parte 1

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Érase una vez en el mundo mágico de Hogwarts, donde las sombras del pasado y las promesas del futuro se entrelazaban en los destinos de dos jóvenes magos: Draco Malfoy y Harry Potter.

Desde el primer día que Draco puso un pie en Hogwarts, sintió el peso de las expectativas familiares sobre sus hombros pálidos. La casa Slytherin, con su historia de linajes y lealtades ancestrales, parecía dictar cada paso que él daba. Draco creció bajo la sombra de su padre, Lucius Malfoy, un hombre poderoso y orgulloso de su linaje sangre pura. A pesar de eso, Draco sentía una sensación de inquietud en su corazón, una duda que no podía compartir con nadie.

Harry Potter, por otro lado, había sido marcado por la tragedia desde su nacimiento. Huérfano y famoso en todo el mundo mágico como el Niño que Vivió, Harry fue acogido por la humilde familia Weasley y llevado a Hogwarts con expectativas y prejuicios propios. Aunque Gryffindor se convirtió en su hogar, Harry siempre sintió que su identidad estaba entrelazada con una profecía y un destino que apenas comprendía.

A medida que los años pasaban, Draco y Harry se encontraban en el campo de batalla del colegio: duelos de hechizos, competiciones en Quidditch y desafíos académicos. A pesar de sus diferencias, algo en sus miradas se encontraba en esos momentos fugaces, como si ambos sintieran el peso de expectativas que no habían elegido.

Fue en su quinto año que la vida de ambos cambió. Un giro oscuro se avecinaba sobre Hogwarts mientras el Ministerio de Magia caía en manos de Voldemort. Las sombras de la guerra se extendían sobre el castillo, y entre las tensiones y las alianzas cambiantes, Draco y Harry se encontraron enfrentados una y otra vez.

En los rincones oscuros de Hogwarts, donde las verdades se susurraban en secreto y las lealtades se ponían a prueba, Draco y Harry descubrieron que no eran tan diferentes después de todo. Ambos luchaban contra el peso de sus nombres y las expectativas impuestas sobre ellos. En cada encuentro, cada mirada compartida a través del caos de la guerra, una conexión se fortalecía, una conexión que desafiaba las líneas trazadas por siglos de historia mágica.

En medio de la oscuridad, encontraron la luz el uno en el otro. Descubrieron que podían ser más que sus nombres, más que las expectativas de sus padres y el destino forjado por otros. Descubrieron el poder del perdón y la redención, de la amistad que trasciende el odio y la esperanza que brilla aún en los momentos más oscuros.

Y así, en una noche de batalla final en Hogwarts, Draco y Harry se encontraron uno al lado del otro, enfrentando juntos al enemigo que amenazaba con desgarrar su mundo. En la tormenta de hechizos y caos, se aferraron el uno al otro, no como enemigos ni como aliados, sino como dos almas que habían encontrado paz en medio del tumulto.

Después de la guerra, cuando las cicatrices de batalla comenzaron a sanar y el mundo mágico se esforzaba por encontrar la paz una vez más, Draco y Harry se encontraron en una encrucijada. Encontraron el coraje de enfrentar sus propios demonios y abrazar lo que realmente anhelaban. Encontraron amor donde menos lo esperaban, un amor que desafiaba todas las convenciones y expectativas.

En un mundo donde el destino parecía estar escrito en la piedra, Draco y Harry escribieron su propio camino. Encontraron en sus corazones el valor de ser quienes eran realmente, más allá de las etiquetas y las expectativas que los habían definido. Encontraron en su amor una fuerza más poderosa que cualquier hechizo, una fuerza que trajo sanación donde antes solo había dolor y esperanza donde antes solo había desesperación.

Y así, Draco Malfoy y Harry Potter, dos almas que alguna vez estuvieron destinadas a ser enemigos, se convirtieron en los héroes de su propio cuento de hadas

Sombras del Destino (drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora