Una joven enferma desde siempre, confinada a una vida de hospital y limitada a sus pasatiempos favoritos de leer y ver series, encuentra en la saga de "Pecados Placenteros" una historia que fue en su momento su escape y refugio. En su cumpleaños núm...
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Andrea abrió los ojos con dificultad, parpadeando contra la luz brillante que la rodeaba. Intentó moverse, pero sus extremidades se sentían pesadas y torpes. Una sensación de pánico la envolvió. Algo estaba terriblemente mal. No reconocía su entorno; no estaba en su familiar habitación de hospital. El lugar a su alrededor era cálido y envolvente, con paredes blancas y figuras borrosas que se movían a su alrededor.
Un murmullo de voces llegó a sus oídos, una mezcla de sonidos que poco a poco comenzaron a formar palabras. El lenguaje le resultaba conocido pero distante, como un eco de algo aprendido hace mucho tiempo. Trató de enfocar su vista, pero todo permanecía difuso.
"Su nombre es Atenea Svettlana Morgan," dijo una voz masculina, profunda y autoritaria.
Andrea se congeló. ¿Había oído bien? Atenea Svettlana Morgan. Ese nombre resonaba en su mente con una fuerza inexplicable, el apellido mas que todo. Atenea no era un personaje de la saga "Pecados Placenteros" de Eva Muñoz, una de sus lecturas favoritas. Intentó comprender, su mente luchando por procesar lo que escuchaba y veía.
¿Era posible que hubiera despertado dentro de la historia? Todo parecía tan real y al mismo tiempo, tan imposible. Trató de recordar en qué parte de los libros se encontraba ese nombre pero por mas que lo intentaba no podía unir los puntos, ese nombre, ese personaje no existía en ninguno de los libros de la saga. Atenea Morgan... seria un personaje importante, soy la primera Morgan mujer de sangre, pero ¿en qué momento de la trama estaba ahora? ¿Cómo había llegado aquí? ¿Acaso estaba soñando? La última vez que cerró los ojos, estaba en su cama de hospital, exhausta después de una corta visita familiar por su cumpleaños.
Mientras sus pensamientos se arremolinaban, sintió que la levantaban con suavidad. Una figura masculina la sostuvo en sus brazos, su rostro indistinguible pero sus brazos llenos de una calidez y fuerza que la reconfortó brevemente. Andrea, o Atenea, como la llamaban ahora, intentó calmarse y entender. Si realmente estaba dentro del libro, eso significaba que los personajes y los eventos que había leído con tanto fervor ahora eran parte de su realidad.
Pero, ¿cómo había sucedido esto? ¿Y qué significaba para ella? Si Atenea era quien pensaba, su nacimiento podría cambiar muchas cosas en la trama. Recordó entonces que Atenea era la hija de un Morgan, un personaje complejo y poderoso en la serie , cualquiera de ellos. Su existencia alteraría dinámicas importantes. Pero, más allá de la trama del libro, había una preocupación más inmediata y personal: ¿estaría condenada a la misma enfermedad que la había postrado en la cama durante toda su vida?
El sonido de puertas abriéndose y cerrándose, y las voces hablando en tonos susurrantes, la envolvieron. Trató de captar más detalles, pero todo seguía siendo una mezcla confusa. Necesitaba tiempo para adaptarse y entender su situación.
A medida que pasaban los minutos, Andrea se obligó a concentrarse. Si estaba realmente en la historia de "Pecados Placenteros", necesitaría usar todo su conocimiento sobre los libros para navegar este nuevo mundo. Con suerte, aquí podría encontrar una manera de vivir una vida diferente, libre de la enfermedad que la había mantenido cautiva
El primer paso sería observar y aprender. Lentamente, con cada día que pasara, Andrea—ahora Atenea—descubriría su lugar en esta nueva realidad y comenzaría a desentrañar los misterios de su inesperado renacer.
