¿Confesiones o Hipótesis?
- ¿Lo alcanzas a ver? - preguntó la mujer cargando al pequeño entre sus brazos mientras señalaba unas letras talladas en el puente.
- Ajá - dijo el pequeño aferrandose al cuello de la mujer y poniendo su cabeza en el hombro de esta.
- Esa es la inicial de papá y la otra es mía.
El pequeño sonrió para después apartar su cabeza del hombro de su madre.
- Este es el puente de los besos, vienes aquí tallas tu inicial y el de la persona que te gusta.
- ¿Y después se dan un beso? - interpelo el niño con una mueca de disgusto.
- No, bueno aveces.
- ¿Crees que algún día yo talle mi inicial aquí?.
- Estoy segura.
El niño bajo de los brazos de su madre y corrió a ver con más detalle las iniciales de sus padres. Sus dedos bailaron entre las letras talladas en la madera.
- ¿Algún día encontraré a alguien, como tú encontraste a papá?
- Claro que sí mi niño.
- Será una persona fuerte y géntil. Fuerte como papá y géntil como tú mami.
La mujer sonrió ante la dulzura de su pequeño, eran las cosas que más amaba de su hijo, la dulzura e inocencia que este tenía.
- Ahora quiero que me prometas algo Finney - hablo la mujer ganando toda la atención del niño. Ella se puso a la altura del niño y mientras acariciaba los caireles de este le dijo.
- No importa quien sea, quiero que a la persona que elijas para ti, te acepte tal y como eres, como tú papá conmigo. No quiero que cambies absolutamente nada de ti, si esa persona te elije quiero que elija a mi verdadero niño.
- ¿Por qué me dices esto mami?
- Sólo prometelo Finn.
Guardo silencio antes de contestarle a su mamá. No comprendía sus palabras apenas tenía 6 años, ¿Cómo un niño de su edad lo comprendería?.
Pero sabía que su madre siempre tenía una razón para hacerlo prometer eso, así que sonriendo con dulzura la tomo de las manos y asintió con obediencia.
- Lo prometo mami.
- Hoy cumplo 12 años mamá, no sabes cuanta falta me haces. - decía el rubio sentandose en la tierra mirando de frente la lápida de su madre.
- Conocí a alguien mamá, es molesto, pero te agradaría estoy seguro... Es mi amigo, me acepta tal y como soy...
- El me acepta.
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No somos muy jovenes para esto
AcakLo unico que pedian a gritos los jóvenes era tener una vida normal. Una adolecencia en la que no tuvieran confusión con sus sentimientos, con su forma de ser. Querían ser normales, pero el destino les tenía una mala jugada una muy mala jugada. Con...