¡RoRo!

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= (⁠ ⁠˘⁠ ⁠³⁠˘⁠)♡..
..,。☆*・.
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Spreen dejo que se relajara un poco, antes de acercarse lo suficiente para que sus labios se rozaran entre si.

-¿Sabes que sos?-

Roier trago saliva y aún con su respiración agitada.

-¿Que soy?-

Los ojos de el pelinegro miraron de arriba hacia abajo la cara de Roier.

-Sos una putita.-

Roier frunció otra vez el ceño, pero fue interrumpido por un Intenso beso, que contenía un agarre de pelo en su nuca. Ambos cayeron en la cama, uno encima de el otro. Roier chillo cuando sintió un piquete sobre su labio, probablemente el pelinegro lo haya mordido.

Se separaron después de poco tiempo.

-No te vas a arrepentir de como te voy a follar.-

Roier lo observo de arriba hacia abajo.

-¿Ya me vas a enseñar tu verga?.. no le estés echando tanta crema a los tacos.-

Claramente Spreen no entendió el decir, pero le dió igual. Se separó de Roier, y lo jaló, para sentarlo. Spreen se coloco el la orilla de la cama, recargando se en sus rodillas.

-¿Queres ver a la Salamandra?-

El azabache estaba desabrochando calmadamente el cinturón, sin esperar respuesta. Se puso de pie para quitarse completamente el pantalón y se puso sobre sus rodillas de nuevo.

Bajo el resorte lentamente y su "Salamandra" salió, rebotando contra su abdomen. Su puntita estaba brillosa.

Y su tamaño..

Bastante bien.

Trago saliva ante la idea de que.. eso.. entrara en su mismo.

Spreen se inclino a un costado suyo, para alcanzar el controlito.

-Spreen.. Porfa.. no.-

-¿Quien te manda a comprar estás cosas, lindo?-

Achico los ojos ante el apodo, soltando un jadeo caliente cuando sintió la familiar sensación dentro de el. El pelinegro tomo sus mejillas y las presiono, las soltó y le dió unas cachetadas sin fuerza, haciéndo lucir estúpido a Roier.

-Agachate y chupala.-

Roier reprochó y puso cara molesta.

-No tienes derecho para hablarme asi, imbécil.-

Spreen alzó sus cejas y lo miro con falsa indignación

-Vos dijiste.-

Se acomodo frente a el, lo tomo de el pelo y lo obligó a agacharse hasta llegar a la punta de su pija, escuchando un quejido bastante estimulante.

-Abri la boca, Roro-

-¿N-Neta?-

Spreen empujó un poco más su cabeza, mientras agarraba su extensión y la acercaba a los belfos que se aprisionaba uno contra el otro.

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