Capítulo 141: Incitar a la Desarmonía

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Palacio Ciming

La emperatriz viuda miró con cariño al apuesto joven sentado frente a ella. Era como una talla de jade blanco, de rostro apacible, y cuanto más lo miraba, más le gustaba.

El joven no podía tener hijos para el Fu wangfu, pero a su edad, ella sólo esperaba la felicidad de sus hijos y nietos. Por lo demás, era flexible y estaba dispuesta a aceptar las circunstancias con buena voluntad. Asi que desde el fondo de su corazon, le gustaba jun-wangfei, especialmente cuando vio como Xiao Tian lo apreciaba.

Aunque el tiempo que la emperatriz viuda había pasado con Fu Wutian no era mucho, comprendía muy bien su carácter, y eran muy pocas las personas que él estaba dispuesto a aceptar en su círculo. Si él le había dado a alguien su confianza, entonces significaba que esa persona debía ser una buena persona.

Al principio, ella también pensó que el interés de Xiao Tian [por An Ziran] era sólo temporal, y que no era sincero de su corazón. Pero después de tanto tiempo, descubrió que el Dios de la Guerra, que era muy cruel y despiadado a los ojos de los forasteros, siempre adquiría una suavidad en sus ojos cuando hablaba de su wangfei. Y fue entonces cuando supo que hablaba en serio de él.

"Buen niño, ha sido duro para ti."

La emperatriz viuda cogió la mano de An Ziran y dijo esto con una sonrisa. Sus ojos transmitían la más sincera alegría. Ahora mismo, era muy parecida a una abuela corriente, y no se podía sentir la majestuosidad y el distanciamiento de su alto estatus.

An Ziran no sabía si estaba imaginando cosas o no, pero sintió que las palabras de la emperatriz viuda aludían a algo, y de repente no supo cómo responderle.

"Wangfei sí que está trabajando duro."

Fu Wutian retomó de pronto el hilo de la conversación, miró a An Ziran e incluso asintió con seriedad.

La emperatriz viuda rió a carcajadas: "Xiao Tian, vuelve y dale a tu wangfei más suplementos. Mira lo delgado que está. Parece que no come mucho. Esto no es bueno. Los jóvenes aún están creciendo. Deben comer más."

¿Xiao Tian?

An Ziran miró a Fu Wutian con duda. Este apodo era demasiado incompatible con el alto y heroico Fu Wutian.

Fu Wutian supo lo que estaba pensando con una mirada. "La bisabuela puede estar segura de que este príncipe supervisará bien a wangfei y evitará que se ponga a dieta para adelgazar."

"¿A dieta?"

El rostro de la emperatriz viuda estaba lleno de sorpresa. Miró a An Ziran de arriba abajo. "Con un cuerpo tan delgado, ¿no te convertirías en una caña de bambú si te pones a dieta? No, niño, escucha a tu bisabuela, no puedes seguir a dieta. No es bueno para tu cuerpo..."

La honorable emperatriz viuda se convirtió inmediatamente en una anciana regañona, parloteando sin parar al oído de An Ziran con palabras de preocupación y consideración.

An Ziran fulminó con la mirada a Fu Wutian cuando la emperatriz viuda no le prestaba atención. Sabía que Fu Wutian debía de haberlo dicho a propósito. Era evidente que An Ziran no había adelgazado.

Fu Wutian llevaba mucho tiempo descontento con que An Ziran hiciera dieta para adelgazar.

An Ziran escuchó pacientemente. Después de un rato, se dio cuenta de que la emperatriz viuda no tenía intención de parar. Esperó a que ella hiciera una pausa para recuperar el aliento y luego fingió ignorancia para interrumpirla: "Las reprimendas de la bisabuela son válidas. No lo haré en el futuro."

La emperatriz viuda asintió satisfecha: "Eso está bien."

"Ke ke..."

[咳 ke - el sonido de la tos]

El Gran PropietarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora