Capítulo 3. ¿Qué es lo normal?

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De manera totalmente estúpida, estiré la mano hacia ella como saludo, supongo que el deseo por saber cómo era su piel al estrechar su mano me embruteció. Sin dejarle saber mi pequeño desliz, sin duda la belleza femenina me dejaba idiota.

Rápidamente, sin dejarle saber mi desliz, comencé a hablar con ella nuevamente.

—Jennie, es un nombre muy bonito, ¿no eres de aquí?

—Sí, pero por alguna extraña razón mi madre se decidió por un nombre occidental, ¿tú tampoco eres de aquí?

—Nací aquí, pero mi madre es tailandesa— respondí orgullosa.

—¿Sabes hablar tailandés?— preguntó con algo de fascinación. Asentí con emoción, hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo, realmente quería darme un golpe por lo estúpida que estaba siendo, por dios Lalisa, sentido común.

—Sí, ¿quieres oírlo?— Jennie asintió con una sonrisa enorme en su cara, dios, qué linda, su sonrisa le hacía notar un poco sus encías, pero eso no hacía más que volverla sumamente tierna. Empecé a hablar el idioma que me inculcó mi madre y su fascinación no hizo más que aumentar.

—Se escucha sumamente claro, eres fantástica Lalisa— sonrió volteando a mi dirección, pero no viéndome a mí. El halago me hizo sonrojar de una manera furiosa, sentí como el calor se expandió sobre mis mejillas, en este momento, por cruel que parezca, agradecí que no pudiera verme.

Escuché como Jisoo y Rosé seguían hablando concentradas en ellas mismas.

—Gracias Jennie, tú también eres maravillosa— soltó de repente.

—¡Hey, cariño!— se escuchó cómo gritaron adentro del salón, pero seguí concentrad en la pequeña muestra de vergüenza en Jennie, ¿podía ser acaso más adorable?

—¡Lalisa, mi amor!— escuché que gritaron esta vez. Volteé hacia la voz y no era otra persona más que Bibi, gracias a Dios se encuentra en otra clase y no en la mía, pero eso no me libraba de ser acosada por esa mujer.

Camino en mi dirección hasta sentarse encima de mi mesa, todo sería más fácil si me gusta esta chica, pero no, lamentablemente, no puedo gobernar quién entra a mi corazón.

—¿Te gustó la bebida que te compré?— asentí, pero dándole mi atención a Jennie, que ahora estaba con uno de sus audífonos escuchando nuevamente su pódcast, me preguntaba cómo era capaz de navegar en el dispositivo sin equivocarse. Bibi miró a lo que le estaba robando mi atención y por desgracia, vio que era una mujer.

—Oye tú— se dirigió a ella, Jennie, por no saber que le hablaban a ella, se dedicó a ignorarla— Hey, te estoy hablando— tocó unos de sus hombros y Jennie volteó hacia nosotros.

—Disculpa, ¿me estabas hablando a mí?— habló Jennie con la mirada perdida hacia los ventanales detrás de nosotras. Bibi pareció analizar su situación y al ver el bastón enterrado en su mochila, no tardó en sumar dos más dos.

—Sí, pero no te preocupes, ya vi que no eres ninguna competencia para mí. Pero por si las dudas— Bibi se acercó demasiado a Jennie como para que cualquier persona se intimidara, pero por sorpresa, ella no lo hizo— aléjate de Lisa, es mía, ¿de acuerdo?

—Me alejaría solo si ella me lo pide— habló sin inmutarse.

—Deja de molestar a Lisa, Bibi, ¿no ves que está metida en cosas más interesantes que tú?— interrumpió Jisoo con un tono hostil, hiriendo el ego de esta loca.

Nos dio una mala mirada a todas, en especial a Jennie y a Jisoo.

—¿Puedes retirarte por favor Bibi?— le dije empujando sus muslos fuera de mi banca— en serio no estoy de humor para esto hoy.

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