Capitulo 1: Osasco

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OMNISCIENTE'S POV

-Verdaderamente bien-dice Lena mirándose en el espejo de la peluquería.

-¿Le gusta?-Consulta Catherine, la peluquera.

-Por supuesto-sonríe Lena-está precioso como de costumbre, muchas gracias Cathe.

Lena se retira del salón donde estaba ubicada la peluquería, que formaba parte de su propia casa, si los Magallares tenían una peluquería exclusiva en su propia casa.

-Niña Lena-René, quien era la que se quedaba a cargo de ellas cuando sus padres no estaban, que era la gran parte del tiempo, la intercepto a la salida del living.

-¿Pasa algo?-Pregunta Lena.

-Si, sus padres llegaron hace dos horas, estan aqui por la noche, mañana vuelven a viajar. Queria contarselo, se que las sorpresas no son su cosa favorita.

Esto ultimo hace sonreir a la jovencita, agradecia que René por lo menos la conociera un poco. Como sus padres no lo hacian.

-Gracias-dice asintiento-¿Lo sabe Mar ya?

Mara Magallares, sobrina de Bartomeu Magallares y Cora Magallares los padres de Lena.

Mara y Lena son primas, de la misma edad y como hermanas, pero los padres de la primera murieron cuando ella tenía 6 actualmente tienen ambas 16 años y desde ese entonces vive con sus tíos quienes tienen su tutela.

-Si, ya lo se-es Mara quien interrumpe la sala esta vez.

-¡Mar! No nos habiamos visto hoy-dice Lena abrazando fuertemente a su prima, René las mira con ternura, sin dudas era más que una empleada, parte de la familia.

-Seria mejor que vayan yendo al comedor, supongo que la cena ya estara y sus padres querian verla niña Lena-René informa.

-Si, mejor vamos, René tia Cora te trajo unos labiales de regalo desde Turin-comenta Mara.

-¡Siempre coqueta Renu!-Sonrie Lena mientras Mara la toma de la mano llevandola hacia el comedor.

René suspira pensando en lo buena y cariñosa que era Lena, sin entender a quien había salido, su familia estaba repleta de personas frívolas.

-Hola-saluda Lena con algo de timidez a sus padres, a quienes encontraron en la sala de estar.

-¡Querida! ¡Qué bueno verte!-Exclama su madre, quien no la mira, sino que mira su celular, seguramente escribiendo algun mensaje de texto vinculado con su trabajo, como de costumbre.

-Hola papá-repite Lena.

El señor Bartomeu, un hombre alto, de más de un metro noventa, giró la cabeza hacia su hija.

-Querida ¿Cómo estás?-Pregunta forzando una sonrisa.

Lena toma aire profundamente y finalmente agacha un poco la cabeza.

-Muy bien ¿Tu?

-Excelente querida, excelente-contesta su padre quitándole importancia con un gesto de la mano.

-¡¡La cena está servida!!-avisa Carmen desde la cocina.

-¿Cenaremos juntos?-Pregunta Lena algo esperanzada.

Su madre niega con la cabeza, continua escribiendo unos momentos y luego suelta el telefono.

-No querida, tenemos una cena con unos colegas. Aprovechando que estamos por aqui, hoy en la madrugada volamos de nuevo a Turin. ¡Estas hermosa! Como siempre, debo decir. ¡Qué gusto verte!

Esa fue la sentencia de su madre quien abandono rapidamente la sala de estar, su padre se paro y seguidamente deposito un frívolo beso en la cien de su hija.

Lena se quedo parada en medio del salón, sola nuevamente. Mara aparecio rapidamente.

-Lo siento-dice-tienes que entenderlos Lenn, trabajan mucho.

-Los entiendo, no esperaba algo diferente-contesta Lena con un tranquilidad aparente.

Mara, quien pese a que no creia las palabras de su prima, se quedo callada. Sonrio y asintio, tomo a Lena del brazo enganchando este en el suyo guiandola hacia el salón.

-Te ha quedado precioso el cabello.

Lena sonrie apenas, utilizando únicamente los labios, sus padres siquiera habian notado que ahora ya no usaba las ondas y su cabello yacia completamente lacio.

Ambas entraron al blanco comedor, pulcro e impecable como de costumbre, el marmol negro de la mesa relucia y de el alto techo colgaba un candelabro verdaderamente enorme que iluminaba la escena, el enorme ventanal que se disponia hacia la pared contraria a la de la puerta se encontraba abierto y desde allí se observaba la parte más baja de Osasco, la "zona podrida" como era llamada por los empresarios, para los demás era la zona más humilde.

La casa de los Magallares estaba ubicada en un barrio privado, en el punto más alto de Osasco, desde allí observaban la ciudad y sentian como siempre un gran poder sobre esta. Por lo mismo, todos los ventanales y ventanas de la casa estaban ubicadas mirando hacia esa zona, desde donde podian ver como funcionaba la ciudad y esa zona que seria tan relevante para Lena tiempo después.

Cuanto iba a arrepentirse Bartomeu de haber dispuesto las ventanas asi.

(...)

En una realidad completamente diferente, Rodrygo acababa de entrar en su casa, mejor dicho la casa de su abuela, donde vivia toda la familia.

Una casa compartida con su abuela, sus padres y su tio y su tia, además de su prima mayor Thaynara.

-¡Iaia ya ha llegado Rodrygo!-Avisa Thaynara, que tiene dos años más que el adolescente que acababa de cruzar la puerta.

-¡Genial! La cena estara lista en poco tiempo-habla su abuela desde la cocina.

-¿Donde estabas?-Indaga su prima.

-Jugando con mis amigos-explica Rodrygo.

-Deberias bañarte antes de cenar, estas todo sudado-dice Thaynara haciendo muecas de desagrado.

-¿No quieres un abrazo?-rie Rodrygo comenzando a perseguirla con las brazos abiertos.

-¡¡Iaia!! ¡¡Rodry me quiere abrazar!!-Grita Thaynara esquivando los muebles de la pequeña sala mientras corre de su primo.

-¿Cuál es el problema con eso?-Rie su abuela desde la cocina.

-¡Esta todo sudado! ¡Iaia! ¡Auxilio!-Continua Thaynara.

Su abuela abre la cortina que funcionaba como puerta y separaba la pequeña cocina, de la diminuta sala de estar que además era comedor.

-¡Ya basta niños!-Rie su abuela-Rodry a la ducha, te quiero aqui en diez minutos para cenar y tu-señala a Thaynara-ayudame a poner la mesa, tu madre debe estar por llegar.

Los padres de Rodrygo trabajaban toda la noche, al igual que el padre de Thaynara, pero la madre de esta llegaba para cenar.

Una vez que Rodrygo salio a la sala de estar nuevamente, su tia ya estaba allí, compartieron una hermosa cena en familia, no tenian demasiado, casi nada diria, pero eran felices y sentian que lo que tenian era suficiente.

El calor de un hogar, que aunque este yacia lleno de humedad y era bastante frio, para ellos era el lugar más hermoso y calido del mundo, por el simple hecho de estar lleno de gente que amaban.

¡Qué mundos tan distintos!

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¡Primer capitulo listo! Lo que me esta gustando, no tiene sentido por lo poquito que lleva la historia. 

Aqui podemos apreciar las realidades tan contrastadas en las que viven, poco a poco iremos conociendo aun más de esto y como puede llegar a pesar más adelante... Nos leemos pronto.

Brasil - Rodrygo GoesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora