Eran las seis de la mañana y un perezoso Omega salía a regañadientes de la cama, directo al baño, del baño a su habitación, ya cambiando a desayunar y al final arreglando sus cosas para ir a trabajar, sabía que tenía diez minutos de sobra todos los días ya que Mark siempre llegaba tarde por él, pero nunca se quejo, Mark era lo único que tenía en su vida y planeaba que fuera así, esos minutos los aprovechaba para hacerse la merienda de más tarde y el café de Mark, justo cuando acababa la bocina de aquel auto sonó y Jimin solo tomo su suéter, mochila y llaves para salir de la casa directo con Mark. Su vida empezó a ser así de monótona desde que cumplió 18 y recibió la herencia de una abuela que nunca conoció, que solo le dejo a cargo una casa, un gato llamado mostaza y una florería con una lista de lo que deberia hacer de hoy en adelante, Jimin era huérfano nunca conoció a sus padres biológicos y ni tuvo adoptivos, siempre se las arregló el solo y cuando le llegaron con esos papeles y demás no dudo en aceptarlo, al menos sacaría algo bueno para su futuro de su difunta abuela paterna.
— ¿Sabes que es muy vergonzoso reconocer que soy lo único en tu vida?, digo claro que conmigo te sobra y te falta pero, hombre, no has tenido a nadie que te quite las telarañas de la retaguardia, eso ya ha de tener hasta un pueblo fantasma. — Mark decía al volante una vez que el bajito le había invitado al cine y este le dijera que fuera con alguien más, lo que gano gracias a sus palabras fue un golpe levemente fuerte en su hombro, cosa que le hizo reír al beta — Hombre, que le sacas morete a esta hermosa piel
— No seas idiota, Mark, mira que si no le hablo a nadie es porque nadie me parece lo suficientemente interesante como para hacerlo, aparte lo de ser virgen no es un problema, a diferencia de ti yo no quiero entregarme al primero que se me atraviese, yo quiero algo bonito, no romántico pero bonito. — Rasco su cuello en señal de nerviosismo y sus mejillas se pusieron rojas, el castaño a su lado solo rodó los ojos sonriendo.
— Bueno, de todas formas no había necesidad de decirme fácil, eh y aunque quisiera ir a ver la película contigo no puedo, tengo que ir para Francia a un desfile de modas y de ahí a Italia, tesoro, así que también tendrás que buscarte quien te lleve y te traiga, sobre todo busca quien te joda el culo, que eso es lo que más me avergüenza de ser amigos. — otro golpe se le dió y ambos rieron al par, Jimin nunca se tomaba personal esos comentarios, tenía desde secundaria conociendo a Mark y el siempre había sido así, nunca se habían peleado o algo parecido, tampoco alejado a excepción de preparatoria donde Mark tuvo que irse a USA para comenzar su sueño de ser modelo, cosa que alcanzó y orgullosamente dice que es.
Pasaron unos veinte minutos y habían llegado a la florería, Jimin se bajó y el beta desde el auto le gritó que lo vería más tarde, el rubio asintió mientras abría el local y entraba. Una hora después de haber cambiado el agua de algunas flores, haber hecho unos ramos faciles pero bonitos, limpiar y ordenar todo coloco el letrero de "abierto", se colocó el mandil café y fue a sentarse detrás del mostrador, encendiendo la computadora para comenzar a ordenar algunas cosas faltantes en la florería y sobre todo los costales de tierra que le hacían muchísima falta. La campana de la entrada sonó haciéndole saber que habían ingresado al alzar su vista su corazón comenzó a latir con fuerza y sus ojos se abrieron como platos redondos, le rogaba al cielo que no fueran quienes claramente eran pero al escuchar la voz de Jungkook todo se fue al carajo y a la ahora de levantarse del asiento se golpeó con la repisa arriba suyo haciendo que está se cayera y como si no fuera poco una maceta también, haciendo un reguero en toda la parte de atrás del mostrador.
— Ay, por la luna. — Tembloroso recogió lo que pudo y barrio por encima la tierra, dejándolo para después y mirando ahora al par de ojos que le observaban demasiado para ser sinceros. — H-hola... — aclaro su garganta y les regaló una sonrisa tratando de parecer normal. — ¿Qué tipo de ramo desean llevar?
— ¿No te acuerdas de nosotros? — está vez fue Taehyung quien habló, viéndole de la misma forma oscura y penetrante como en preparatoria.
— Claro, solo que... bueno, ¿Cómo están?, ha pasado bastante tiempo y no sé, me es... — trago saliva y rasco de nuevo su cuello. — no sé, es raro
El beta y el alfa rieron al par para acercarse al Omega quien parecía una presa a punto de colapsar al saber que iba a ser devorada, siempre fue así, Taehyung y Jungkook se acercaban a él entre susurros caricias y a veces lo marcaban con sus aromas para ponerlo nervioso y que dijera que sí a todo lo que la pareja quisiera, solo para aprovecharse y que se encargará fe proyectos y tareas sin parar, jimin siempre fue bonito, torpe y despistado, pero muy inteligente, responsable, noble entre otras cualidades, aparte de que su aroma a manzana mezclado al de canela de Tae y madera de roble de Jungkook hacían al alfa y beta marcarlo con sus aromas cada que podían.
— Sí, bastante, ya tienes 28 no?
— 30 años, yo soy mayor que tú por dos años y mayor que Jungkook por tres. — Le sonrió, no encontraba otra cosa más que sonreírle al par, realmente le ponían la piel de gallina y todo su cuerpo temblaba con la presencia de ellos, al acabar la preparatoria nunca creyó verlos y una vez lo pensó, sin embargo creía que sería como si nada y solo se burlaría de como reaccionaba antes, ahora se burla por pensar en eso ya que nada cambio.
— Vaya, así que nuestro hyung — Jungkook sonrió y se recargo en el mostrador, sonriendo de esa forma sacarrona suya para después ver las flores a su alrededor y los papeles para adornar estás. — Bueno... Hyung, ¿Nos puedes hacer un arreglo con doce rosas por favor? Con ese papel café que tienes ahí — señaló el papel café detrás del Omega y este solo asiento moviendo su cabeza para comenzar a hacer su trabajo bajo la mirada de ese par, que solo le causaba escalofríos en su cuerpo y un rojo vivo en sus mejillas.
