Lagunas oscuras de un recuerdo caótico
Ronan.
Si prestas atención, puedes notar cuando el miedo habla por una persona; cuando está tan consumida por éste que fija pensamientos intrusivos basados en los instintos que buscan evadir el peligro, volviéndolos parte de su personalidad, de su forma de ser.
Eso era Avery, la chica con la que me encontré.
Apenas llegué a Rusia —parte de mi territorio— sólo tuve que encender mi teléfono y entrar al buscador para que aparecieran cientos de noticias de ella estando en Canadá, su nuevo "punto fijo". Por alguna razón, ver su nombre y su rostro me dio un vuelco al corazón.
Avery era una persona reconocida; una artista que hacía presentaciones únicamente en galas privadas, eventos multimillonarios y galerías de arte. No aparecía en conciertos, ni en revistas, ni siquiera en videos. Era una especie de artista exclusiva para la alta sociedad, pero aun así era admirada en todo el continente europeo, sobre todo por la clase alta. Mi desconcierto fue grande al enterarme que era famosa, en su mayoría, en Rusia. Todo ese tiempo estuvo allí, en el país que más frecuentaba, y nunca supe de ella. Tal vez se debía a que no estaba al tanto de las noticias humanas a menos que éstas se trataran de sus vidas en riesgo.
Resultó que Avery era bastante conocida; cada noticia en la que ella aparecía tenía millones de "me gustas" y miles de comentarios. Ella no tenía redes sociales, pero aun así la gente le seguía la pista; siempre había una noticia nueva de Avery. Siempre. Cuando vi que la noche que nos conocimos estaba dando una presentación de piano, mostrando una canción compuesta por ella misma, entendí por qué llevaba el vestido de gala.
Pero... el vestido no era mi mayor preocupación, ni su fama, ni su nacionalidad. Lo que más me hacía ruido eran sus zapatos rotos, su rostro lleno de lágrimas y su incesante miedo. No cabían dudas: ella estaba huyendo. No sabía de quién o hacia dónde. Pero lo estaba haciendo. Estaba escapando. Y si anteriormente estuvo en la fiesta de esa mansión mencionada en Internet, entonces lo que sea que la atemorizaba estaba allí. Al principio pensé que tal vez el motivo era el joven Dærk, que la perseguía desde mucho antes que yo apareciera, pero eso no tenía sentido. No cuadraba.
Y luego estaba ese momento luego de que se enredara en mi aura. Ella estaba embelesada por el Éter Divino en mi cuerpo, la Atracción Divina, pero fue cuando me alejé para sacarla de ese trance que todo se dio vuelta. Recordaba que se tambaleó peligrosamente, y que la sostuve del rostro porque parecía que iba a perder el conocimiento; recordaba cómo el aroma casi agrio de su miedo se volvió tan intenso que se esparcía por todas partes; y, sobre todo, recordaba como hizo todo lo posible para alejarse de mí. Estaba aterrada. Y eso comenzó cuando la toqué.
Miles de cosas pasaron por mi cabeza en ese momento, y todas ellas me pusieron enfermo; la sola idea de pensar en que alguien la hubiera lastimado de cualquier manera me ponía enfermo. No parecía tener más de diecinueve años, y si algo le ocurrió... pudo haber sido en cualquier momento de su vida, y no había tenido una vida muy larga.
En ese momento me encontraba sentado en la terraza del cuartel que utilizábamos mi equipo y yo. Todos nosotros éramos Defensores; formábamos un grupo fijo hace un par de décadas, por lo que nos considerábamos familia. Cada uno de nosotros portaba una capacidad elemental diferente: Raen la del agua; Green, mi hermano, la de la tierra; Lena la del aire; Raiden la de la electricidad; y yo la del fuego. Cada grupo de Stellas no tenía más de seis integrantes, no era necesario. A diferencia de los humanos, que en muchos casos necesitaban grupos grandes para combatir algo, nosotros funcionábamos mejor en poca cantidad, sobre todo porque cada uno equivalía la fuerza de un ejército mundano, e incluso más.
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Pétalos De Un Amor Cruel - Saga Defensores #1 [EN PROCESO]
Paranormale"Un chico destinado a proteger a la humanidad; una chica con el deber de salvarse a sí misma de su familia". Ambos se encontrarán durante una fría noche canadiense, donde él cumplirá con su trabajo en el lugar equivocado, y donde ella confundirá los...