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Enamorarse es un sentimiento realmente fascinante, uno nunca realmente sabe cuando o de quien se enamorará, y una vez que lo hace se siente tan bien que empieza a doler, principalmente cuando todos tus pensamientos te indican que todo lo que haces no llegará a nada.

Escuchar música es uno de los pasatiempos favoritos de la chica, la chica que desconoce con exactitud lo que el amor puede provocar, pues nunca se ha enamorado, todas sus dudas concluyen en amistad, por lo que al final, ella simplemente es otra chica mas con esperanza de que llegue su gran amor.

Escucha animadamente unas canciones sobre enamorarse, y se pregunta si algun día llegará el amor de su vida, una pregunta recurrente y perseverante en su día a día. Está escuchando Buddy Holly, un poco más en específico, la canción "Look At Me", desde el tocadiscos estaba sonando esa canción, y la chica se pregunta por segunda vez, ¿Cuándo será el día en que llegue el amor de su vida?. Tiene mas que claro que no llega así sin más, no es como si pudiera pedir un deseo y que este se haga realidad mágicamente, suspira y sigue mirando por la ventana, no sale mucho, pero le encanta mirar desde el segundo piso de la casa, justo por la ventana de su habitación, a la calle frente a su casa, allí siempre, en cada mediodía, ve pasar a un chico con al parecer una guitarra, caminando hacía un lugar desconocido, pero que de igual manera despierta la curiosidad en la chica, el chico se ve bastante atractivo, pero nunca ha hablado con él, por lo que solo es un desconocido para ella.

Sigue mirando, y ve como una pareja de pajaritos están juntos en el nido que armaron sobre una rama de un arbol, espera algún día tener una relación tan linda como esos pajaritos, y en eso que está por cerrar los ojos, pues el momento era lo suficientemente tranquilo como para hacerla dormir, la llaman del primer piso, era su madre. Junta un poco las cortinas de la ventana, guarda el vinilo y sale de su cuarto en dirección a las escaleras.

Una vez abajo se encuentra con su mamá en la cocina, era tarde, y su mamá se veía de buen humor, pues tenía una sonrisa bastante linda.

- ¿Qué hacías? - pregunta cariñosamente su madre.

- Miraba por la ventana - Respondió la pequeña casi de manera militar.

- ¿Alguna novedad?, ¿viste algún chico guapo que te llame la atención? - Pregunto la mayor mientras pelaba unas manzanas.

- Ayy... No, solo miraba, no pasaba nada interesante - respondió un poco entre asqueada y con lastima la niña, no se esperaba del todo esa última pregunta.

- que pena, oye, adivina que pienso hacer ahora para la once* - dijo con emoción la madre.

- mm... Por las manzanas diría que kuchen de manzana! - Dijo la chica con seguridad.

- ¡Atinaste!

Que rico, kuchen de manzana, sin duda uno de los mejores postres creados, la joven ofrece ayudar a su madre, pero ella dice que tiene una mejor idea, que vaya a comprar a la tienda mas cercana un poco de canela, que se le está acabando, y la necesita para la receta. La chica se le crea un nudo en el estomago, sus piernas tambalean, y se pone nerviosa, si no estaba lista para la anterior pregunta que le había hecho su madre, menos lo estaba para esa orden hecha por ella. La mayor le indicó donde se encontraba el dinero y le dijo q fuera ahora, antes de que sea mas tarde, pues de apoco la noche empezaba a aparecer.

La chica con un poco de nervios, busca el dinero y un pequeño bolsito, se arregla un poco mirandose a un espejo, y luego de un pesado suspiro, toma valor y sale afuera.

El camino no era largo, era realmente tranquilo, no había ni tanta gente, ni tan poca como para parecer un pueblo fantasma. Una vez llegó a la pequeña tienda, entró y preguntó si es que tenían canela, lo cual respondieron que no, a la chica se le vino el mundo encima, con un poco de tartamudeo y aun más nervios que antes, se retira y para a un costado de la tienda, apoyando su espalda en la pared, pensando si tiene alguna otra opción, en eso, le llega un recuerdo de una vez haber visto otra pequeña tienda, solo que estaba un poco mas lejos, ella realmente quería probar ese kuchen con todos los ingredientes puestos, no podía fallarle así a su paladar, por lo que, apretando con fuerza su bolso, y luego de tomar una buena bocanada de aire, va con paso rapido en dirección al negocio.

Cada vez la oscuridad se hacía notar más y más, a este punto ya le empezaba a dar miedo a la joven, por lo que, una vez que entró al santo negocio que milagrosamente si tenían canela, y compró la ya mencionada, salió y aun paso mucho mas rapido, casi trotando va a su casa, con el corazón en la boca.

Ya se había cansado un poco, por lo que cuando estaba a nada por llegar a su casa, descansa un poco y va a un paso un poco mas lento, tratando de recuperar aire, aun iba un poco rapido. Va tranquilamente hasta que escucha que hay alguien atrás, y se asusta, va exactamente a solo unos pocos pasitos de ella, y tomando en cuenta que ya estaba oscuro, los latidos de su corazón cada vez eran mas preocupantes, sin darse cuenta habia acelerado el paso, pero mientras ella mas rapido se movia más cerca estaba el sujeto.

- Oye!

La joven ya sin poder aguantar más la angustia, sale corriendo en dirección a su casa, estaba a solo unos pasos pero con tal de dejar rápidamente atrás al desconocido, le bastaba. Una vez estaba frente a la puerta de su casa, ya con un nudo en la garganta doloroso, empieza a buscar desesperada en su bolso las llaves, no las encuentra, mas se desespera, hasta que le tocan el hombro, y ella inconscientemente golpea el costado de la cara del sujeto. Este se queja del dolor, poniendo una mano en la zona, y la chica se tapa la boca con ambas manos, y luego de unos segundos empieza a disculparse una infinidad de veces, ¡Era el chico lindo de la guitarra!, no podía creer que la primera interacción con él haya sido de esta manera.

- ¡Ay! Lo siento tanto, por favor disculpame, no fue mi intención, realmente lo siento, estaba asustada - dijo desesperada

- agh... Descuida, creo que es normal que te sientas así cuando sientes que alguien que no conoces está detrás de tí siguiendote - dió una pausa, tenía los ojos cerrados y una vez los abrió y vio detenidamente a la chica, quedó fascinado, pero eso no lo detuvo a continuar con lo que tenía que decir- Te quería entregar esto, noté que se te cayeron de tu bolso - le extendió las llaves de su casa.

La joven se quedo mirando las llaves y lentamente las tomó, "diosmio, ¡Qué gran malentendido!" pensó.

- Michas gracias... Realmento lo siento mucho por golpearte, pensaba que eras un viejo loco, o algo así, realmente lo siento - dijo otra vez.

- no te preocupes, entiendo, no es muy lindo que un desconocido te esté siguiendo cuando ya todo acaba de oscurecer... - dijo con obviedad en su tono - bueno, creo que es mejor que entres, o si no puede que en cualquier momento aparezca un verdadero viejo loco - le dijo sonriendo.

*Su sonrisa era aun mas linda..." pensó la joven. Su linda nariz, su pelo que resalta sus delicadas facciones, sus ojos y sus pestañas tan bonitas, eran rasgos que daban vueltas en la mente de la chica.

- aja... - dijo perdida en sus ojos - emm... Disculpa, pero cuál es tu nombre? - dijo recobrando la compostura.

-Paul, Paul McCartney, y el tuyo?

-Me llamo-

No pudo terminar pues se abrio la puerta que estaba detrás de la chica, era su madre con cara completamente agustiada, estaba un poco abrigada, y apenas vio a su hija frente a ella la abrazó.

- ¡Ay!, chiquilla de miechica, que haces tan tarde acá fuera, no ves que salen viejos locos, y te pueden hacer cualquier cosa, aparte hace un frío horrible. - dijo sin notar la presencia del chico, tenía toda su atención en su hija.

- Estoy bien, es que me demoré con la canela, tranquila - dijo tratando de zafarse de las manos preocupadas de su madre que inspeccionaban cada parte del rostro de la chica.

- Si... Menos mal, ya mejor entra, que después te me enfermas y no hay tiempo ni dinero para enfermarse - Dijo para tirarla dentro de la casa para cerrar la puerta.

La joven quiso dar un último vistazo afuera, pero se dió cuenta que Paul ya no estaba, quizás se incomodo, o simplemente vió que la chica ya estaba en buenas manos y decidió irse. Pasado lo que haya pasado, sabe que ese breve momento había despertado algo en ella, un sentimiento único, flameante y alegre, se sentía ansiosa, era algo lindo, y le daba ganas de volverse a encontrar con él.

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* Tomar once: es una expresión Chilena, que se refiere a tomar té (normalmente acompañado con pan, pero también puede ser alguna otra cosa), a la misma hora en que se cena aprox.

• Aun quiero siguir viendo el tema de que epoca y/o años son, solo c que siguen siendo jovenes- y las mujeres pueden trabajar, que en ese ambito no he investigado lo suficiente aun ⚰️, pero se queda así, al menos hasta ahora.

~'☕ The Beatles | I wanna Fall in Love...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora