Se movían con sigilo entre los oscuros pasillos de la central. El eco de sus pasos resonaba levemente en las paredes, pero aunque eran apenas perceptible entre el zumbido de los generadores, ellos no podían, ni querían arriesgarse. Estaba solos y no podían confiar en nadie más que en si mismos, como un jodido equipo. La mafia latina había tomado el lugar, y escapar sería una tarea, por mucho complicada . La tensión en el aire era palpable, sus corazones parecían retumbar en sus oídos y es que hasta el más ligero sonido los alertaba, todo estaba en juego. Su seguridad, la información. Es decir, ya habían torturado a ambos coroneles en el pasado, eso no es algo que quisieran repetir. El peligro, la cercanía física y el tener que improvisar para salir con vida... era un subidón emocional.La última misión había dejado cicatrices invisibles en sus almas, heridas que ni el tiempo ni la distancia lograban cerrar. Lorelai mantenía la vista fija al frente, su mandíbula apretada, una mano en su arma y otras en sus dagas . Justo detrás, Maurizio mantenía su vista dividida entre sus espaldas y el frente, se mantenía sumamente cerca de lorelai, casi protegiéndola con su cuerpo sin darse cuenta, pues su cerebro omitía esa información al apuntar a ambos frentes mientras se movían con una fluidez casi felina, pero claro, eso no podía pasar tan desapercibido para la mujer que ya tenía suficientes preocupaciones como para detenerse a pensar en como su presencia era una constante y muy molesta distracción para ella.
—Vamos—murmuró Maurizio, acercándose más de lo necesario—. La salida está cerca. Solo necesitamos llegar a la nave.
—Lo sé —respondió ella, tratando de mantener su tono firme, aunque su corazón latía con fuerza desbocada.
Ellos seguían avanzando, sus pasos se sincronizaban y se mantenían en el mayor sigilo posible, cuando una ráfaga de disparos rompió el silencio. Lorelai reaccionó al instante, empujando a Maurizio hacia una cobertura mientras desenfundaba su arma. El fuego enemigo iluminaba el pasillo en destellos irregulares.
—¡Maldición! —gruñó ella, devolviendo el fuego con suma precisión, pero no era tonta, eran muchos y con armas que reconocía muy bien.
Era unos malditos soldados de la teaci, cadetes por su uniforme, ella no dejó de disparar, apuntaba y se ocultaba, salía y volvía a disparar, pero como ya había calculado. No podría salir de esto. No sin un plan, los oídos de lorelai empezaron a pitar cuando le quedaban cinco balas en la glock.
En ese momento no había mucho que hacer, no podría solucionar esto sola y con todo el esfuerzo que pudo reunir para tragarse su orgullo, volteo a mirar a Mauricio y se dejó cubrir por él.
Maurizio trabajaba distinto, el mataba y avanzaba, no se quedaba sin balas porque iba cambiando de armas, no parecía preocuparle que fueran un grupo considerable. El iba disparando y la iba haciendo avanzar tras el.
En serio quería odiar tener que ser la damisela en apuros, pero no podía hacer más que enojarse consigo misma por estar caliente cuando lo veía concentrado, de perfil, disparando y cargándose a toda una maldita central.
Que sus principios la perdonen, pero este tipo era realmente sexy.
—¿Estás bien? —preguntó Maurizio, su voz llena de preocupación, sus ojos se habían vuelto ligeramente más oscuros cuando buscaron los de ella. Ya habían salido de ese pequeño... incidente con los cadetes y lorelai seguía pareciendo un poco atontada a sus ojos al menos.
—Estoy bien. Solo debemos salir de aquí —replicó Lorelai, sintiendo un calor extraño en su pecho al notar la genuina preocupación en su mirada y el terror que por algún motivo se instaló en su pecho junto a esa sensación.
Con una serie de movimientos sincronizados, lograron reducir a los pocos traidores que quedaban y avanzaron a paso acelerado hacia el hangar. Una pequeña nave que lorelai había visto al llegar los esperaba, esa era su oportunidad, su promesa de más tiempo en medio del caos.
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Ruina
Fiksi Ilmiah"-Porque existe una fina línea entre hacer arder el mundo y arder en el." Lorelai Campbell, Significa desastre, significa peligro y significa Ruina. - Es un honor para la T.E.A.C.I nombrarla coronel mayor Campbell Veinte segundos Solo demoró veinte...