Desaparición

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Dos meses habían pasado desde que se supo algo del joven Quinzel, la policía había hecho todo lo posible por intentar encontrar al chico pero sus esfuerzos eran en vano, mientras ellos daban un paso, quién sea que tenía al rubio daba tres

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Dos meses habían pasado desde que se supo algo del joven Quinzel, la policía había hecho todo lo posible por intentar encontrar al chico pero sus esfuerzos eran en vano, mientras ellos daban un paso, quién sea que tenía al rubio daba tres.

Un joven Jason se encontraba desesperado por encontrar al culpable de la desaparición de su lindo rubio, se había vuelto loco buscando pistas sobre el paradero de aquel rubio, su mente no quería entender que era más difícil de lo que pensaba. 

Se la pasaba noche y día buscando a su prometido, la idea de perderlo lo volvía loco.

Batman se encontraba preocupado por el paradero de aquel joven promesa, no entendía quien había sido capaz de se secuestrarlo. Aunque también estaba preocupado por su joven hijo, las ojeras en su rostro eran más que notorias y su estrés también. Varias veces trato de tranquilizarlo diciendo que encontrarían a Luke pero no era tan fácil como pensó.

Quién sea que haya raptado al joven tenía un buen plan para esconderse de todos, incluyendo a la misma Harley Quinn.

Cuando se enteró de la desaparición de su hijo pensó que era solo una mala broma de los policías de Arkham pero cuando comprobó aquella noticia por un periódico no le importó escaparse de aquel lugar con tal de buscar a su pequeño, pero para ella también fue en vano ya que no encontraba quien lo había hecho.

Cuando se enteró de la desaparición de su hijo pensó que era solo una mala broma de los policías de Arkham pero cuando comprobó aquella noticia por un periódico no le importó escaparse de aquel lugar con tal de buscar a su pequeño, pero para ella ...

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Un joven Quinzel estaba atado en una silla, sus párpados estaban cerrados y su ceño fruncido.

No quería que de sus labios saliera algún gemido de dolor debido a las punzadas que sentía por su cuerpo.

Este estaba lleno de moretones y rasguños, sus delicadas manos estaban llenas de sangre, no sabía si era fresca o seca pero le desagradaba el olor metálica que está desprendía.

Sus pies estaban desnudos y llenos de moretones, algunos morados y otros en tonos verdosos y azules. Algunos ya habían casi desaparecidos pero algunos eran recientes, los dedos del menor se encongian del dolor que sentía cada vez que trataba de tocar el piso.

Su cuerpo estaba cubierto por una especie de traje negro, era una tela fresca pero a la vez cálida.

Su delicado rostro, aquel que antes portaba una linda y amable sonrisa ahora era tenía un semblante de dolor y angustia.

Mi ángel en la oscuridad | Jason Todd Donde viven las historias. Descúbrelo ahora