Ya pasaron unos días desde que vivo con Cristal, para ser exacto, son siete días...así es, una semana.Durante esta semana he aprendido muchas cosas que no sabía de los humanos; Confirmé que Cristal me tiene cariño, al igual que yo a ella. Confirmé que es buena y ahora estoy seguro.
También descubrí que me había equivocado, las palabras no son muestras de afecto en sí, si no que son una manera de expresarse y explicar...alguien puede decir palabras que hieren tanto como palabras que hacen bien. En fin, son una forma de comunicarse que más que nada usan los humanos.Y Cristal me enseñó un juego, el sábado, como no trabajaba agarró una pelota y nos fuimos al enorme patio de su casa, ahora nuestra casa, y comenzó a lanzarla lejos para que yo la atrapara, también la lanzaba hacia arriba y yo saltaba como nunca lo hice. Siempre me decía que lo hacía bien y me acariciaba el lomo.
También aprendí los días, bueno, lo que hago cada día. Cristal empezó a decirme todos los días, que haríamos y me mostraba en un "calendario" los nombres de los días. Claro que yó no sé leer, pero aprendí de vista cual es cual.
Así que tuve una semana entretenida. Hoy es Lunes, así que me quedaré con Carla mientras Cristal trabaja, luego iré con Cristal a correr y a jugar con Hanna. Así es, nos hicimos amigos de Hanna y su madre Tina.
Así que aquí me encuentro, jugando con la pelota que Cristal y yo usamos siempre, la estoy usando sólo, pero es divertido buscarla.
La pelota se va rodando a la habitación de Cristal y yó la sigo. Entra por la puerta y al chocar con la cama se detiene. La tomo con mi boca pero inmediatamente la dejo caer, escucho un grito de parte de Carla.
Corro a donde se encuentra y la veo en el suelo, está asustada y llorando, se arrastra con sus manos hacia atrás mientras un humano extraño la mira con los puños apretados y notablemente tenso.
-¡Te dije que no te desarias fácilmente de mí! ¡No debiste dejarme, pero ahora...PAGARAS!- dijo el extraño.
No soy tonto, se que le ha hecho daño. Carla tiene un moreton en el rostro, y él...pues, para que decir que tiene los nudillos apretados y amenaza con volver a pegarle.
Me acerco sigiloso por detrás del extraño y salto como cuando jugaba con Cristal. Le muerdo el hombro y el cae al suelo conmigo sobre él, muerdo su cuello y le muestro los dientes gruniendo. El extraño parece asustado, me empuja hacia atrás provocando que yo golpee mi cuerpo contra el sillón, por lo que gimoteo. Pero me levanto al sentir el miedo de aquel extraño, lo persigo mientras corre hacia afuera y desaparece por la calle agarrando su herida sangrante.
Vuelvo adentro donde Carla llora en el suelo, está escondida entre sus piernas mientras las abraza. Me siento en el piso junto a ella, con mi hocico muevo su brazo y ella levanta su rostro. Me mira un minuto y luego me abraza y yo, como puedo, pongo mi pata en su espalda, imitando su gesto. Luego me suelta y me acaricia la cabeza.
-Eres genial Grey...gracias, me salvaste de él...- dicho esto se levanta y pone el aparato para comunicarse en su oído. Yo voy a buscar mi pelota nuevamente, como si nada hubiera pasado.
Al entrar a la habitación veo la pelota pero no la tomo, en su lugar, mi nariz percibe el olor de Cristal. Sigo el olor hasta llegar a su ropa, en el suelo se encuentra tirada una manta. La agarro con mi boca y la llevo a mi cama en una esquina de la habitación, donde me duermo apoyando mi cabeza en la manta.
Con su olor junto a mí, me ciento a su lado.
(...)
Escucho las llaves en la cerradura de la puerta. Cristal llegó.
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Las Memorias del Perro
RandomMe llamo Grey. Mi cabello corto es pardo, soy flaco, alto y soy un galgo. Si, soy un perro pero ¡Anda! ¿Que diferencia hay entre mi forma de narrar y la de un humano? Nada. Así que ahora que me aceptas, ¿Quieres leer mis memorias?