III.

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Al final le dieron un recorrido por toda la casa, quien sería su jefa:

—¿Qué pretendías ser cocinera señorita Han?
Una mujer culta pero muy imponente, además de mantenerse correcta, seguramente vigilaba que hicieras bien el trabajo, eso preocupó a Yujin.

—Mi hermana está muy grave y necesitaba hacer cualquier cosa para encontrar un trabajo honrado, había escuchado recomendaciones y que hacía vacantes para el puesto que deseaba.

A la mujer no le importaron sus palabras la llevo a una recámara muy pequeña que al menos alcanzaba para una cama individual, un baño completo, un armario y una pequeña ventana, solo eso.

En esa cama había un uniforme negro sobre él, Yujin supuso que era el uniforme.

—¿Al menos sabes algo sobre ser guardaespaldas? La señorita Wonyoung es una persona que no puedes mantenerla quieta, así que si consigues que ella te acepte, entonces el puesto es tuyo. Te recuerdo que no ha habido persona alguna que toleré el temperamento de la señorita.

—De eso me encargaré.

La señora se mantuvo afuera de la habitación esperando ver a Yujin con el uniforme puesto, en cambio la joven seguía temblando sobre el rumbo que dio su vida, se iba a esforzar lo necesario para lograr su objetivo.

De nuevo la señora la llevo por la mansión, Yujin miraba el lugar donde alguna vez fue su hogar, cada rincón seguía exactamente igual, esa melancolía abundó en su ser, recordó a su madre y a su padre cuando según con vida, todo la conmovía, no era el momento para llorar.

Cuando llegaron a una habitación con las puertas cerradas, a las que la señora dio tres toques con delicadeza, Yujin estaba apunto de derrumbarse.

Nadie respondió, un minuto después se abrió la puerta.

Wonyoung estaba ahí, sorprendida, no estaba este tipo de visita y se limito a solo mirar.

—Su madre a dado órdenes de asignarle un guardaespaldas debido al accidente anterior que tuviste. Su nombre es Han Jini.

—¿Han Jini? —Musito la rubia. —No necesito un guardaespaldas, menos si es mujer.

Abrió la puerta y avanzo a su habitación.
Yujin no supo que hacer, su jefa indico que debía entrar a la habitación, una vez eso la jefa cerró la puerta dejando a las chicas solas.

La rubia caminaba en su habitación tan colorida y extensa, con los brazos cruzados mientras pensaba con la cabeza en alto:

—Así que eres Han Jini, yo que sepa tú eras empleada de ese local de música, la misma chica que me ayudó en la mañana. ¿Cómo es posible que ahora eres guardaespaldas?

—Su madre me propuso el trabajo —respondió tratando de no hacer notar sus nervios de ser descubierta.

—Mira, te voy a explicar el asunto, que me hayas ayudado no significa que voy a tratarte bien por ser mi guardaespaldas, ningún guardaespaldas soporta serlo conmigo, será lo mismo contigo, te recomiendo que renuncies y seas feliz con tu negocio, o sino haré lo necesario para hacer que renuncies.

La miró con esa malicia, con el mismo rostro de su madre, lleno de empezar el juego de lastimar a los demás.

—Perdona señorita Wonyoung, pero ese negocio no era mío, me despidieron y mi hermana necesita una operación de urgencia, necesito el trabajo, así que le voy a demostrar que voy a poder con usted.

—¿Cuánto es? —Se acercó a ella y levantó el rostro de Yujin con su dedo índice de manera seductora, le dio una sonrisa delicada y atractiva. —¿Cuánto dinero necesitas para esa operación? Dime, te daré el dinero que me pidas con la condición de que vas a renunciar.
Yujin se alejó, no podía soportar el comportamiento de ese tipo de Wonyoung.

—¿Te incómodo? —Volvió a acercarse a ella, tratando de arrinconarla. —¿Por qué huyes? ¿Tienes miedo a que te bese?

Wonyoung se aproximó a sus labios, solo faltaban pocos centímetros para que sus labios se tocaran.

—Señorita, no es correcto que hagas eso.
Por más que trataba de alejarla, sus nervios y la fuerza no le permitían, su rostro rojizo se hizo presente, además de una sudoración en sus manos.

—¿Por qué? ¿Por qué está mal? Yo no tengo ningún problema, además a mí me gustan las mujeres con traje, así como estás vestida en este momento.

Tomó su corbata por debajo del nudo, le dedicó una sonrisa, acto seguido la atrajo a sus labios, la beso suavemente, aunque Yujin quería alejarse era imposible, Wonyoung disfruto ese momento, besándola.

𝐄𝐥 𝐩𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 - annyeongzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora