Las cosas de la mafia. (El Alemán)

#13- intento#2

Ariana
Volvimos hace unos días y aunque no estamos como antes no estamos mal. El alemán viene cada día a follar y hacemos alguna que otra cosa pero nada como antes.
Una tarde me vuelvo a quedar viendo a los guardias Nora se da cuenta y viene hasta mi con cara de preocupacion.

Nora: qué crees que haces? Quieres morir?
Ariana: no puedo seguir así tengo que buscar una manera.
Nora: lo he visto matar gente como si fueran moscas, lo he visto matar por menos de lo que has hecho tú.
Ariana: talvez sería mejor morir.

No no puedo pensar así, debo buscar otra manera de salir de aquí y ir con mi hija, Gimena me necesita. Mi amiga me miro con lástima, odio que me miren así.
Empiezo nuevamente a controlar los movimientos de los guardias y la única manera es el auto del invesil. Pero como me puedo meter en su auto.
Una semana después vi la solución, después del sexo nocturno con el alemán me hice la dormida para que saliera de la habitación. En cuanto lo hice me lancé por la ventana del segundo piso bajando por una de las grandes columnas hasta llegar al pasto. Aunque me dolió un poco la caída me acerque cautelosa hasta el auto del mafioso. Sus hombres estaban cerca así que tuve que tener mucho cuidado para meterme en maletero sin hacer ruido. Varios minuto después el auto salió en movimiento. No estuvo mucho tiempo en el camino las casas parecían estar relativamente cerca una de la otra. Un rato después de detenernos y cuando estuve segura de que no escuchaba ningún ruido me decidí a salir.
Noté que seguía al aire libre así salí con cuidado y fui rodeando la casa hasta encontrar alguna puerta por donde introducirme. Solo veía ventanas y más ventanas. Cuando llevaba un rato rodeando la casa la vi en la ventana. Estaba sentada en una de esas sillas de bebé y una señora le daba de comer. Mis lágrimas salían una mujer muy hermosa y bien vestida entró en la cosina y dijo algo para que la señora saliera, esa debía ser la esposa del desagradable.
Cuando se quedan solas la mujer sacó algo de su bolsillo y le hizo algo a mi niña que empezó a gritar y llorar sin consuelo, él llegó y los vi discutir por el sonido del llanto, la señora volvió a entrar e hizo que niña se calmara. La pareja se volvió a separar y yo comencé a buscar una puerta, esa mujer iba a escucharme en cuanto la tuviera en frente nadie le hace daño a mi hija.
Solo sentí un fuerte dolor en la cabeza y nada más. Desperté en lo que supuse era el auto con las manos y pies atados, no podía moverme. No me equivoqué, unos minutos después abrieron el maletero y sacaron mi cuerpo a rastras. Traté de moverme lo menos posible la hierva me estaba haciendo suficiente daño ya. Ver su cara due lo que me dio verdadero miedo, no podía creer que ahora estaba más molesto incluso que cuando me escape la primera ves. Los hombres me pucieron de pie ya sacaron mis brazos.

Ariana: solo quería verla.

Grité para que todos me escucharan, los hombres bajaron la cabeza otros miraron hacia otro lado. Pero él seguí mirándome a los ojos como si quisiera matarme y se lo estuviera pensando.

Günther: terminemos con esto...es hora de que vuelva con mi familia.
Ariana: tu familia ( dije con ironía) tu familia es una mentira, tu hija es mía y tu mujer es un monstruo igual que tú, dices querer a Gimena y dejas que esa maldita la maltrate.
Günther: Eris nunca maltrataria a nuestra hija.
Ariana: la vi con mis propios ojos, no importa lo bien que me porté desconfías a la primera y de esa no importa lo que haga dices que no ha hecho nada, eres increíble.
Günther: Eris es una mujer buena, llevamos juntos casi 10 años, es supermodelo y de buena familia, tú quién eres?...exactamente no eres nadie a ver cuando te lo metes en esa cabeza tuya.
Ariana: yo soy la madre de Gimena.

Me gano un golpe en la cara pero por experiencia puedo decir que no quería hacerlo,

Ariana: no lo voy a dejar de intentar sabes por qué, porque es lo que hacemos las madres proteger a nuestros hijos. Golpeame todo lo que quieras, no me voy a morir sabes porque...porque no puedo...no puedo dejarla contigo...
El primer golpe llegó y luego otro y otro y más. Deje de contar, solo esperaba que terminara rápido porque no aguantaría mucho. Sus manos tenían sangre fue lo último que vi porque no pude volver a abrir los ojos aunque todavía estaba consiente. Pero eso cambió después de las primeras patadas.

Al día siguiente regresa y al siguiente.