Capítulo 12

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Oliver Davis

Pasar tiempo con Emma se ha convertido en mi hobbie favorito, día tras día tengo la necesidad insaciable de estar a su lado y últimamente cada vez que la tengo cerca todo mi cuerpo pica, en especial mis manos debido a esa urgencia voraz que crece en mí por querer tocarla de la forma que me apetezca y no solo conformarme con los esporádicos abrazos y algunas caricias inocentes en sus mejillas. Cada vez que la veo ardo en llamas y miles de imágenes poco inocentes llegan a mi cabeza creando una y otra fantasía que muero por hacer realidad y espero hacerlo pronto, solo si ella me lo permite, claro, aunque espero que así sea.

Aunque pase toda la tarde en reuniones y pendiente de asuntos del trabajo, no podía presentarme en nuestra cita sin algún presente por lo que saque un poco de tiempo para hablar con mi joyero de confianza y pedir que me mostrara todas las pulseras costosas pero sencillas que tuviera disponible, he notado que Emma no es extravagante, le gustan los detalles sencillos, aunque para mí eso no significa que deban ser baratos. Al final me decidí por una pulsera en oro blanco que tenía pequeños rubíes incrustados.

Sali un momento de la empresa para pasar por la joya y cuando regrese encontré a Sofia husmeando en mi oficina y aunque intento disimular diciendo que traía unos papeles para firmar no fue lo suficientemente astuta para evitar que yo me diera cuenta, últimamente se estaba comportando extraño y la verdad ya me estaba cansando, a pesar de eso me dije que hoy sería un gran día por lo que ni ella ni nada lo dañarían, me encargaría de eso más tarde e informare a recursos humanos para que empiecen a preparar su liquidación.

Hoy más que nunca estoy ansioso por esta cena, tengo un buen presentimiento, por eso esta noche mientras espero frente a su puerta le rezo a todo lo que conozco esperando que todo se ponga a mi favor y pueda hoy tener una oportunidad de hacerle ver lo importante que es para mí y lo mucho que estoy dispuesto a adorarla. Por eso cuando sale envuelta en un precioso vestido negro que muestra un gran escote y se ajusta a su cuerpo como un guante y viene a saludarme dejando un corto beso en la comisura de mis labios, le agradezco a lo que sea que se haya puesto de mi lado, pidiéndole que mi suerte continúe esta noche y el resto de nuestras vidas.

Subimos a mi auto y nos dirigimos a nuestro destino, al llegar al restaurante me sorprendo al encontrar a Alan en el mismo lugar acompañada de una mujer, a pesar de todos los esfuerzos de Liam fue imposible sacarlo del proyecto por lo que la próxima semana deberíamos reunirnos y empezar con los planos, pero no esperaba tener que verlo fuera de las reuniones laborales y aunque no lo considero competencia me preocupa voltear a ver a Emma y encontrar algo que no me gustaría, sin embargo, al hacerlo encuentro que ella solo me ve a mí con una gran sonrisa en su rostro que me dice que no tiene ningún tipo de importancia el hecho de que su ex imbécil este en el mismo lugar.

-No permitas que él dañe nuestra noche – La escucho decir.

No me pierdo de la ilusión en sus ojos ansiosa por compartir tiempo conmigo, pero también soy consciente de la forma en que Alan nota su presencia y le dirige una mirada lujuriosa que recorre todo su cuerpo ignorando por completo a la mujer que tiene al lado, tengo el impulso de ir y partirle la cara por mirarla de esa forma y recordarle que él la perdió, que ahora está conmigo y que yo no sería tan imbécil para dejarla ir, pero Emma tiene razón como dije anteriormente nada dañara nuestra cita y él no será la excepción.

-No sucederá, haremos de cuenta que no existe – Digo sonriendo y tomo su mano para dirigirla a nuestra mesa.

Pedimos nuestra comida y mientras llega, lleno de cumplidos a Emma recordándole lo hermosa que se ve hoy y recordándome a mí mismo lo afortunado que soy por tener la atención de esta preciosa mujer.

Un amor de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora