Prólogo

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El primer día de verano es el más esperado por todos los estudiantes del mundo. Mientras muchos aprovechan desde temprano para salir con sus amigos, parejas, familias o simplemente descansar, mi situación es diferente. Mis padres, ambos doctores, trabajan largas horas salvando vidas, y mi mejor amiga, Rocky, está en su primer día de clases de verano. Mientras tanto, me encuentro sola en casa, viendo mi serie favorita y horneando unas deliciosas galletas.

Esperaba que las galletas estuvieran listas cuando recibí algunos mensajes de mi amiga:

"—Esta clase es súper larga.
—Parece que hasta el maestro quiere irse rápido a casa y dormir.
—¿Crees que podamos ir a ver una película hoy?
—Para pasar la depresión que me hace sentir esta clase."

Sonreí ante la idea de ir al cine y respondí:

"Claro que sí.-
¿Nos vemos en una hora en tu casa?-
Busca algo para divertirte en clase mientras tanto.-"

En segundos, recibí un "Sí, nos vemos en mi casa", seguido de más mensajes quejándose de lo aburrida que es su clase:

"—Todo es aburrido.
—Hay un chico al lado mío durmiendo.
—Tal vez dibuje un poco para poder divertirme..."

Aunque no entendí del todo a qué se refería, decidí no decir nada y sacar las galletas del horno. Mi amistad con Rocky es única, aunque a mis padres no les agrade mucho... La gente a nuestro alrededor siempre nos compara con el sol y la luna, Dios y la noche, o hasta con animales como un golden retriever y un gato negro.

Después de arreglarme un poco, salí en dirección a la casa de mi amiga. Al llegar y tocar la puerta, su madre fue quien la abrió y me dio una sonrisa.

—Qué bueno que llegaste, _____, ya que saldremos en este mismo momento a hacer que Rocky se disculpe con los Fuller —dijo, tomando su bolso, lista para salir.

—Mamá, en serio no quiero ir con ese chico, no hice nada malo —se defendió Rocky con voz de mala gana mientras seguía a su madre hacia el auto.

—No es una pregunta, cariño —le dijo Gia con una sonrisa fingida y subió al auto, seguida por Rocky y por mí.

—¿Qué fue lo que hiciste para que tengas que ir a disculparte? —pregunté curiosa.

—Nada malo, solo dibujé un poco —la miré para que me diera más información y ella, con una sonrisa de burla, siguió contando su versión de la historia—. Un gato en su casa y un tulipán en su espalda cuando se le levantó la camiseta mientras dormía.

Solté una pequeña risa junto a Gia, pero luego esta cambió su rostro a uno más serio.

—Pero el chico al que le hiciste eso es parte de la familia más santa que conozco, son más blancos que la leche —dijo, haciendo referencia a su probable buen comportamiento e inocencia.

Rocky rodó los ojos después del comentario de su madre. Cuando el auto se detuvo, vimos una casa grande y bonita. Mi amiga lanzó un suspiro al aire, bajó del auto y se acercó a la entrada del hogar para dar su disculpa.

La disculpa no debía tardar mucho, pero al parecer estaba equivocada, y no era la única que se impacientaba.

—Vaya, ¿cuánto puede demorar alguien diciendo una disculpa? —preguntó molesta Gia.

—La verdad no lo sé, ya pasaron varios minutos —respondí.

Gia soltó un suspiro y luego me pidió que fuera a buscar a Rocky para poder irnos. Bajé del auto y me dirigí a la linda entrada de la casa. La observé un poco antes de tocar la puerta y recibí como respuesta un "siempre está abierto", lo cual me dejó extrañada. ¿Acaso dejan que cualquier desconocido entre a la casa? Eso es un poco peligroso a decir verdad.

Al abrir la puerta y entrar, me encontré con una linda sala de estar con colores cálidos y a mi amiga junto con un chico y la mamá del chico, supongo. Fueron unos pocos segundos de silencio antes de que lograra presentarme.

—Hola, buenas tardes, soy _____, amiga de Rocky —dije amablemente, extendiendo mi mano para estrechar la de la señora frente a mí.

—Es un gusto, _____, soy la mamá de Jackson —dijo, tocando los hombros del chico, refiriéndose a que ese era su hijo Jackson—. ¿También vas a las clases de verano?

—Oh no, de hecho ni siquiera voy a su escuela —sonreí y luego seguí hablando—. La madre de Rocky me mandó a buscarla.

Dj asistió junto a mi amiga y siguieron hablando.

—Jackson, siento mucho haberte dibujado en el rostro y también en tu espalda —dijo Rocky.

—¿Qué? —respondió Jackson, empezando a dar vueltas como un perrito que persigue su cola, para lograr verse la espalda.

—Tu camiseta se levantó y dibujé un tulipán sobre tu trasero —dijo Rocky.

Quise reír, pero sentí que sería algo maleducado de mi parte, en especial al no conocerlos, así que solo sonreí un poco y miré hacia otro lado. En ese momento entró Gia, preguntando cuánto más podríamos demorar y Dj, al verla, quedó algo impactada.

—Gia, claro que este angelito te pertenece —dijo Dj con una sonrisa forzada y un tono sarcástico al decir "angelito".

—Hola, Dj, es un gusto verte —dijo Gia con el mismo tono y se lanzaron dos besos en la mejilla de lejos—. ¿Sabes? Debemos reunirnos algún día.

—Me encantaría —respondió Dj, sin dejar de sonreír—, pero no quiero —negó con la cabeza.

—Oh sí, de todos modos ya debemos irnos así que, ¿estamos bien? —preguntó Gia, refiriéndose a la disculpa de Rocky.

—¿Te parece que estamos bien? —preguntó molesto Jackson—. ¡Me voy de aquí! —se dirigió a las escaleras que se encontraban al lado izquierdo—. No volveré a tomar clases de verano —gritó—. ¡Adiós! —expresó y se dio vuelta rápidamente para subir las escaleras como si estuviera en una novela. Lo único que faltaba era que viniera otra persona y lo empujara para rodar hasta la calle de manera dramática.

—Debería estudiar artes dramáticas —soltó divertida Rocky, haciéndonos reír a su mamá y a mí.

—Sí, de acuerdo —dijo Dj, juntando sus manos y avanzando hacia nosotros—. Creo que ya deben irse, fue un gusto, chicas —añadió mientras salíamos—. Creo que por primera vez pondré seguro a la puerta —y cumplió su palabra, cerró la puerta apenas salimos. Di una mirada de confusión a Rocky y ella solo se encogió de hombros.

—Bueno chicas, debemos correr, yo debo llegar a mi clase de pilates —dijo Gia.

—No te preocupes, iremos caminando —respondió Rocky, y Gia se despidió para dirigirse a su auto.

—Supongo que el chico no aceptó tus disculpas —dije.

—Sí, bueno —se encogió de hombros y comenzamos a caminar—, no es que me interese el chico. Además, ahora tenemos que llegar al cine o perderemos la película, y si llegamos muy tarde no alcanzaremos a comprar palomitas y te quejarás toda la película —me dio una mirada divertida.

Yo solo sonreí y asentí, como si fuera lo más obvio del mundo, es firme ir al cine y no comer algo.

Caminamos mientras mirábamos el paisaje. No sé en qué pensaba ella, tal vez solo admiraba el vecindario tranquilo. Por mi parte, esperaba que el chico perdonara a Rocky y fueran amigos. Sería algo aburrido para los dos llevarse mal e ir a clase de verano juntos. Además, el chico es algo tierno por lo dramático que es, sería divertido ser su amiga.

"Fuller House" Jackson x tn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora