eleven

144 20 20
                                    




Ese beso fue difícil de explicar, era el primero para Jungwon, siempre tuvo la idea de que aquello sucedería algún día con una chica que le gustara, jamás se le pasó por la cabeza que le entregaría su inexperiencia a un muchacho. No va a decir que no fue de su agrado, porque por Dios, Jay supo cómo hacerlo tremendamente inolvidable esa noche, pero incluso al día siguiente no podía mirarse al espejo sin sonrojarse de antemano, la escena en la que se vieron envueltos se reproducía en su cabeza una y otra vez logrando que se invadiera de vergüenza.

No le daba vergüenza su elección, pero sí el hecho de que fuera de alguna forma erótico. La idea de que Jay profundizara su deseo hacia él arrancándole sonidos que ni sabía que podrían salir de su boca, creando en su interior un fuego que lo convertía ajeno a su alrededor; Jungwon se desconoció completamente durante ese beso.

Ni hablar del gracioso interrogatorio que le hizo Niki después de verlo con los labios hinchados y sonrojado hasta las orejas, las preguntas se convertían cada vez más indecentes para responder y la vergüenza no abandonaba las zonas favoritas de su rostro.


Sin embargo, en los siguientes días no lograban coincidir para verse, era miércoles y Jungwon se estaba preparando con su madre y Niki para regresar a Seúl, decidían viajar antes debido a la noticia que los esperaba. Lo habían hablado mucho al tema y coincidieron que era mejor tomarse ese tiempo antes de Año Nuevo para no tener que pasar por un papelón innecesario.

Lo que pasaba por la mente del castaño es que sí todo resultaba bien, no tendría idea de cuándo estarían de vuelta a Gwanak, porque sí, tenía un motivo  bastante obvio para querer  regresar. Y, además, no le dijo a Jay que se estarían yendo ese mismo viernes. Pero, es decir, ¿correspondía que le esté informando eso? Entiende que se besaron, y mucho, pero exactamente, ¿qué seguía después de eso? Por lo claro se gustaban mutuamente o de lo contrario Park no habría actuado de esta forma durante las últimas semanas, ¿ya estaban saliendo o qué eran?

La ansiedad por no comprender el mecanismo de lo que significa que alguien le guste y sea recíproco realmente lo abrumaba.


—Sunoo me acaba de decir que estará en Seúl la segunda semana de enero. —Niki habla de repente, de forma que espabila sus pensamientos agitando su cabeza. Observa a su mejor amigo quien apoyado en el escritorio sostenía su móvil. —Exige pijamada porque quiere saber toda tu historia.

—¿Le contaste lo que pasó con Jay?

—No, pero sabes cómo es él, es intuitivo. Además —una sonrisa burlona aparece en sus labios junto a una juguetona mirada. —No sería capaz de arruinarte tu gran acto de amor.

—¡Ya basta con eso!

—Te besó en la primera nevada, no puedes negarme que fue semejante acto de amor.



Jungwon aprieta sus labios intentando no caer en su tonto juego para querer avergonzarlo, pero honestamente había olvidado ese detalle...








—¿Qué voy a hacer ahora?

¿De qué hablas?

Ahora el que no quiere dejarte ir soy yo.

El menor tiene una media sonrisa en su rostro y se siente invadido de mariposas mientras lo ve tan decidido en lo que hace, Jay tiene sus mejilla atrapadas con ambas manos porque fundidos en otro beso se dan cuenta que ya no hay vuelta atrás para lo que están ocasionando, sólo pueden cumplir sus anhelos en esa noche de navidad. Su gusto es distinto, no le había prestado suficiente atención al principio por la urgencia de probar los labios ajenos, pero podía diferenciar cierta amargura, del tabaco quizás, combinado con el chocolate alicorado y el bálsamo de cacao que le compró su mamá, era una explosión de sabor.

𝙬𝙖𝙫𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora