Fingiendo que no me gustas

Capítulo 13

      -𝐸𝓃𝒻𝓇𝑒𝓃𝓉𝒶𝓂𝒾𝑒𝓃𝓉𝑜-

"Martin estás seguro de  que nadie está?"

"Relájate están de viaje."

"Bueno en su oficina no hay nada."

"Por eso vamos hacia su cuarto."

"Su cuarto." Puse una mueca pensando en que iba a estar en el cuarto donde ese viejo asqueroso se acostaba con mamá.

Ascendimos las escaleras de camino a el cuarto de nuestros padres. Que raro sonaba llamarlos así.

Enfócate Alegra que vamos de misión.

~Si la misión tuya es tirarte a Martín en cada espacio de esta casa vacía, me apunto.

Cállate conciencia, no necesito tus pensamientos impulsivos en estos momentos.

~Oye! No me culpes. Yo soy tu. Además que ya van dos semanas de reposo para Martín. Yo creo que ya se siente bastante mejorcito. Vamos lánzate.

Es que el no a echo ningún intento de tocarme.

~Claro si lo único que haces es rechazarlo. Acércate tú a él.

Estás empezando a sonar igual que Amara.

~Y tiene razón. Tienes a un dios griego a tu merced y no lo valoras.

Claro que-

"Que te pasa fresita?" Pregunta Martín en medio de mi berrinche con mi conciencia.

"Nada." Respondo negando la cabeza.

"Vamos a hacer eso donde te pregunto, y luego me dices que nada. Y te sigo preguntando hasta que me cuentes. O me vas a contar de una vez?" Me arqueó una ceja.

"Es solo que.. te extraño." Dije un poco tímida desviando mis ojos de los suyos.

"Como que me extrañas? Si aquí me tienes." Me dijo con una sonrisa divertida.

"Olvídalo, vamos a buscar lo que tengamos que buscar." Le dije dando la vuelta y caminando hacia la puerta de la habitación.

                        ‧˚₊•┈┈┈┈୨୧┈┈┈┈•‧₊˚⊹

Después de una hora de hurgar  entre las cosas de Hugo y de evitar a Martín, estaba perdiendo la paciencia.

Hugo era demasiado inteligente en este negocio. Sabía lo que hacía, y ahora que sabe que Martín está averiguando sobre su pasado, va a estar más-

"No me lo puedo creer. Alegra la e encontrado!"

"Que te has encontrado que?"

En realidad eno sabía ni que era lo que estábamos buscando. Yo estaba aquí por estar. Porque la verdad es que no me podía concentrar en otra cosa que no fuera las manos grandes y fuertes de Martín. O su olor o el calor que emite su cuerpo cuando se acerca a mí .

Mis pensamientos me atormentaban, no podía superar que Martín no me había tocado en todo este tiempo. Y no se me acercaba lo suficiente como para poder disfrutar de ese olor definido que solo el tiene.