XIV

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Y de repente Samantha sentia que tenía una vida que valia la pena vivir. Después de años de depresión y soledad su vida no era perfecta, pero era feliz. Era feliz gracias a Rocio que habia reclamado su puesto de mejor amiga sin nisiquiera pestañear cuando había vuelto, también gracias a Vicky, pero sobre todo era gracias a Abril que había revolucionado todos y cada uno de los aspectos de su vida.

Abril era como un torbellino de caos, la joven se quedaba dormida y llegaba tarde a clase, y perdía las llaves de su coche tres veces al día.
Samantha le habia abierto la puerta de su corazón y ese caos había entrado con ella. Abril estaba en cada esquina, su presencia se notaba en su coche y en su casa, donde Abril había dejado diferentes objetos que ahora servian de recordatorio para Samantha de que Abril era parte de su vida.

Samantha salió de su habitación con los ojos aun medio cerrados y el pelo
revuelto y caminó con sus muletas por el pasillo de camino a la cocina.
pero cuando pasó por delante de la puerta de la entrada vio algo que la
hizo pararse en seco. En el suelo estaban las botas de Abril. Samantha se quedó parada unos segundos observando los zapatos y tratando de recordar si estaban ahí la noche anterior, Abril solía dejar su ropa y sus zapatos por toda la casa, pero Samantha juraría que esas botas no estaban allí ayer. Samantha giró la cabeza se asomó al salón y entonces vio a su novia durmiendo en el sofá envuelta en una manta, sus pantalones vaqueros y su sujetador estaban tirados en el suelo por lo que Samantha supuso que debajo de la manta solo la cubría una camiseta.

Samantha avanzó cons su muletas hasta el sofá y la observó, preguntándose que hacía alli. Se sentó en el borde del sofá dejandos sus muletas en el suelo y acarició la cara de Abril.

"Abi" Dijo Samantha tratando de despertarla, pero fue inútil, Abril seguía durmiendo con la boca abierta y Samantha no pudo evitar sonreír pese a que estaba un poco preocupada.

"Abi" Repitió un poco más alto mientras apretaba ahora su hombro.

Abril se revolvió todavía envuelta en manta y finalmente abrió ligeramente los ojos "Samantha" susurró.

Abril levantó la manta y se pegó a la parte trasera del sofá invitando a su
novia a acostarse a su lado. Samantha lo hizo e inmediatamente rodeó la cintura de su novia con sus brazos mientras Abril las tapaba ahora a las dos.

"¿Estás bien?" Dijo Samantha rompiendo el silencio.

Abril la estrechó entre sus brazos y le dio un beso en el pelo "Si"

"¿Quieres hablar?" Probó a preguntar Samantha ante la falta de explicaciones por parte de su novia. Samantha le dejó un beso en el cuello y volvió a acomodarse escondiendo su cara en su cuello.

"Es una tontería" Dijo simplemente Abril.

"No es una tontería si estás durmiendo en mi sofá, pero no tienes que contármelo si no quieres"

Abril suspiró profundamente "Ayer tuve un mal sueño y no podía volver
adormir y vine aquí"

"¿Por qué no viniste a mi cama?"

"No quería despertarte, estabas adorable estirada en medio de la cama" Dijo Abril con una sonrisa recordando lo relajada que parecía su novia la noche anterior, pese a que ella había estado llorando en aquel momento.

"Puedes despertarme si me necesitas, siempre Abi"

"Lo sé, pero..." Abril pensó como expresarse "Quería estar cerca de ti... pero no quería hablar anoche, no sé si tiene sentido"

Samantha no dijo nada "¿Estás mejor ahora?"

"Si" Dijo Abril apretándola otra vez contra su pecho.

"No tienes que contármelo si no quieres, pero si quieres hablar de tu
pesadilla, o de lo que sea estoy aquí"

•●Tres Besos●• (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora