9- Celos.

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Cristal y Brad se separaron y comenzaron a caminar escaleras abajo. Cristal se detuvo en su lugar mientras Brad le hablaba y me hizo una seña de que la siga, obedecí.

Fuimos, o mejor dicho, fueron, porque no se daban cuenta de que yo estaba tras ellos.

Bueno, no importa, fuimos hasta un lugar dentro del mismo edificio donde había un cartel pequeño con luces y dentro mucha gente tomando, comiendo y charlando.

Esta a de ser la cafetería según dijo Brad.

Entramos pero a mi un hombre me agarró del collar y le gruñí mostrando mis dientes cuando me levanto de este.

-¡Oiga! ¡Bajelo, es mío, es mi perro! ¿Que le pasa? ¡Lo está ahorcando- Gritó Cristal acercándose y él hombre aún no me soltaba.

Si me estaba ahorcando. Así que empecé a llorar para que me deje. Soltaba grandes alaridos hasta que el hombre me dejó en el suelo pero sin soltar mi collar.

-Lo lamento Cristal, pero los perros no deben ingresar a la cafetería y usted muy bien lo debe saber- dijo el hombre y yo tironeé de su mano pero no me soltaba.

-Agh...Brad, espérame aquí, tengo que dejar a Grey con Alexia, ella podrá cuidarlo mientras nosotros hablamos- le dice Cristal a Brad y él asiente para luego sentarse en una mesa.

Cristal suavemente golpea su pierna haciéndome la señal de que la siga y lo hago. Subimos otra vez y pasamos por la puerta del salón en el que Cristal estaba, pero entramos a una puerta a una esquina de esta, cuando entramos veo a una chica sentada en un piano tocando este. Al ver a Cristal, la chica se levanta con una sonrisa y se saludan.

-Oye Alex, ¿Podrías cuidar a Grey mientras yo estoy en la cafetería? No molestará, te lo aseguro- le pide Cristal a la que creo es Alexia.

-No hay problema Cristal, vienes cuando ya terminé la clase, me iba a quedar a practicar así que tú déjalo tranquila...¿Grey es tu perro? Por lo que me dijeron creí que era de Carla- dice Alexia y me acaricia.

-Si, es mío...Lo encontré hace unas cuantas semanas, estaba en una caja abandonado. El veterinario le curó una pata que tenía rota y es muy compañero.

-Oh que lindo, pobrecito el pequeño...¿Que edad tiene?- pregunta Alex.

-Según el veterinario, tiene un año- le contesta Cristal y la miro sonreírle a Alexia.

-Bien, ve tranquila que yo me quedo con él Cristal- dijo Alex y Cristal le agradeció para luego irse.

¿Ahora no se despide de mí?

¡Debería al menos saludarme con la mano, suficiente con que me deje aquí por ese chico raro! ¡Yo soy su perro, no él! Yo debería ser su prioridad ¿o no?

Dice que me ama y se va atrás de ese chico alto...Agh, desearía saber de que hablan.

Me recosté en en pido y dormí un rato, no pude evitar quedarme dormido, la dulce canción que Alexia tocaba me relajó y simplemente sucedió.

Cuando desperté ella estaba frente a una de las ventanas a unos metros de mi, estaba leyendo unas hojas con signos raros. Creo que son partituras...¿no?

Me estiré un poco y luego caminé hacia ella. Miré por la ventana.

Que linda vista.

Oh...esperen, ¿Esos son Brad y Cristal? Estaban abrazados en la vereda de éste edificio.

Una vez separados, Brad cruzó la calle y se fue saludando a Cristal con la mano.

Ella entró al edificio y la perdí de vista.

Un rato después Cristal entró al salón donde Alexia y yo nos encontrábamos y corrí hacia ella.

Salté encima y lamí su rostro feliz por su llegada.



***

Hey Suricatas!!!

¿que tal? Perdón por tardar tanto y encima traer un cap tan corto pero tuve poca inspiración y empecé historias nuevas y bla bla.

Pero les tengo un notición.

TENGO UN PERRO

Si, se llama Pocho, resulta ue un día estábamos con mi mama grabando un video en la calle en honor a Suri, y yo tenía que gritar a cada rato "Suriii, Suriii" porque estaba "perdido" en el video.

Así que cuando terminamos de grabar, estábamos volviendo a casa cuando mi mama me dice que espere y me señala atrás de un muro.

Había un cachorro que no tenía más de un mes acurrucado tras el muro, llorando y con frío.

Le preguntamos a una señora de ahí y dijo que no era de ella y que lo tiremos a la calle.

Convencí a mi mama de que no podíamos dejarlo ahí porque podría morir y que con lo lindo que era alguien querría adoptarlo. Así que lo llevamos. Nadie lo quizo.

Hoy en día tiene cuatro meses, se llama Pochocli y le decimos Pocho. Se porta mal, duerme conmigo y se escapa de casa, por lo que mi padrastro está cansado, pero yo lo adoro y estoy dispuesta a cuidarlo hasta que yo tenga veinti pico de años.

Gracias por leer! Trataré de retomar el libro y de antemano aviso que no pasará los treinta o veinte capítulos

Bae!

[Pocho actualmente en multimedia, si quieren foto de cuando era peque la pongo en el cap siguiente]

Las Memorias del PerroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora