Capítulo 1

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Moon Byul-yi, con una mirada determinada y un propósito en mente, se acercó al cuerpo inconsciente de Eun-hyuk. Sin vacilar, lo entregó a un monstruo grande y corpulento. Con movimientos decididos, Byul-yi descendió de su trono, una pila de cuerpos que le servía de atalaya en medio del caos.

Junto al monstruo que cargaba a Eun-hyuk, emprendieron un camino hacia las ruinas, buscando un lugar adecuado para lo que vendría.

El silencio del entorno contrastaba con la tensión del momento. Finalmente, encontraron una zona desmoronada, un vestigio de lo que alguna vez fue un refugio. Allí, el monstruo depositó con cuidado el cuerpo de Eun-hyuk en el suelo polvoriento. Byul-yi observaba cada movimiento con atención, sabiendo lo que estaba por suceder.

Poco a poco, el cuerpo de Eun-hyuk comenzó a reaccionar, iniciando su proceso de monstrualización. Su piel se retorció y sus huesos crujieron, transformándose en algo nuevo. En cuestión de minutos, lo que antes era un humano se convirtió en un capullo brillante y latente, colgando precariamente del techo de las ruinas.

Byul-yi observó el capullo con una sonrisa satisfecha, su expresión reflejando una mezcla de fascinación y posesión. Se acercó lentamente y extendió una mano para tocar la superficie del capullo. Sus dedos recorrieron la textura rugosa mientras murmuraba una promesa al ser que se gestaba en su interior.

—Volveré pronto —dijo con voz suave pero firme, como si sus palabras pudieran penetrar las gruesas paredes del capullo.

Con una última mirada de satisfacción, Byul-yi se alejó de las ruinas, dejando atrás a Eun-hyuk en su estado de transformación, segura de que su destino estaba sellado y de que ella jugaría un papel crucial en lo que estaba por venir.

A su alrededor también habían quedado muchos monstruos, grandes, pequeños, peligrosos y otros no tanto.

Hambrienta y desesperada, deambulaba por las calles desiertas en busca de algo que pudiera saciar su apetito

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Hambrienta y desesperada, deambulaba por las calles desiertas en busca de algo que pudiera saciar su apetito. Su andar errático y su mirada ansiosa reflejaban la urgencia de su necesidad. Sin embargo, cada rincón que revisaba estaba vacío, carente de la presencia humana que tanto ansiaba encontrar.

Finalmente, se detuvo a mitad de una calle, rendida y decepcionada por no haber hallado un solo ser humano que pudiera convertirse en su presa.

Mientras permanecía allí, perdida en sus pensamientos de frustración, escuchó un ruido que la sacó de su ensimismamiento.

Giró la cabeza bruscamente al escuchar una voz que la llamaba: —¿Señorita? —al voltear, vio a un grupo de hombres uniformados y armados. Los contó rápidamente en su mente: eran nueve.

Una sonrisa, mezcla de alivio y anticipación, se dibujó en su rostro: —¡Ay, qué alegría ver a alguien! —exclamó, acercándose casi que con saltitos al grupo.

—¿Estás tú sola?

—Sí, desde que empezó todo esto lamentablemente. Pero estoy feliz de haber encontrado a alguien.

𝗙𝗔𝗡𝗧𝗔𝗦Í𝗔 ||Sweet Home||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora