"ese hijo de perra es un parásito y tu claramente le diste más poder al casarte con el"
Musito Daemon, viendo a su hermana.
"hermano mio, ¿como te atreves a hablarme así?"
Carraspeo Visenya en respuesta.
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{narrador omnisciente}
Visenya se cepillaba el cabello sentada en su tocador, esperando a que Robb saliera de la tina.
Dejo el pesado cepillo en la madera que componía el tocador, abriendo el tarro de crema y tomando un poco para ponerse en el rostro.
Untó lo que restaba en sus brazos, mientras escuchaba los pasos de Robb acercarse a ella.
—Ya casi estoy Robb... —. Hablo antes de levantar la mirada para verlo por el reflejo del espejo, soltando un jadeo ante la vista que el hombre le dió.
Los suaves rizos de Robb con gotas de agua goteando hacia su frente, el pecho definido húmedo y solo con una toalla alrededor de sus caderas, cubriendo su virilidad.
—Mi amor... Creo que, debo disculparme por la abstinencia que te he hecho pasar estos meses. —. Sonrió Robb, acercándose a Visenya.
Visenya se levantó con cuidado del tocador, girandose hacia Robb.
Sonrió nerviosa, quitándose el mechón que caía de su recogido en su rostro.
Robb, con una sonrisa titubeante mientras tomaba a Visenya por las mejillas mientras la acercaba a su rostro.
La rubia correspondió el beso, aferrandose al cuello de Robb mientras arqueaba inconscientemente la espalda, a la vez que se ponía de puntillas para alcanzar bien la altura de Robb.
Visenya se separó del beso, abriendo la boca en un gemido ahogado mientras sentía la mano de Robb bajo la falda de su camisón.
—Robb... —. Gimió Visenya cuando sintió el fuerte brazo de Robb alrededor de su cintura, haciendola dar un brinco para enredar sus piernas alrededor de la cintura del hombre.
Visenya sintió como Robb la sentó en el tocador, tirando todo lo que había sobre el previamente.
—No, no... —. Jadeó la rubia, poniendo su mano en el pecho desnudo del castaño —. Yo aún soy doncella...
—Lo se mi amor —. Río ligeramente Robb, levantando el camisón de Visenya hasta poco arriba de sus muslos.
La espalda de la mujer chocó contra el espejo, mientras los largos dedos de Robb se dirigían de sus muslos pálidos hasta su centro.
Visenya pensaba que había sentido todo lo mejor, sin embargo, cuando sintió la yema de los dedos de Robb sobre su clítoris, sintió como sus ojos rodaban hacia atrás.
Las caricias apretadas en círculos de Robb hacían que la espalda de la mujer se arqueara y las caderas titubearan.
Soltó un gemido cuando Robb la cargo de nuevo, sacando la mano de su falda. Caminando hacia la gran cama en el centro de la habitación.
Dejó caer a la mujer de espaldas a la cama con cuidado, mientras el mismo se quitaba la toalla alrededor de sus caderas.
El castaño río cuando vio el rostro de Visenya, incrédula ante el tamaño de su virilidad.
—Tranquila... No dolerá —. Sonrió Robb, mientras ayudaba a Visenya a quitarse el corsé —. Igualmente, si lo hace, solo tienes que decírmelo.
La rubia asintió ligeramente, mientras se deshacía del corse, quedando completamente en camisón.
Robb se recosto sobre ella con cuidado, sosteniendo su propio peso en sus antebrazos a cada lado del rostro de Visenya. La mujer gimió sintiendo los carnosos labios de Robb sobre su cuello y pecho.
Robb llevo sus dientes hacia los cordones del camisón de Visenya, desatandolos con cuidado. Cuando la seda estuvo lo suficientemente floja, lo bajo con su mano, dejando desnuda a la mujer.
Visenya ayudó a Robb a quitarle por completo la prenda, levantando las caderas para que pudiera bajar el camisón.
Robb soltó una risa entrecortada cuando tomo las rodillas de Visenya y separó sus piernas, viendo el centro de su esposa.
—Robb... —. Soltó un gemido la rubia, cuando Robb empezó a besar sus pechos de repente.
El castaño dejó varios besos sobre los pechos pálidos de Visenya, antes de dirigirse a los pezones rosados y erizados.
Envolvió sus labios alrededor de estos, como si de un bebé hambriento se tratasé.
Mientras Robb la estimulaba con su boca, sus dedos acariciaban su clítoris, llevandola a un pico de placer inesperado.
Visenya sintió como un nudo desconocido se formaba en su vientre bajo, y justo antes de que este pudiera deshacerse, Robb se alejo totalmente de ella.
—¿Porque te detienes..? —. Pregunto entre gemidos la rubia, abriendo los ojos y levantando la cabeza para ver a Robb.
—Tranquila... Eso solo era el inicio.
Visenya gimió aún más cuando sintió la erección de Robb haciendo fricción con su intimidad, antes de que la embistiera cuidadosamente.
Visenya se aferró a los hombros del hombre, clavando las uñas en los mismos ante el placer y dolor combinados.
Cuando Robb se introdujo en ella completamente, se quedó quieto unos minutos, esperando a que Visenya se acostumbrara a su tamaño.
Cuando sintió como las caderas de Visenya se levantaron haciendo un leve vaivén, entendió que era una señal de que podía continuar.
Robb empezó a moverse con cuidado, poniendo sus manos en la cintura de Visenya para apoyarse en sus embestidas.
Cuando ambos empezaron a sentir el mayor placer, Robb se permitió acelerar sus movimientos, tomando una de las piernas de Visenya y poniendola sobre uno de sus hombros.
Visenya gemía, arqueando la espalda y apretando las pieles calientes bajo de ella.
Empezó a gemir repetidamente cuando la sensación del nudo en su vientre volvió, mientras sentía como Robb se acostaba sobre ella mientras seguía con sus fuertes embestidas.
Cuándo las caderas de ambos empezaron a flaquear, Robb unió sus labios con los de Visenya, sintiendo como llegaba al orgasmo junto a Visenya.
Cuando pudieron calmar sus respiraciones, Robb rodó a su lado en la cama, recibiendo a Visenya en su pecho.
La rubia se recostó sobre el pecho de Robb, juntando sus pechos mientras sentía como el sueño empezaba a vencerla combinado a las caricias de Robb en sus ondas alborotadas.
