Capítulo 12

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-¡LEE YONGBOK! ¡NO ME JODAS!

Y en cuestión de segundos, Félix lo estaba regañando, diciendo un montón de cosas sobre que estaba mal tener al chico pelirrojo en su habitación.

Escuchar los reclamos de su hermano le eran frustrante, si ya sabía que sus padres no lo aceptarían, pero ellos nunca estaban, no tenían cara para decirle nada.

Y a todo esto ¿Porqué Félix se mete? Él nunca se a metido en sus relaciones, ni cuando anduvo con su amigo Chris, él no tenía derecho.

-¡YA FÉLIX! No tienes derecho de decir con quien debo o no meterme, si yo pensara lo mismo que tú, no hubiera permitido tu relación con Christopher - el rubio se quedó con ojos muy abiertos, él tenía razón, su gemelo tenía razón, no debía meterse, pero, esto estaba mal.

-Sabes bien que esto no está bien, si nuestros padres se enteran....

-No tienen porque, y si así fuera, no pueden impedirme nada, que me quiten todo si ellos quieren, pero no me voy a separar de Sam.

Los gemelos se retaban con la mirada, ignorando por completo la presencia del pequeño Hwang, el cual comenzaba a ponerse incómodo.

Félix ya no debía permitir eso, su hermano comenzaba a meter capricho por un chico que acababa de conocer, tenían un día de conocerse.

Y cuando Yongbok metía capricho en algo, era terco y ciego, igual que con aquella chica.

Pero estaba vez no dejaría que su hermano mayor se encaprichara con algo que le haría mal.

-Como quieras - soltó con enfado el rubio, saliendo del cuarto de su hermano.

Saco su celular y mando un mensaje.

Hyunjin al ver que Félix le había escrito, no dudo más y volvió a poner el auto en marcha, acababa de llegar y apagarlo, así que no hizo falta bajarse de el, sin perder más el tiempo se encaminó hasta donde el rubio lo esperaba

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Hyunjin al ver que Félix le había escrito, no dudo más y volvió a poner el auto en marcha, acababa de llegar y apagarlo, así que no hizo falta bajarse de el, sin perder más el tiempo se encaminó hasta donde el rubio lo esperaba.

Por otro lado, Yongbok estaba frustrado.

¿Cómo se atrevía Félix?

Él no tenía el derecho a meterse en su vida, y sus padres mucho menos, le importaba muy poco la rivalidad con la familia Hwang, porque eso no tenía nada que ver con él o con Sam.

-Oye, trata de calmarte - la dulce voz del pelirrojo llego hasta sus oídos - tal vez lo mejor sea que me retire.

-¡NO! - tomo de la mano al chico - por favor no, ignora las palabras de mi hermano, por favor no me dejes.

Sam se regresó y abrazo al peliazul, se sentía muy pequeño en sus brazos, en ese momento sentía que Yongbok era un niño pequeño al cual le habían quitado su juguete favorito, ¿Ese era un término bien empleado?

Cuando el peliazul salió de los brazos de Sam, se acomodaron en la cama del mayor para pasar una tarde viendo películas, hasta que llegara la hora de llevarlo a casa.

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