#11- castigo

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Ariana
Caminamos de regreso  a la finca sin decir  ni una sola palabra nisiquira ellos se atrevían a decir nada, si sus hombres le tenían miedo que  podía decir  yo. Cuando traté de ir hasta  la casa me sostuvo fuerte del brazo llevándome hasta un costado. Pensé que  me llevaba a algún lugar  para matarte pero  no había  nada solo un poso de agua que nadie usaba solo era decorativo, bueno  ahora  ya no tanto.
Ariana: qué vas a hacer?
Günther:  si te castigo yo mismo con la furia que tengo te mataré así que estarás ahí metida hasta  que se me pase y cuando eso ocurra vendré a castigarte...no te vayas a morir antes...de acuerdo ( se dio la vuelta  mirando  a sus hombres) en la cara  no.

Todos sus hombres  estaban allí junto  a él así que se separó un poco  de mí y dio paso al primero que me golpeó en el estómago luego el segundo y así los cuatro hombres que andaban con él. Se acercó y acarició mis mejillas.

Günther: me encanta  que seas tan desobediente así puedo  tener  el placer  de domarte a mi gusto.
Fue lo último  que dijo antes de cargarme y tirarme dentro del agujero. Tenía bastante agua pero  no como para ahogarme traté de volver a subir  pero era inútil, estaba muy cansada  y las paredes muy lisas como para intentarlo.

Esto era una tortura cuando  ya no tenía fuerzas saqué otro  paquetico de los que tenía con azúcar y lo ingeri pero no sería suficiente llevaba dos días solo con dos de estas cosas mi cuerpo  no aguantaría mucho más. En la noche Nora se apareció  en el borde del pozo con algunas cosas para mí, frutas especialmente, no hablamos sabíamos que  si nos atrapaban  sería peor para las dos.

Así pasamos unos cuantos días metida en aquel  lugar casi sin poder descansar mi cuerpo  no resistiría mucho más cuando  sentí  su voz hablar con alguien  más afuera.  No quería rogar pero estaba muy tentada a hacerlo. Pegué mi cuerpo a uno de los muros y miré hacia arriba pero  él no se asomó cerré los ojos, segura de tener  que pasar más días en este maldito castigo  pero algo me dio en la cara. Cuando  abrí  mis ojos  pude ver una cuerda pero  a quien se le puede ocurrir que en mi estado podría subir esa cosa. Dudaba poder hacerlo estando en plena forma. Así que no quedaba otra opción   más que rogar. Mierda.

Ariana: no puedo  hacerlo.

Nadie respondió pero  sabía que estaba ahí esperando a que hiciera  algo.

Ariana: por favor no...no puedo...estoy demasiado agotada...por favor!

Lo vi asomarse y sonreír. Maldito invesil solo quería escucharme rogar, almenos  se veía de buen humor.

Günther: agárrate fuerte  de la soga voy a tirar de ella y te sacare de ahí.

Eso hice obedecer como a él le gusta, que cumplan  su palabra  al pie de la letra. En cuanto  salí  se acercó  a mi para ayudarme pero en cuanto trate de ponerme  en pie me fui al piso y tuvo que cargarme para llevarme hasta la  habitación.  Fue directamente hasta el baño me quitó toda la ropa y me metió en la bañera, restregó mi cuerpo  y cabello con delicadeza, esto era nuevo.

Günther: has sido muy valiente, eres muy fuerte, eres muy mía y nunca te vas a ir de aquí.
Ariana: es una amenaza?
Günther: es una promesa...eres mía.
Ariana: dejarás que vea a yiyi.
Günther: no!
Ariana: entonces lo seguiré intentando.
Günther: acaso quieres morir.
Ariana: estoy muerta  desde día que me quitaste a mi hija, no puedes entender que la necesito y ella a mí, yo soy su madre y por muy buena  que sea tu esposa nunca le dará el amor  que yo puedo darle.

Las cosas de la mafia. (El Alemán)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora