parte3

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Los rumores y las murmuraciones sobre la relación entre Draco Malfoy y Harry Potter no disminuyeron con el tiempo. A pesar del apoyo de sus amigos y la fuerza de su amor, la presión externa se intensificaba. Las miradas de desaprobación, los susurros maliciosos y los artículos de prensa sensacionalista se convirtieron en una constante. La familia Malfoy, especialmente, estaba sumida en la vergüenza y la ira.

Lucius Malfoy, cuyo orgullo por el linaje Malfoy no tenía límites, decidió que ya había sido suficiente. Una noche, en la majestuosa pero sombría mansión Malfoy, Lucius confrontó a Draco en su estudio, sus ojos fríos como el hielo.

-Draco, esto debe terminar -dijo Lucius con voz dura-. Nuestro nombre ha sido arrastrado por el lodo. He arreglado tu matrimonio con Pansy Parkinson. Este escándalo debe acabarse de una vez por todas.

Draco, con el corazón destrozado, intentó protestar.

-Pero padre, yo... yo amo a Harry.

-No me importa tus sentimientos, Draco. Debes pensar en la familia. Es tu deber.

Con el peso de las expectativas y el honor familiar aplastándolo, Draco se vio obligado a tomar una decisión. Esa misma noche, escribió una carta a Harry, con lágrimas silenciosas cayendo sobre el pergamino:

"Harry,

No sabes cuánto me duele escribir estas palabras, pero debo hacerlo. La presión de mi familia y las expectativas que llevan nuestro apellido son demasiado para soportar. Me han forzado a tomar una decisión que jamás habría tomado por mí mismo. Debo casarme con Pansy Parkinson para salvar el honor de mi familia.

Por favor, entiende que esto no cambia lo que siento por ti. Siempre te amaré, pero no puedo seguir adelante con esto. Es mejor que sigamos caminos separados. Espero que puedas encontrar la felicidad que mereces.

Siempre tuyo,

Draco"

Al recibir la carta, Harry sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. El dolor en su corazón era insoportable, y la traición que sentía lo dejó completamente destrozado. Sin poder soportar el peso de la tristeza, Harry se sumió en una profunda depresión.

Los días se convirtieron en semanas, y Harry se fue distanciando de todos. Apenas comía, dormía poco y evitaba a sus amigos. Hermione y Ron estaban preocupados, pero cada intento de acercarse a él era en vano. Finalmente, Harry tomó una decisión drástica: necesitaba escapar de todo. Necesitaba alejarse de los recuerdos y del dolor.

Una noche silenciosa, Harry hizo sus maletas y, sin avisar a nadie, dejó una breve nota en la mesa de la cocina de la Madriguera:

"Me voy. No sé cuándo volveré. Cuídense.

Harry"

Sin decir adónde iba, Harry se marchó al aeropuerto más cercano y tomó un vuelo al extranjero, con la esperanza de encontrar en la distancia una manera de curar su corazón roto.

Mientras tanto, en Inglaterra, la noticia del matrimonio entre Draco Malfoy y Pansy Parkinson se difundió rápidamente. La ceremonia fue un evento fastuoso, lleno de pompa y circunstancias, pero para Draco, cada momento fue una tortura. Su corazón latía dolorosamente por Harry, y cada sonrisa que forzaba era una máscara para ocultar el dolor que lo consumía.

El tiempo pasó, y aunque Draco cumplió con su deber, su vida estaba vacía y sin alegría. Harry, por su parte, vagaba de un lugar a otro, buscando una paz que parecía siempre fuera de su alcance. La distancia y el tiempo no podían borrar el amor que sentían el uno por el otro, pero las circunstancias los habían separado de una manera que parecía irreparable.

En medio de su dolor, ambos se aferraban a los recuerdos de los momentos felices que compartieron, esperando que, de alguna manera, el destino les diera una segunda oportunidad. Pero por ahora, la realidad era fría y cruel, y el amor que alguna vez los unió estaba atrapado entre las sombras del pasado y las expectativas del mundo.

En sus corazones, siempre existía la esperanza de que un día, más allá del dolor y las barreras, podrían encontrarse nuevamente y vivir el amor que fue arrebatado.

Sombras del Destino (drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora