde me enseñaron muy estrictamente a ser toda una señorita.

Lamentablemente yo no era lo que mamá quería. Y no, no lo sabía, porque para ella era una niña destacada en sus clases y muy propia. Lo que no sabía era que odiaba las formalidades y que cuando no miraba le ponía los ojos en blanco.

Mi madre era una persona con creencias anticuadas con aire de grandeza y apariencia de dinero viejo.

Y pues si, dinero teníamos pero en realidad no era nuestro.

La realidad era que al solo un año de fallecer mi padre, mi madre se casó con un señor antipático con mucho dinero.

Estuve dese los 13 años en un internado de solo chicas hasta la mayoría de edad, donde por fin encontraría mi libertad yendo a la universidad.

Claro, que la uni no era una de mi elección, pues tuve que atender a la misma de aquel viejo antipático para mantener, como el le llamaba su 'legado'.

Y no estaría sola. Por lo que me contaba mi madre, mi hermanastro a cual nunca avía conocido estaría ahí para protegerme.

Martín, mi hermanastro era dos años mayor que yo y al igual que yo estuvo en internado para solo chicos y luego directo a la uni. Y la verdad yo entendía porque nunca venía a casa, su padre era un insoportable y aún me preguntaba que es lo que vio mi madre en el.

Claro además de su dinero.

La verdad me enfado bastante saber que Martín estaría ahí vigilando y seguro reportando cada paso que daba. Me imagino que debía ser igual de pesado que su padre. A cual a pesar de aver pasado 5 años como una figura parental aún odiaba.

Pase el último día en casa preparando mis maletas lista para salir de este infierno agotador. Donde debía fingir una sonrisa cada ves q me hablaba Hugo, mi padrastro. Y donde era obligatorio sentarme con postura para cenar y comer comidas extravagantes que la verdad me daban asco.

                        ‧˚₊•┈┈┈┈୨୧┈┈┈┈•‧₊˚⊹

"Alegra! No has escuchado nada de lo que te e dicho?"

La voz de mi madre me sacó de mis pensamientos, recordándome que aún no me había librado.

"Lo siento mamá...eh. Estaba pensando en el currículum." Mentí.

"Bueno, ya llegamos." Mi madre dijo abriendo la puerta del carro.

Me baje y la seguí hacia la entrada de la residencias.

"Donde estará Martín? Estaba supuesto a- Ah ahí está." Mi madre dijo apuntando hacia una dirección detrás de mi.

Un muchacho con espejuelos y mucha acné caminaba torpemente en nuestra dirección. Pero me confuse cuando dio una izquierda y siguió caminando.

Mire de nuevo hacia la dirección de donde venía, y casi me llega la mandíbula al piso cuando vi al dios griego que caminaba en nuestra dirección.

"Martín! Pero cómo has crecido!" Mi mamá gritó de alegría y se lanzó a darle un abrazo.

Bueno al parecer yo era la única no informada de que todo este tiempo avía un adonis en la familia.

Fingiendo que no me gustasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora