𝐏𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨

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Los días habían pasado como si simplemente no existieran

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Los días habían pasado como si simplemente no existieran.

La vida de Luke había vuelto a la normalidad entre comillas.

Se dedicaba a ser doctor durante gran parte del día y ayudar al murciélago a veces en algunas misiones, no siempre podía ayudarlo ya que tenía algunas guardias de imprevisto en el hospital.

Aquel día no fue para nada bueno para Luke.

Había tenido un turno de 24 horas y hubieran sido el doble de no ser por qué su relevo llegó justo a tiempo al verlo tan derrotado.

Literalmente Dick tuvo que ir por el y cargarlo hasta llegar a la mansión Wayne ya que el joven se había quedado dormido en la sala de espera del hospital.

Lo dejo descansando en el sofá mientras preparaba algo de comer para ambos ya que Alfred no se encontraba.

Regreso de la cocina con dos platos de empanizado y ensalada acompañado de un buen vino.

Aunque para el joven decidió traer jugo de naranja y un suero energizante.

Al verlo dormir pudo percatarse de ligeras cicatrices en su rostro, sabía quién las había provocado y eso lo hizo entristecer.

Pensaba que si aquel joven no hubiera caído en las garras de su padre hubiera logrado muchas cosas.

Entre ellas evitar la muerte del joven Jason Todd, sabia que si Luke hubiera estado ahí, hubiera evitado que fuera tras del Joker.

Con algo de temor repaso las cicatrices que se encontraban en sus manos, casi no se veían.

La mano del chico era realmente calida y pequeña a comparación de la suya, parecía irreal aquel momento ya que aún recordaba como ese mismo chico se encontraba en un ataúd, lleno de moretones y rasguños, y su piel en ese entonces era más fría que la noche de Gotham.

Noto como se removió algo incómodo tomando su mano entre las suyas para seguir durmiendo, Grayson no tuvo el valor de quitarse y decidió dejar la cabeza del chico en su regazo para que pudiera descansar más cómodo.

Su respiración era lenta y suave como si no estuviera preocupado por nada más.

El merecía descansar después de todo lo que pasó, nadie merecía tal atrocidad.

Tal vez no pudo salvar a su hermano pero si podía salvar a aquel jovén.

No tardó mucho para que el rubio abriera sus ojos lentamente, parecía querer registrar la habitación donde estaba ya que la última vez solo recordó ver la sala de espera del hospital pero ahora se encontraba en la sala de la mansión Wayne.

Un ligero bostezo salió de sus labios y restregó su mano contra su ojo en un intento de despertar bien.

Sintió que estaba sobre algo muy cómodo y no quería levantarse de ahí pero entonces sintió un frío contacto en sus manos, bajo la mirada y encontró que tenía aprisionada la mano de alguien.

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⏰ Última actualización: Jul 12 ⏰

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Mi ángel en la oscuridad | Jason Todd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora