Parpadeó varias veces mirando a su alrededor, su vista aún no se había adaptado ante los repentinos rayos de sol que se colaban por su ventana.Se acomodo mirando fijamente el techo, como si fuera la cosa más interesante del mundo, no tenía percepción del tiempo pero el sentía que todo iba más lento de lo normal.
Palmeó un poco los lados de la cama mientras su vista terminaba de adaptarse a aquella habitación.
Su vista se fijó en la cómoda cama y las sábanas que lo rodeaban. Suspiro pasando sus manos por su rostro hasta que se dio cuenta de algo.
No estaba en su habitación, se levantó algo desorientado y miró a todos lados.
Aquel lugar se veía diferente, tenía tonos pasteles pero sin llegar a empalagar, la cama que lo rodeaba era una cómoda King matrimonial.
La suave brisa de la mañana movía las grandes cortinas blancas que impedían la vista hacia fuera.
Un lindo clóset se veía a simple vista, el mayor quedó algo sorprendido ya que no era el lugar donde usualmente dormía después de cada misión.
Unas pequeñas risas se escucharon en la lejanía, Jason quedó algo sorprendido.
Hasta que se dio cuenta de algo..
Aquel suave aroma que lo volvía loco estaba presente en todo el lugar, su mente estaba tratando de atar cabos pero no le importó mucho.
Rápidamente se levantó y noto su desnudez, se puso un simple pantalón de pijama que estaba tirado en el suelo de aquel lugar.
A tropezones siguió aquel delicioso aroma, divagaba demasiado en lo que había pasado pero no le importó mucho.
Detuvo sus pasos al oír su dulce voz, aquella que parecía la de un mismo ángel.
No conocía cómo eran los ángeles o si quiera que estos existían pero para él, su amado era uno.
A pasos lentos avanzó hasta llegar a aquella sala.
Dos pequeños bebés estaban jugando en una especie de corral, estos al oír los pasos voltearon y sus pequeñas risas resonaron por toda la habitación mientras extendían sus brazos al adulto.
Jason se arrodilló sin creerlo mientras gateaba hasta donde estaban los bebés.
Sus cabellos rubios mezclados con pequeñas mechas de color negro lo sorprendieron, sus ojitos, ambos de diferente color.
Acaricio las mejillas de ambos como si se fueran a quebrar ante su simple toque, una pequeña risa salió de sus labios mientras abrazaba a los bebés contra su pecho y estos se calmaban completamente felices.
Al notar que estos se habían quedado dormidos decidió dejarlos en lo que parecía ser una cuna.
De inmediato una dulce melodía llegó a sus oídos, como si un lindo ángel estuviera en aquel lugar.
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Mi ángel en la oscuridad | Jason Todd
Fanfic¿Has escuchado del efecto mariposa? Una pequeña decisión que puede cambiarlo todo. Un pequeño rayo de luz se asoma por el oscuro Gotham, una gota de esperanza entre caos y destrucción. ¿Será posible que esté rayo de luz pueda superar todas las oscur...