[09: código 'tiburon']

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Los tiburoncitos después de hacer cosas malas:

Los tiburoncitos después de hacer cosas malas:

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🦈🌻







El cielo recién pintaba en los conocidos colores del amanecer, Pedri ese día optó por levantarse temprano y regar sus plantas. Había observado en más de una ocasión en dirección a los Torres pero tal parece que estos dormirán hasta tarde. 

Anoche le había costado bastante separarse de ellos, la cena llevó a una película en la sala con los niños pegados a él. Mismos quienes durmieron ahí y nuevamente tuvieron que llevarlos a su cama, fue también otra parte. Su omega no quería dejar al alfa, besos cortos, largos, palabras lindas. Todo se le juntó y su tonto omega quería quedarse con él. 
Ferran lo acompañó hasta su casa, donde compartieron más besos. Y después se fue, mentiría si dijera que después de pocos días de su celo este no lo alborota todo, así que puede que durmió tarde. 

Terminó de regar las plantas y fue directo al gimnasio que había instalado en una de las habitaciones libres. Debía de retomar su rutina o simplemente caería en la procrastinación. Cosa que no quería. 

Una hora más tarde, salía de la ducha. Con una toalla cubriendo desde su cintura para abajo, la ventana de su habitación estaba abierta por lo que la luz del sol entraba sin precedentes al igual que la mirada descarada de João Félix del otro lado de la valla. 

—Hola, chico sexy. —João habló con coquetería, Pedro sintió sus mejillas calentarse y al acercarse a la ventana para cerrarlo vio bien como alguien más abrazaba al descarado omega. Ya en su lugar escondido, vio como este correspondía el beso que le daba. Y hasta sonreían de por medio, suspiró antes de dirigirse al clóset. Su nido estaba un poco revuelto porque no lo había arreglado desde su celo, sentía que si movía algo de su lugar el aroma de Ferran se iría volando. 



×××××




—Pasa, pasa... papá está haciendo el desayuno, ¿ya desayunaste? —Ángel preguntó, el pijama con estampado de tiburones era adorable. El pequeño Torres lo llevaba de la mano hasta la cocina. 

—Hola, Pepi. 

—Hola, Pedri.

Los dos pequeños saludaron, Lucas estaba comiendo algo. Prueba de ello eran las mejillas con migajas por todas partes. Diego preparaba algo con sus manos que no adivinaba aún que era. Y Ferran... él estaba de espaldas, sin camisa y exhibiendo su trabajada espalda. 
Suspiró encantado, el tatuaje que adornaba la nuca y parte de la espalda del alfa se veía... sexy, incluso con sus movimientos leves sus músculos desprendían un aura varonil que le encantaba. 

Su omega estaba totalmente babeando por el mayor. Quien sin que se de cuenta estaba a su lado, susurrando un suave 'hola' y dejando un sonoro beso en sus mejillas. 
Se sintió más avergonzado de lo normal y se sentó a un lado de Lucas, él ya había desayunado así que solo aceptó el jugo que le ofrecían los niños. 
Entre charlas pasó el desayuno. Su pecho sintiéndose cálido por el ambiente familiar que tenía, sentía la mirada del mayor posarse constantemente sobre él. Inquietando. 



Tres Tiburoncitos para Enamorarte [Fedri] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora