One Shots Sonadow

Solo un reto

Todos hemos conocido al chico más popular de la preparatoria ¿verdad?

Ya sabemos cómo son ese tipo de jóvenes, son presumidos, egoístas, tratan a los demás como si no valieran nada. Y juegan con los sentimientos de los demás.

Al menos en su mayoría.

Pues Sonic es ese chico popular de la preparatoria, pero desgraciadamente es el tipo que piensa que el mundo está a sus pies.

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Todos los estudiantes se encontraban reunidos en la cancha de básquetbol de su lugar educativo. Todos estaban muy entusiasmados.

¿Cómo no estarlo?

Se trataba de las finales intercolegiales y esta vez tenían la esperanza de que el erizo azul lleve su equipo a la victoria.

Faltaba poco tiempo para que el marcador llegue a cero. El cobalto lanzo la pelota fuera del área y logró una maravillosa canasta de tres puntos. Logrando con ello la victoria para su equipo.

Toda la preparatoria estallo de alegría, por primera vez fue su institución quien ganó ese partido. Y todo gracias al erizo más guapo del lugar. Sonic James.

─Eres sensacional amigo, gracias a ti ganamos el partido ─hablo el echidna.

─Es verdad, ahora todos están completamente locos por tí, en especial las chicas, jamás había visto tal apoyo o admiración de ellas ─dijo un zorrito amarillo.

─Gracias, gracias amigos, pero que puedo decirles, en esta preparatoria todos están locos por mí.

─Yo no diría eso Sonic.

─¿A qué te refieres Knuckles?

─Knuckles tiene razón, tienes a la mayoría muertos por tí. A excepción de uno.

─Ya dejense de tonterías y hablen de una buena vez, ¿quién no se fijaría en mí?

─Shadow Doom ─reveló el echidna.

─Exacto amigo ─dijo el zorro ─además de ser un nerd, tiene la reputación del ser el más difícil. Rechaza a todo aquel que quiera coquetearle.

─¿Enserio? ─preguntó el cobalto

─Si, según dicen su última relación fue hace dos años y desde entonces no ha vuelto a salir con nadie, no se junta con nadie más que con sus amigas.

─Por favor puedo hacer que ese erizo rarito salga conmigo en menos de un minuto, para demostrarselos lo invitaré al final de la jornada ─dijo el cobalto seguro de sus palabras.

En otro lado

─Agh, que sueño tengo ─bostezo el azabache.

─¡Hey Shadow! ¡Esperame! ─corriendo hacia el erizo ─Uff, déjame adivinar, te quedaste hasta tarde haciendo las tareas ─hablo la murciélago.

─Sí, ya sabes que no me gusta dejar nada a último minuto. ¿Y qué hay de tí?

─Lo mismo, pero me tomo mi tiempo para distraer y relajar mi cuerpo, deberías hacer lo mismo.