Clara poco a poco se va dando cuenta de los sentimientos que tiene encontrados hacia el hermano de su mejor amiga, pero sabe que aunque haga de todo va a ser imposible ya que él prácticamente la odia. O eso es lo que ella piensa...
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Al otro día desperté con una felicidad bastante notable, pero se me fue a los segundos ya que josefina me pego un almohadónazo solo por no haberle llevado algo dulce.
—Quería un Cadbury, Clara Martínez - dice con enojo y poniendo ambas manos en sus caderas.
—Bue me olvide loca, volví re tarde— digo poniéndome boca abajo para sonreír contra la almohada.
—Ahh eso, quien era el chico? Te lo cogiste? Ahora decime porque no me trajiste mi Cadbury— dice sentándose al lado mío peinándome el pelo.
Antes de hablar pensé en cualquier excusa pero por suerte la puerta del cuarto se abrió haciendo que en mi vista apareciera un ruloso con la cara adormilada, en cuero y con una bermuda.
—Jo, mamá te está llamando para que los acompañes a comprar— dice Blas para luego irse siendo acompañado por Josefina.
Me quedé un par de minutos pensando en él porque Blas ni siquiera me había mirado o saludado, pero preferí dejar de sobre pensar tanto y me metí al baño para lavarme los dientes y la cara para luego volver a acostarme ya que recién eran las nueve y nosotros habíamos vuelto a las tres de la madrugada. Apenas toque el botón para prender el aire, la puerta se abre rápidamente y en cuestión de segundos ya tenía a Blas encima mío.
—Pensé que estabas enojado— digo jugando con sus rulos ya que su cabeza estaba en mi pecho.
—No bobita jamás, o queres que te vuelva a pelear como antes?— dice levantando la cabeza desde abajo.
—No gracias, prefiero a este Blas— digo mirándolo mientras me rio.
Él repite mi acción y me empieza a dar pequeños besos sobre mi cuello mientras de a poco los va bajando hasta llegar a mis pechos, tiro suavemente de sus rulos disfrutando de sus labios en mi piel. Sin aviso lo empujo suavemente para que quede recostado sobre la cama y me subo a horcajadas de él juntando nuestros labios.
El beso comenzó algo tierno pero a medida que pasaba el tiempo se volvió más desesperado, las manos de Blas empezaron a apretar fuertemente mis muslos dejando marcas para que sean notables en pocas horas, esto hizo que mis ganas aumentaran rápidamente y que comenzara a mover un poco mis caderas sobre él haciendo que un jadeo escapara de su boca.
—Clara..— susurra en mi oído con una voz extasiada.
Siento como su boca juega nuevamente en mi cuello succionando en lugares más escondidos, una de sus manos deja uno de mis muslos para subir lentamente hasta una de mis tetas apretándola sobre el bikini que tenía puesto, esto hizo que un sonido audible escapara de mi boca incitando a Blas a seguir jugando con él pero esta vez debajo de la tela.
