TRADUCCION_Una nota discordante_TERMINADO

27. Apoteosis

Gracias a Joe Lawyer por la lectura beta de este material y por ofrecer sugerencias.

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Séptimo día de la undécima luna, 296 AC. Tierras en disputa.

Había algún tipo de ironía en el hecho de que un dios real realmente no necesitaba hacer nada para ser adorado, mientras que uno falso tenía que trabajar duro.

Por eso Harry estaba en las Tierras en Disputa ese día, para fabricar un milagro que no dejara dudas sobre su divinidad. Para la gente que vive aquí de todos modos.

Porque, en verdad, lograr que Lys, Myr y Tyrosh dejaran de pelear por esta excelente propiedad inmobiliaria sería un milagro. Habían estado en esto durante siglos con muy pocas interrupciones o señales de resolución.

Había durado suficiente tiempo como para que se desarrollara toda una cultura en torno a la guerra incesante. A los pueblos y ciudades que salpicaban la tierra hacía tiempo que les había dejado de importar una mierda a cuál de los tres respondían teóricamente, sabiendo que probablemente pasarían algunos años como máximo antes de que tal reclamo fuera impugnado. Con bastante frecuencia, simplemente invitaban a cualquier compañía mercenaria que los estuviera "asediando" a un festín y se "rendían" y la vida continuaba.

Eso no quiere decir que la vida en las Tierras en Disputa no fuera mala para los civiles, porque definitivamente así era. Las compañías de mercenarios eran, en general, veneno para las tierras en las que operaban. Eran forasteros desarraigados sin más preocupación que la moneda que recibían por sus servicios y, como tales, mucho más propensos a abusar de los no combatientes. Y los ejércitos regulares ya eran bastante malos en eso.

Ese era el objetivo de Harry hoy. Iba a desterrar a todos los mercenarios de las Tierras en Disputa, de modo que si Myr, Lys y Tyrosh querían seguir luchando por ellas, tendrían que hacerlo ellos mismos.

Y sabía que eran demasiado maricas para hacer eso. Myr estaba lleno de artesanos, Lys estaba lleno de putas y Tyrosh estaba lleno de bichos raros que se tiñen el cabello con colores brillantes como adolescentes atrevidos que intentan desesperadamente ser "únicos". Los tres se habían visto gravemente afectados por la eliminación de la trata de esclavos y todavía estaban lejos de recuperarse. Eso solía suceder cuando la población estaba 3:1 a favor de los esclavos.

A pesar de ello, las guerras en las Tierras en Disputa apenas habían cesado. Claro, hubo una breve pausa cuando las finanzas de las tres ciudades cayeron, pero eso fue rápidamente seguido por una caída en el precio de las compañías mercenarias cuando sus capitanes se vieron obligados a reducir el costo de sus servicios debido a la repentina reducción de demanda. En cuestión de años, el equilibrio se había restablecido.

En ese momento, Harry estaba parado en las afueras de una aldea bastante grande. Tanto Lys como Myr reclamaron dominio sobre él y sus cultivos. Como era habitual, no habían podido resolver el asunto pacíficamente y habían contratado empresas mercenarias para que lo hicieran por ellos.

Las empresas mercenarias en cuestión eran Windblown y Company of the Cat. El último de los dos se comportaba peor hacia los no combatientes, pero sólo de la misma manera que el magma fundido era más caliente que el fuego normal.

Los propios aldeanos habían notado su presencia hacía algún tiempo, pero ninguno tuvo el valor de acercarse a él. Eso fue lo mejor, ya que estaba meditando en preparación para la magia que lanzaría.

Lanzar bolas de fuego y amenazas de muerte sería simple, pero no lo suficientemente efectivo ni grandioso. Se necesitaría algo un poco más sofisticado.

Las horas pasaron mientras se preparaba. Su cuerpo permaneció allí inmóvil como una estatua mientras su alma se hundía en el Plano Astral, tejiendo hilos de magia alrededor de las fronteras del lugar conocido por la humanidad como [Las Tierras en Disputa]. Este funcionamiento en particular sólo fue posible porque su alter ego, el Padre de la Libertad, era adorado como el dios principal en Lys, Myr y Tyrosh. La gente no lo sabía, pero al hacerlo le habían dado el dominio sobre la tierra que todos reclamaban.