Carmino es una persona especial, lo era cuando aún no conocía sus secretos y lo sigue siendo ahora que me los ha mostrado. Puedo notar que se siente orgulloso, le gusta demasiado la idea de poseer un grupo sectario y darles órdenes y misiones que el mismo no quiere hacer. Creo que lo estoy empezando a calar y, aunque me interese su objetivo, tengo miedo. ¿Cómo se supone que va a terminar esta aventura? Barajo en mi cabeza todas las opciones que tengo mientras estrechamos las manos, me mira por encima del hombro, le aguanto una mirada serena. "Confío en ti", quiero que por ahora piense eso de mí.
Veo como uno de los encapuchados se intranquiliza en su sitio, puedo notar que Carmino no es capaz de preservar la estabilidad en el grupo ya que este se levanta, se quita la capucha y se presenta sin que le den el turno de palabra.
—Campeón, no necesitamos a esta persona —contrarrestando sus formas, su aspecto es bastante promedio —. Es lo que estábamos buscando, si, pero solo necesitamos su esperma. Podemos simplemente obligarle a eyacular unas cuantas veces al día y que nos provea de suministros para "nuestro" objetivo. ¿Por qué debería confiar en el? ¿Acaso tiene él algún valor? No, solo necesitamos su entrepierna.
Golpea la mesa con las dos manos, imponiéndose.
—Es demasiado arriesgado, va a desorganizar al grupo y, total, hace años que no hablas con él. Carmino, no lo conoces. Ahora mismo está atrapado entre la espada y la pared —me señala y lo percibo en su mirada, me está poniendo a prueba. Carmino lo mira ociosamente —. Somos mejor opción nosotros, nadie elegiría entregarse a las fuerzas del orden. Pero eso no me demuestra su lealtad.
Me ha pasado el testigo, tengo que decir algo.
Carmino me mira, esperando algo mucho más grande de lo que yo puedo ofrecer, pero lo voy a intentar.
—Tienes razón, encapuchado. ¿Por qué deberías confiar en mí? Simplemente soy un desconocido que acaba de llegar a tu habitación y te está desordenando los cajones. Lo entiendo, te sientes frustrado. Júzgame y si puedes, aplástame. Pero estarás jugando en tu contra —hincho el pecho y doy un paso hacia delante, apoyando la mano suavemente sobre la larga mesa, acariciándola en busca de polvo. Lo encuentro—. Eres el único que ha desobedecido las normas. ¿Quieres entorpecer tu relación con los demás miembros del grupo? Si es así, sigue así, nos llevarás directos a la tumba.
>>He de informarte que Carmino se ha tomado ciertas licencias a la hora de tomar decisiones dado que estás enemistándote con uno de los dos campeones de este grupo. Eso me hace pensar dos cosas: la primera es que el poder de decisión que poseéis como altos mandos es nulo, podéis aconsejar pero no decidís absolutamente nada. La segunda es que eres una persona temperamental en busca de venganza. ¿Me equivoco? —veo como se sobresalta —. ¿Trauma? ¿Perdida? Voy a tomar tus palabras pues, como bien has dicho: estoy entre la espada y la pared. Pero, vosotros no habéis iniciado una revolución, os habéis unido al sueño de Carmino, estáis aquí por qué el lo permite. ¿No preferiríais hacer cualquier otra cosa? ¿En serio? Aquí os estáis jugando la vida.
Me permito la frialdad de soltar una carcajada.
—¿Es posible que tú tampoco hayas tenido elección? —abalanzo el cuerpo hacia delante poco a poco, inundando de miedo a mi oponente hasta que vuelve a sentarse en la silla. He ganado —. Todos aquí estamos llenos de mierda hasta la garganta. Lo peor de todo es que tú eres un inútil hasta en esta jodida mierda de base secreta que se cae a pedazos. Preséntate ahora y muestra tus respetos antes de que sea demasiado tarde.
Los he dejado mudos, hasta Carmino está sorprendido, gratamente sorprendido.
—Soy Nacho, nombre en clave Bicho —agacha la cabeza y admite la derrota —. Tienes razón, Campeón José Ramón.
Carmino se sacude las manos con desdén.
—Bueno, pues ya os habéis conocido Nacho y tú—pasa la mirada por todos los miembros de su grupo —. Si, ahora José Ramón es Campeón en todo derecho y debe ser tratado de la misma manera que me tratáis a mí, respeto y obediencia. Discúlpalo, cuando era pequeño, Nacho era un cazabichos y le retaba a combates Pokémon a todo aquel que se cruzase en su camino.
Nacho se estremece en su asiento y se hace mucho más pequeño de lo que ya es.
—Un desagradable día, un chaval de doce años con un equipo de legendarios hizo añicos a todos sus Pokémon, y cuando digo añicos es de manera literal. Le costó volver a capturar Pokémon unos años.
Ahora me siento como una mierda, pero tengo que sobrevivir aquí dentro, me van a comer si no me los como yo antes.
—Vamos a seguir con las presentaciones —dice Carmino haciendo un gesto inquisitivo con la mano.
El siguiente encapuchado se destapa como la hija de la profesora Aura, amiga nuestra de la infancia.
—Te has lucido eh Joselito, quién diría que el chaval llorica del pueblo podía tener unos huevos tan gordos. Soy Fuego, pero bueno, llámame Aurora. Como siempre.
—¿Qué coño haces aquí? —me espanto ante la imagen mental de Aurora haciéndolo con su Combusken —. ¿Desde cuando luchas por nuestro sueño?
—Carmino es un vivaz guerrero, me comentó su sueño por el servidor de Pokécord del pueblo y me apasionó. Su fuerza es real, tiene el poder de cambiar las cosas y me alegra que estés con nosotros. Cumbringer eh... Siempre supe que tenías algo especial mierdecilla.
El último encapuchado se levanta, se quita la capucha y me hace una reverencia formal.
—Deberíamos controlar nuestras palabras por el bien de la profecía, joven Aurora.
—¿A quién se supone que le estás hablando? Relájate que solo tienes seis meses más que yo —exclama Aurora dejándose caer en la silla y cruzando los brazos.
Este último tiene una mirada espeluznante, es como si me estuviera mirando dentro, el alma su plato de entrada.
—Soy Fantasma, por ahora, solo Fantasma. Espero de ti lo mismo que de Carmino, yo lucho por su sueño y espero que lo sigas en cuerpo y alma. No quiero ver flaqueza en tus acciones, no quiero un líder débil dado que yo no lo soy. Estoy deseoso de trabajar contigo.
Se sienta.
Acojo sus demandas y las asumo, debo ser fuerte.
—Descuida, te lo vas a pasar bien a mi mando.
No dice nada, tampoco me mira. Lo dejo como está y me dirijo a Carmino.
—¿Cómo vamos a proceder?
Comienza a caminar en dirección a la salida de la sala.
—Acompáñame, una fría ducha nos ayudará a despejar las ideas y nuestros caminos hacia el mañana.
Trago saliva y me encamino detrás de él.
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Pornkémon
FanfictionLA HISTORIA DE POKÉMON MÁS LOCA QUE VAS A LEER. José Ramón acaba de cumplir 10 años y va a recibir su primer Pokémon de manos de la Profesora Aura. Todo parece ir bien (más o menos) hasta que su amigo y rival Carmino decide transformar a nuestro dul...