Tres Tiburoncitos para Enamorarte [Fedri]

[07: El alfa de Pedri.]

Recuerden que esto es un drama familiar jsjsjs

🌻💛

Ferran escuchó el ruido de la puerta pero no se movió de su lugar. Estaba muy a gusto rodeado del aroma de Pedri que cada vez se hacía más fuerte. Picando su nariz, Ferran abrió los ojos después de sentir a alguien sentarse sobre él. Pedri estaba encima suyo con la cara roja y sudando en extremo. Las manos sobre su pecho quemaban. 

—Lo intenté, alfa. Pero... no puedo, no es suficiente. —Ferrán confundido observó a un costado. "04:45 a.m" denotaba en el reloj de noche. Se rasco los ojos cuando sintió como las manos del omega subían con cautela por sus pectorales. El aroma a excitación que desprendía el canario lo alertó. 

—¿Que no puedes, Pepi? —preguntó, el omega ronroneó ante el dulce apodo. Ferran apretó sus labios cuando el omega se movió ligeramente y apretó su culo contra su entrepierna. 
Su alfa gruño ante el atrevimiento. 

—¿Puedes ayudarme? Umh, me duele mi bajo vientre y mis juguetes están en la otra habitación... —lo último lo dijo en un tono más bajo, el alfa pasó saliva. —por favor... 

—Pedri, lindo... no estás en tus cinco sentidos. No podría. —murmuró, logró incorporarse, moviendo con él el cuerpo del omega. Los ojos azules se volvieron al color normal de los ojos del castaño. 

—Ambos estamos conscientes. —dijo Pedri, tomó la mano de Ferran y la guió a su cintura. —Mi omega y yo estamos de acuerdo en que nos tomes, Fer~... —el alfa negó. Sabía que no podía fiarse de ello. Beso la frente del más joven y lo abrazó, buscando librarse de la intensidad del aroma contrario. 
Pero la respiración caliente de Pedri y sus dientes hundiéndose en su pecho le hizo jadear. 

—Pedro... —llamó el alfa, pero el omega levantó su vista de manera inocente. Se relamió los labios. 

—Te... te juro que no te vas a aprovechar de nosotros, los dos estamos siempre muy conscientes en mi celo. —Pedri pasó sus brazos por sobre el cuello de Ferran, sus labios estaban pegados. Hizo un movimiento más y pegó su cuerpo al contrario. —Por favor... 

Ferran suspiró, sabía que iba en contra de toda su moral lo que iba a hacer, pero su alfa estaba muy inquieto deseando aceptar lo pedido por el omega. Cortó la distancia y lo besó, aunque Pedri fue más allá. Aumentó la intensidad sin darle chances de ganar y él se dejó guiar. 

Entre toques y besos, las prendas desaparecieron. 

Ferran tuvo la espectacular vista, digna de una película pornográfica. Pedri se empalaba a sí mismo mientras se impulsaba con sus rodillas puestas a sus costados. Ferran jadeo desesperado, aún más que el omega en celo sobre él. Si Pedro continuaba moviéndose de ese modo, terminaría corriendose. 
Pero tampoco deseaba hacerlo parar, los gemidos de Pedro cada vez que descendía y hundía su polla en su interior era pura melodía, se sentía dichoso de escucharlo jadear su nombre mientras repetía sus movimientos.