𝐄𝐥 𝐩𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 - annyeongz

V

Yujin había llegado luego de un rato a la habitación de Wonyoung, la esperaba sentada en su cama mientras miraba el contrato anteriormente firmado. Estaba tan pensativa buscando la manera de dejar de ser su guardaespaldas y volverse cercana a la señora Jang, debía encontrar la manera.

Tal vez había una manera de usar este contrato a su favor.

Solo debía esperar.

—¿Te arrepientes de haberlo firmado? —Salió Wonyoung con una muda de ropa de fiesta, todo le quedaba divino y Yujin lo notó, pero prefirió no decirlo.

—No, si este es el trabajo que tengo que soportar para poder ayudar a mi hermana, entonces lo haré. ¿Ya nos iremos señorita?

La rubia examinó el traje de Yujin , miro de arriba abajo un par de veces y con molestia ordenó que cambiará de ropa.

—No voy a quitarme el traje, es parte del uniforme, me dejaron en claro que debo portarlo siempre que esté con usted.

—No, no, no. —Wonyoung busco una muda de ropa, entre tanta escogió el menos llamativo que creyó que le quedaría a Yujin. —Usa eso, al lugar donde iremos no te van a permitir el acceso con esa ropa, saldremos a escondidas, así que nadie se va a enterar.

Queriendo no accedió.

Alrededor de las 23 horas, cuando todo estaba apagado, Wonyoung guiaba a Yujin por la casa con el fin de salir sin ser descubiertas, aunque el miedo estaba inundando el cuerpo de Yujin, su misión primordial era cuidarla.

Después de mucho tiempo y en la oscuridad lograron salir de la enorme mansión sin que nadie supiera de ellas.

—¿A dónde iremos ahora?

—Iremos a un antro clandestino, como no tenemos carro, iremos a pie, espero que eso no sea un problema.

Ambas caminaron por varias calles, el frío era demasiado, pero para Wonyoung no parecía un problema, caminaba muy feliz sin pensar en los problemas que podría ocasionar, sin pensar en esas consecuencias.

—¿Entonces me vas a presentar como tú novia? ¿Qué se supone que debo decir?

Yujin seguía muy inocente de las travesuras de la rubia.

—¡Obviooo no! —Reía con exageración. —Les diré que eres mi amiga, trata de no hablar mucho porque el tipo de personas con las que iremos son personas que les interesa el dinero, si tú no tienes dinero entonces te harán la vida complicada.

No hablaron más donde el transcurso hasta que empezaron a desviarse por callejones solitarios, entraron a una panadería. Yujin seguía sin entender.

—Quiero la orden premium, que sea doble. —Su delicadeza cautivo al encargado, al parecer entendió la señal y las llevo a la planta alta.

Al parecer ese era el antro clandestino, demasiados jóvenes que se veían adinerados y de casa, la música inundaba el lugar y por lo que Yujin veía todos se conocían entre si, al verlas llegar un trio de chicas se acercaron hasta ellas.

No se veía como un lugar clandestino y de mala muerte, era todo lo contrario parecía un salón rentado donde colocaron un DJ y luces que emitían diferentes colores por todo el lugar.

—¡Llegó la muñequita de porcelana! —Gritó una chica pelinegra con una colega alta saludando a Wonyoung, miró a Yujin y sus ojos regresaron  a la rubia pidiendo una explicación. —¿Quién es ella Wonyoung? ¿Es tu amiga? ¿O tu criada?
Todos se burlaron.

«¿Qué tipo de amigos tiene Wonyoung?» Pensó Yujin.

—Ella es Jini, es mi amiga, ella es hija de una productora de música.

—¿Así? ¿Con que artistas han trabajado? —Preguntó otra chica, una pelirroja.

—Ella no habla coreano, es extranjera, pero regresó para conocer sus raíces, así que incluso para mí es complicado platicar con ella —Wonyoung seguía mintiendo.

Yujin la miraba y hacia cara de confusión.
El trio de sus amigas pareció no importarle el asunto de está chica y se dirigieron a la barra donde empezaron a beber bebidas de dudosa procedencia. Incluyeron a Yujin porque no le quedaba de otra, incluso le ofrecieron una copa que Yujin recibió, aunque por razones obvias no bebería.

Ahora era un fantasma para ellas, en una esquina escuchaba su conversación de niños ricos, preocupados por comprar los más caro de las tiendas sofisticadas. Todos ellos eran patéticos.

Dudo de tomar la copa que tenía en sus manos, sus amigas le dieron mala espina. Solo sé limito a darle pequeños sorbos. De reojo miraba a Wonyoung, ella disfrutaba, reía y bailaba con sus amigas. En ese momento se veía tan feliz a pesar del espectáculo que le hicieron al principio.

No sabía tomar.

Y fue la primera en caer de entre ellas.
Se veía tan borracha y apenas podía estar de pie.

Yujin supo que era el momento de ir por ella.
Se arrepintió de dar un paso, al ver cómo sus amigas la cargaban.

—Wonyoung, ya te ves muy mal. —Habló la pelirroja mientras trataba de mantenerla en pie. —¿Dime quién es ella? ¿Por qué la trajiste a Este Lugar tan privado?

Wonyoung apenas pudo mirar a Yujin, la miró y empezó a sonreírle.

Tal vez este era el plan de sus amigas.

—Ella… —Le costaba trabajo pronunciar una palabra. Yujin la miraba esperando que no arruinaran sus mentiras. —¡Ella es mi amiga!

—¿Tú sabes coreano o no? —Se acercó la pelinegra a Yujin, quién pronto se puso nerviosa.

—I don’t speak Korean. —Fueron sus únicas palabras en un inglés dudoso.

—¡Quiero ir al baño! —Gritó Wonyoung.

Al escuchar eso el trio de amigas llevaron con trabajo a Wonyoung por los pasillos y entre la gente para dirigirse a los sanitarios.

Yujin les hizo creer que se quedaría, sin embargo no confiaba en ellas y las siguió.

Todas entraron al sanitario y cerraron la puerta principal que conectaba con el pasillo. Yujin pegó el oído para escuchar cualquier cosa.

—¿Creen que de verdad sea su amiga? —Habló una.

—¿No se supone que a Wonyoung le gustan las mujeres? ¿Creen que sea su guardaespaldas?

—¡Nooo! Se ve muy tonta para ser guardaespaldas.

Las voces de las tres se escuchaban a la perfección.

—¡De cualquier manera es nuestra oportunidad! Hagamos una maldad y le diremos a Wonyoung que fue plan de esa niña Jini, con eso bastará para que la despida y no sospeche que fuimos nosotras.

—¡Me parece perfecto! Iré por las cosas.

Los pasos se escucharon hacia la puerta, Yujin corrió aún escondite, vio salir a dos de ellas. No podía alejarse, observaría lo que harían para poder prevenirlo.

No tardaron en regresar con un par de botellas. De nuevo se encerraron en el baño. Al no lograr identificar que tipo de contenido era el de las botellas, le preocupaba más.

Camino hasta la puerta.

Escuchó como tiraban un líquido en el suelo, reían demasiado.

Yujin decidió alejarse, cualquier cosa el trio saldría corriendo y así fue pero no fue para bien.

Habían incendiado el baño.

Las chicas gritaron pidiendo auxilio.

—¡¿Qué pasa?! ¡Se supone que el sistema contra incendio se activaría!

Yujin entendió por fin, su plan de ellas no era hacerle daño, sino mojarla activando fuego para que el humo llegará hasta el sistema y empapará el lugar.

—¡Llamen a alguien que Wonyoung sigue adentró!

Las tres corrieron en busca de auxilio.

Yujin no podía esperar más, abrió la puerta y el fuego empezaba a propagarse demasiado rápido, al fondo miro a la rubia gritando por auxilio.

Recordó que dónde se escondió la primera vez había un extintor.

—¡Wonyoung espera un segundo voy a sacarte!
Tardo lo menos que pudo, apenas podía controlar el incendio, el contenido era muy poco para la cantidad que era.

No quedaba más que mojar su saco y esparcir el fuego del piso y siguió ahogando la llama con el exhibidor, eso le dio segundos vitales para que una persona pudiera pasar.

—¡Escucha bien Wonyoung! ¡Pasa ahora! ¡Es nuestra oportunidad de sacarte!

—¡Estas loca!

—¡Solo hazlo!

Wonyoung le faltaba fuerza para hacerlo, el aire estaba desapareciendo, por lo que dificultaría la respiración.

No lo pensó dos veces y ella fue la que paso hasta llegar a ella.

—¡¿Qué haces Jini?! ¡Ahora las dos estamos encerradas! —empezaba a toser, pronto el fuego llegaría allí.

Yujin en su desesperación vio la respuesta y la salida a este horrible lugar, se subió arriba de un inodoro y empezó a golpear la ventana con cualquier cosa que tenía en mano, después de romperlo sólo había que atravesarlo. Aquella ventana era lo suficientemente grande para que ambas lo usarán.

Yujin fue la primera en subir y observó hacia afuera, justo abajo había un contenedor extenso de basura que les ayudaría a amortiguar la caída.

—¡Ven Wonyoung! ¡Sube!

—¡Estás loca! ¡Crees que voy a subir!

—¿Crees que alguien va a venir por nosotras! ¡No han pasado ni dos minutos desde que el fuego inicio y nadie ha venido a ayudarnos! ¡Si no salimos ahora, moriremos las dos adentro!

Si Wonyoung decidía no salir, Yujin se quedaría con ella, pero fue su sorpresa al ver cómo Wonyoung subió al inodoro.

Entre su borrachera no supo el momento exacto donde ambas asaltaron.

Dónde la más lastimada fue Yujin.

Al parecer Wonyoung perdió la conciencia.