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Mi mente se despertó del pesado sueño por culpa de unos sonidos fuertes pero tranquilos provenientes de otra habitación, traté de mantener mis ojos cerrados y volverme a dormir pero fue inviable.
Enojada, por fin abrí los ojos y me puse las ojotas que estaban al lado de la cama que compartía con Josefina, velozmente caminé hacia la puerta dando tan solo un paso para llegar al cuarto de al lado, con enojo, toco desesperadamente la puerta hasta que un ruloso con cara de frustración la abre.

—Blas son las 4 de la madrugada. ¿Es necesario tocar la guitarra a esta hora?— hablo frunciendo el ceño y cruzándome de brazos—

—Que? Te molesta?— pregunta sonriente y con una ironía notable.

—Vos sos tarado? Obvio que me molesta, hiciste que me despierte. ¿Por qué mejor no te vas a dormir y mañana a la mañana tocas?—

—Pero que te crees nena. Si se me canta el ojete de tocar a las 4 de la madrugada o a las 16 de la tarde lo voy a hacer. Mira si me voy a dormir porque vos me lo decís, boludita.—

—¿Ahre disculpame? Dios Blas sos sumamente insoportable, ándate a la mierda— con mi cara de enojo por culpa del ruloso, abro la puerta de mi habitación con bronca pero no sin antes darle una mala y corta mirada—

Escucho como se ríe levemente y cierra su puerta, gracias a el sueño que tenía, no pude pensar tanto en el inútil del hermano de mi amiga y me dormí profundamente en microsegundos.

Zamarreos ajenos hicieron que mis ojos se abrieran, pero fueran entrecerrados a los segundos por culpa de la luz proveniente del sol brillante mañanero que se asomaba por la ventana enfrente mío.

—Clarita...Cla— tan lejos pero tan cerca escuché esa voz despertándome— Dale pajera de mierda levántate—

Y bueno, gracias a esas hermosas palabras, ahora si abrí del todo mis ojos, me di media vuelta y vi a mi amiga arrodillada en la cama mientras me miraba expectante.

—¿Qué hora es Josefina?— pregunto con voz adormilada.

—Vamos a desayunar, anda a prepararte y después baja. Son las 9– responde bajando de la cama para trotar hacia la puerta y abrir esta con fuerza.

Sin más que esperar, me levanto de la cama rápidamente, pero obvio no sin antes marearme, mis pies caminan vagamente sobre el piso con alfombra y me dirijo hacia el baño de nuestro cuarto, la puerta ya estaba abierta, así que me adentré y prendí el agua fría para mojar mi cepillo, coloco un poco de dentífrico y rápidamente me llevo al cepillo a la boca aún con los ojos cerrados.

Starlight || Blas PolidoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora